El purasangre español de Renault

Ya nadie duda de que el futuro de la automoción será eléctrico. Pero en lo que sí hay dudas es sobre qué pasará hasta que se alcance este objetivo. Cada vez hay más incertidumbre sobre los plazos y las estrategias de este plan. Y prueba de ello es la creación de Horse, un proveedor de sistemas de propulsión basados en la combustión, una tecnología que supuestamente tiene los días contados ante la prohibición de Europa de vender coches de este tipo a partir de 2035. Parece que Horse apuesta por el caballo perdedor, pero ya se sabe que es mejor malo conocido que bueno por conocer.

Sea como sea, la realidad es que en plena era de la electrificación, Horse ya ha comenzado a trabajar en el desarrollo y creación de nuevos motores y cajas de cambios basados en la combustión, aunque eso sí, con tecnologías sin carbono y de bajas emisiones. Se espera que la nueva empresa de la que son accionistas mayoritarios el Grupo Renault y Geely , suministre sus productos a sus actuales clientes industriales, entre ellos Renault, Dacia y también Nissan y Mitsubishi Motors Company. Pero en el futuro, Horse también podría ofrecer tecnologías de propulsión a otras marcas de automóviles. En concreto, ofrecerá motores, cajas de velocidades, sistema de hibridación (xHEV) y baterías. Los sistemas de propulsión de Horse estarán preparados para, eventualmente, integrar todos los tipos de energías existentes, alternativas o futuras (e-fuels, GLP, hidrógeno, etc...).

¿Porqué Horse parece nadar a contracorriente en la industria de la automoción? Porque según Patrice Haettel, CEO de la compañía: “en 2040, los vehículos de combustión e híbridos seguirán representando más del 50% de las ventas mundiales”. Y lo cierto es que pese a los plazos marcados por Europa, la realidad parece que será esta, si tenemos en cuentas las necesidades del cliente actual, así como la velocidad de compra y despliegue de medios necesarios para la llegada definitiva del coche eléctrico.

Según Haettel, “Horse liderará este mercado con las mejores soluciones de bajas emisiones de su categoría gracias a su experiencia tecnológica. Se trata de una experiencia única y un gran motivo de orgullo colectivo contribuir a la creación de una empresa de esta escala. Todos los equipos de Horse en todo el mundo están preparados para conseguir que sea una referencia internacional de motores de combustión y tecnologías híbridas”.

Este liderazgo pasa por el crecimiento de la compañía en los próximos años, algo en lo que puede tener mucho que ver la entrada de Aramco en el accionariado. La compañía petrolera firmó una carta de intención con Renault y Geely el pasado 2 de marzo de 2023, y está evaluando una inversión estratégica en Horse. La inversión de Aramco respaldaría el crecimiento de la empresa y contribuiría a la investigación y el desarrollo clave para encontrar soluciones de combustibles sintéticos y tecnologías de hidrógeno de próxima generación.

Es lógico que Aramco sea de las partes más interesadas en que la vida de los motores de combustión se extienda lo máximo posible, y más allá del hidríogeno, esto pasa por que se desarrollen y optimicen los combustibles sintéticos y biocombustibles. Algo en lo que la compañía saudí ya trabaja con socios como Repsol, con quien abrirá una planta de combustibles sintéticos en el Puerto de Bilbao en los próximos años.

Horse quiere ofrecer soluciones para el 80% del mercado mundial de ICE (motor de combustión interna), accediendo a los mercados de Europa, América Latina y del Norte y China, con una capacidad de producción de más de 5 millones de cajas de velocidades y motores al año. La nueva empresa tendrá una cifra de negocios de más de 15.000 millones de euros, empleará a 19.000 personas y operará en 22 centros en todo el mundo, desde Geely (centros de Geely y su filial Aurobay en China y Suecia) y el Grupo Renault / Horse (centros de I+D y plantas de producción en Portugal, Rumania, España, Turquía y Sudamérica). España tiene un papel fundamental en toda esta estructura, ya que Horse tiene la nueva sede en Madrid.