Si eres de los que carga su coche en los centros comerciales te enseñamos cómo no debes hacerlo nunca

Son ya muchos los centros comerciales en España que ofrecen a sus clientes la posibilidad de cargar sus vehículos eléctricos de manera gratuita en las estaciones que colocan en sus aparcamientos. Sin embargo, aún hay poca oferta para tanta demanda, por lo que muchas personas se quedan sin la posibilidad de recargar su vehículo y tratan de hacerlo de otra manera que probablemente dentro de poco esté prohibida.

Según una lista elaborada por la compañía irlandesa Switcher, España se sitúa entre los diez países más caros a la hora de cargar un vehículo eléctrico, en concreto en la séptima posición. Se trata de un grave problema, puesto que no somos uno de los países que más dinero tenga de media por habitante.

Aunque el Gobierno ofrece algunas ayudas para que los españoles se hagan con un coche eléctrico o híbrido, estas no suelen ser suficientes, convirtiéndose este tipo de vehículos en un bien al que pueden acceder solo algunas personas y quedando claro que el mercado de vehículos con más fuerza es el de segunda mano.

A raíz de los altos precios de los vehículos nuevos y, en concreto, de los eléctricos, el mercado de segunda mano está cobrando mucha fuerza, convirtiéndose en una de las principales opciones a la hora de hacerse con un coche para los españoles.

A través de aplicaciones como Wallapop o páginas web como Milanuncios puedes encontrar diversas y muy buenas ofertas. Si quieres ir un paso más allá, el propio Estado ofrece diferentes vehículos sacándolos a subasta en la página web del BOE. Aquí te explicamos cómo funciona todo este proceso.

Con la alta demanda de vehículos eléctricos en las ciudades, muchos centros comerciales han instalado en sus aparcamientos estaciones de recarga. El problema es que, además de estar casi siempre ocupadas, muchas ya no funcionan como deberían o directamente ni lo hacen. Por ello, muchos usuarios han ideado un nuevo método para poder cargar los vehículos en los centros comerciales.

Se trata de un adaptador que se conecta a un enchufe de pared normal. Además de cargar mucho más lento que una estación de recarga, este tipo de adaptadores pueden llegar a ser peligrosos por las sobrecargas que pueden desatar en el sistema eléctrico de los edificios. Por ello, algunos centros comerciales ya han tomado medidas y los han prohibido, y no sería de extrañar que pronto comenzara a considerarse ilegal su utilización.