Probamos el Audi RS 4 Avant, el familiar más radical
El Audi RS 4 Avant es un coche deportivo. No importa su silueta familiar ni que, realmente, sea práctico, es un vehículo radical y emocionante
El Audi RS 4 Avant es un coche para disfrutar. Esta interpretación deportiva del A4 Avant dispone de todo lo que cualquier amante del motor necesita para pasárselo en grande. Es potente, es premium, espacioso y muy apto para al día a día, si aceptamos que un vehículo cuyo consumo en ciudad supera, holgadamente, los 10 litros cada 100 kilómetros es apropiado para la circulación diaria.
Al contrario que la gran mayoría de deportivos, no es un vehículo que llame especialmente la atención a simple vista, aunque sí se le oye, y mucho. No obstante, al centrar la mirada en él se pueden apreciar detalles como dos enormes salidas de escape ovaladas, un difusor de fibra de carbono, un paragolpes muy agresivo y llantas de 20 pulgadas que, en el caso de la unidad probada, esconden unos llamativos frenos carbocerámicos.

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Emoción en familia
El RS 4 puede ser bastante dócil, en los modos de conducción más suaves, pero no esconde su alma radical. Es muy estable en todo momento, siendo algo incómodo incluso en modo confort, en el que tampoco reniega de ofrecer aceleraciones contundentes. Es un deportivo. Sí, es familiar, puede servir como coche para cada día, pero, valga la redundancia, es deportivo y su propuesta es agresiva.
