La electrificación de los superdeportivos y los coches de lujo: cómo lo hará cada marca
Aston Martin se escudará en los circuitos para no renegar del todo de los vehículos de combustión mientras McLaren, Lamborghini y Ferrari buscan el mejor modo de electrificarse
La electrificación es un hecho, una realidad. Nada importa lo que piensen algunos. La industria ha tomado una decisión y avanza con paso firme hacia los coches enchufables. Las firmas de superdeportivos y de coches de lujo, sin embargo, se enfrentan a un reto todavía mayor, si cabe, en comparación con los fabricantes tradicionales. Estas enseñas deben mantener una vocación dinámica, emocional, que siga manteniendo sus vehículos como un objeto de deseo de millones de personas, aunque solo estén al alcance de un porcentaje mínimo de la combustión. Por otro lado, que los eléctricos sean más caros que los de combustión no es un problema para ellos, porque sus coches alcanzan ya precios muy elevados. ¿Cómo encaran la electrificación las marcas de superdeportivos y de lujo? A diferencia de las firmas generalistas, no se marcan una fecha para abandonar la gasolina, sino que, de momento, la hibridación tomará protagonismo para potenciar sus prestaciones.
En 2021, firmas como Ford, Volvo y Jaguar han concretado fechas para las cuales dejarán de vender vehículos no ya de combustión, sino también híbridos e híbridos enchufables, apostando solo por la electrificación total. Las dos primeras se han marcado como objetivo el año 2030, mientras que la británica, aún más ambiciosa, será totalmente eléctrica en 2025. La última en anunciar su conversión y entregarse a la propulsión eléctrica ha sido Mini, que marca el mismo 2030 como fecha en la que solo venderá este tipo de coches. Pero, ¿qué pasa con las marcas de deportivos?
Aston Martin, por ejemplo, anunció que seguirá lanzando superdeportivos que se propulsarán mediante, únicamente, un motor de combustión a partir de 2030, renegando de la electrificación. Esta decisión rompe con la tendencia actual del sector tras anunciar, varias marcas, fechas concretas para su electrificación total. Esto tampoco quiere decir que la firma de Gaydon no apueste por la electricidad, pues estima que solo el 5% de sus ventas para ese año corresponderán a vehículos de combustión interna, sino que desde Aston Martin mantendrán una pequeña parte de su negocio ligada a la combustión tradicional.
Para la británica, por ejemplo, que basa su prestigio en el diseño de sus vehículos, su rendimiento y su herencia competitiva, y que tiene en su V12 de 5.2 litros y doble turbo todo un tesoro, cambiar completamente su forma de concebir vehículos es un proceso crítico. No obstante, la legislación la deben cumplir todas las marcas y nadie está exento de contribuir a reducir las emisiones y evitar el desastre climático por lo que también la compañía favorita de James Bond se enchufará. De hecho, el Reino Unido prohibirá la venta de coches de combustión en 2030.
Según Lawrence Stroll, presidente y accionista mayoritario de Aston Martin, los primeros 100% eléctricos de la marca llegarán en 2025, un deportivo que se producirá en Gaydon y un SUV que, como el DBX, se ensamblará en St Athan, Gales. Antes, este mismo año, se lanzará una versión microhíbrida del DBX en combinación con el V8 y doble turbo que monta, y que AMG provee a la firma británica. En 2023, el crossover recibirá una versión híbrida enchufable. Tras los primeros eléctricos, la ofensiva electrificada de Aston Martin continuará para que, según dijo Tobias Moers, consejero delegado de la marca, el 95% de sus ventas en 2030 correspondan a electrificados, el 50% eléctricos y el 45% híbridos.
¿Dónde quedará la combustión, entonces, en Aston Martin a partir de 2030? En el circuito. Moers confirmó que, a partir de 2025, todos los vehículos que la británica comercialice serán eléctricos o híbridos. La combustión la reservarán para modelos creados exclusivamente para disfrutar en circuitos.
Como todas las firmas de deportivos, parte de su portfolio de productos lo ocupan coches exclusivamente para circuitos, vehículos que no tienen por qué cumplir la legislación aplicable a los coches de calle. Aunque, en la actualidad, Aston Martin solo vende el Vulcan como vehículo para circuito, pronto llegará el Valkyrie AMR, una versión más extrema del hiperdeportivo Valkyrie, que sí puede circular en carretera abierta. En el futuro, esta es la única solución que ve posible Aston Martin para seguir creando coches de combustión.
En cuanto al proceso de electrificación de la marca, AMG jugará un papel clave. La delicada situación económica de Aston Martin imposibilita que inviertan grandes cantidades de dinero en crear propulsores eléctricos e híbridos y desde Gaydon han tenido que buscar alianzas. Con AMG, de Daimler, la relación es excelente desde hace varios años y los alemanes han aportado motorizaciones como el V8 de 4.0 litros y doble turbo que han aprovechado el DB11 V8, el Vantage o el DBX. Con el último acuerdo entre ambas partes, mediante el que Daimler incrementaba su peso en el accionariado de la marca hasta el 20%, la firma alemana se comprometía a apoyar la electrificación de la británica ofreciendo acceso a toda la gama de motores de AMG y a la tecnología y propulsores eléctricos e híbridos de Mercedes-Benz.
McLaren, Ferrari, Rolls-Royce y Bentley
Firmas como McLaren, Ferrari o Bentley, entre otras, también deben afrontar la electrificación. Desde Crewe, también en el Reino Unido, Bentley anunció que en 2030 todos los vehículos que vendan serán totalmente eléctricos. Adrian Hallmark, su CEO, solo dejó abierta la posibilidad de la combustión en los llamados modelos continuation, que homenajean coches clásicos, aunque con el uso de carburantes sintéticos.No muy lejos de Crewe, en Woking, McLaren también debe encontrar el modo de realizar la mejor transición posible a la era eléctrica. Desde la marca, Ruth Nic Aoidh, directora ejecutiva de compras, admitió a Reuters que "probablemente podríamos hacer un coche eléctrico mañana, pero esto mataría todos los atributos que hacen que un McLaren sea un McLaren". Tras presentar el Artura, su último superdeportivo, que ya está electrificado gracias a un propulsor híbrido enchufable, la firma británica confirma que, a partir de 2026, todos sus vehículos serán híbridos. Un paso medio hasta la electrificación total, que todavía no saben cómo encarar por el peso, mucho más elevado, de los coches eléctricos.
En Maranello, Ferrari también trabaja para incorporar tecnologías eléctricas a sus coches, aunque siempre buscando el beneficio propio en forma de más prestaciones, como también ha hecho McLaren con el P1 o Porsche con el 918 Spyder. La enseña italiana tiene en el LaFerrari o en el SF90 Stradale ejemplos de cómo encara este proceso. En el caso de Ferrari, sin embargo, el camino es más difuso. Louis Camilleri, exCEO de la marca, que dimitió a finales de 2020, llegó a decir que el 60% de sus coches serían híbridos en 2022, pero después se apresuró a atacar a las autoridades europeas por su severidad e incluso afirmó que la marca nunca sería 100% eléctrica. "No creo que yo lo vea", dijo entonces tras defender que "si conduces un Ferrari con motor V12 durante unos 3.000 kilómetros al año, generarás menos emisiones que un coche pequeño que circula cada día". Habrá que esperar a ver qué planes presenta el nuevo CEO, que todavía no ha sido nombrado, cuando Ferrari encuentre al mejor candidato para ver qué rumbo toma el ' Cavallino Rampante' en cuanto a la electrificación. No obstante, desde Maranello sí han puesto fecha a la presentación de su primer eléctrico, 2025. John Elkann, que actúa como CEO interino de Ferrari, también es presidente de Stellantis, confirmó que, sea quién sea la persona que tome el mando de la marca más famosa del mundo, Ferrari estará comprometida con la sostenibilidad.
Por su parte, Rolls-Royce ya ha confirmado que se encuentra trabajando en un nuevo vehículo, al que ha llamado Silent Shadow, es decir, 'Sombra Silenciosa'. Este será el primer coche de lujo eléctrico en el que la firma británica incrustará el 'espíritu del éxtasis'. Pese a admitir que ya han empezado a desarrollarlo, Torsten Mueller-Oetvoes, su CEO, no ha puesto una fecha concreta para su llegada. La compañía deja así claro que no reniega de la electrificación, aunque sí han mostrado su voluntad de que, cuando llegue, sea un vehículo 100% Rolls-Royce, es decir, que cumpla con los estándares de calidad, lujo y prestaciones de la prestigiosa enseña del Grupo BMW.
Los planes de Lamborghini
A solo 32 kilómetros de Maranello, en Sant'Agata Bolognese, Lamborghini ha detallado recientemente sus planes en lo referente a la electrificación. Era una de las últimas firmas de superdeportivos, junto a Bugatti, por ejemplo, que todavía no se había pronunciado en ese aspecto. Según anunció Stephan Winkelmann, consejero delegado de Lamborghini, el plan de electrificación de la firma del toro, bautizado como Direzione Cor Tauri, ya está definido y constará de tres fases.En primer lugar, este año y el que viene Lamborghini se centrará en homenajear al motor de combustión, lanzando modelos que reflejen el período de éxito que vive la marca. En los últimos 15 años, la facturación de la enseña italiana se ha multiplicado por siete y es por eso que durante los próximos meses de 2021 se presentarán dos nuevos vehículos propulsados con el legendario V12 atmosférico de la marca.
La segunda fase, que se desarrollará hasta finales de 2024, será la transición híbrida de la marca, presentándose en 2023 el primer vehículo de producción de serie híbrido. Para finales de 2024, según Winkelmann, toda la gama Lamborghini estará electrificada, usando la hibridación siempre para mejorar las prestaciones y el dinamismo de sus vehículos. Para ello, invertirá 1.500 millones de euros durante los próximos cuatro años. Al final de esta fase, las emisiones de CO2 de su gama se habrán reducido un 50%.
Finalmente, durante la segunda mitad de la década, Lamborghini lanzará su primer eléctrico, el primero de su historia, que se convertirá en el cuarto modelo comercializado por la enseña del toro. Siempre orientarán sus avances hacia las prestaciones con la voluntad de situarse en lo más alto de su segmento, aunque esta vez ya con un coche 'cero emisiones'.