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Probamos el nuevo BMW Serie 8 M850i xDrive Coupé

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La sucesión de los grandes coupés de BMW encuentra un lugar perfecto en el nuevo Serie 8, y su máximo representante por ahora es este fastuoso M850i xDrive Coupé, cuyo extenso nombre desvela que se trata de un Gran Turismo de armas tomar.

En casi 5 metros de longitud se dan cita lujo y prestaciones casi en la misma proporción. Más dinámico que los Serie 6 Coupé a los que sustituye, este M850i lo tiene todo, como tracción total, dirección a las cuatro ruedas y un portentoso motor V8 de inyección directa de 530 caballos de potencia máxima y 750 Nm de par. Un titán donde los haya.

La carta de presentación

Es verdad que el M850i xDrive Coupé es un coche de casi 5 metros. Y sin embargo es algo más corto que los Serie 6 a los que sustituye, pero es un coupé que apabulla por su línea exterior grande, ancha y baja. No aparenta los casi 2.000 kilos que arroja en la báscula, pero desde luego es raro que pienses en él como un coche de menos de 1.500 kg.

Tiene la estampa de un Gran Turismo en toda regla, y la nueva línea escogida para el Serie 8 es muy BMW, pero creemos que muy atractiva a la vez. No pasa desapercibido, desde luego. Si lo comparas con un Porsche 911, y mira que ahora es ancho el de Stuttgart, el tamaño de este M850i le supera.

Tampoco tiene la agilidad de los deportivos más pequeños y ligeros, pero desde luego también asombra la facilidad con la que se mueve este gran deportivo y Gran Turismo a la vez. En carreteras abiertas, como autopistas, autovías, etc., es una auténtica alfombra voladora, pero con un tacto y un andar asentado sencillamente excepcionales. Como las plazas traseras siguen siendo muy limitadas para las piernas, limitadísimas, pero delante ofrece un gran espacio, a grandes velocidades en este tipo de vías casi parece que vayas en un Serie 7.

La comodidad es máxima en este coche, y solo si eres alto puede estar comprometida la altura libre al techo. Aun así, incluso para un “1,90” está bien. De lo que recuerdo del Serie 6, aquel coupé era un coche muy grande por fuera y muy pequeño por dentro. Ahora pasa lo mismo, pero la sensación desde el interior de control de las cotas exteriores es mejor, vamos, que ergonómicamente se está mejor y ofrece un mayor control y confianza en la sintonía entre conductor y coche.

Si los asientos envuelven con comodidad y lujo, lo cierto es que ahora también el habitáculo exuda lujo en materiales, diseño y equipamiento. Este, como siempre, es muy amplio, pero también deja mucho campo libre a las opciones. Por citar un ejemplo, el pomo que ves en las imágenes, de cristal, cuesta 830 euros. Y así puedes sumar y seguir. Pero es lo de siempre en marcas como BMW, no asusta a nadie.

Al menos en los asientos delanteros, no solo se está cómodo y con holgura para todo, que es lo importante, es que además se respira tecnología tanto con las pantallas a modo de cuadro de relojes como con el monitor central y la distribución de la botonería alrededor de la palanca de cambios. Casi parece un avión, casi, aunque no tanto como en un Porsche Panamera.

Ágil, cómodo y rapidísimo

Cuando conduces el M850i te das cuenta de cómo acelera, cómo se tiene y lo bien asentado que va. No es para menos en un coche así, vamos, que cabía esperarlo. En conducción normal, lenta por ciudad o rápida por autovía o así, la sensación de control y manejo fácil es casi total.

Va muy bien asentado y aquí es donde demuestra sus dotes de berlina grande. Una batalla generosa y una suspensión de muelles helicoidales, sí, muelles helicoidales, pero de amortiguadores de dureza variable y, claro, con electrónica por todos los poros de la piel, se encargan de que puedas ir rápido, pero con total comodidad y seguridad.

Luego, en curvas y demás, notas con mayor profusión un montón de cosas que molan. Por ejemplo, que donde apuntas te metes, con una dirección rápida y también variable. Además, en cuanto pisas el acelerador te impulsa hacia adelante sin ningún tipo de problema. Los 530 caballos están ahí muy bien puestos, pero sobre todo es que a solo 1.800 vueltas ya tienes los 750 Nm máximos y mantenidos hasta un buen rango de revoluciones.

La dirección a las cuatro ruedas contribuye claramente a la agilidad de este coche. En ciudad notas un giro mayor de la parte de atrás, que primero impresiona y al que luego sacas mucho partido. En carretera rápida ayuda a cambiarse antes de carril, mientras que en curvas lentas y rápidas contribuye a cerrar el giro, con mucha solvencia y sin estar pendiente de las reacciones de sobreviraje.

Como ya pasa en otros BMW de este tipo, el M850i es tracción total, pero predomina el 100% de la potencia enviada al eje trasero. Lo hace automáticamente y solo si se detecta pérdida de tracción se empieza a enviar al eje delantero lo que haga falta y en la proporción y tiempo en que se necesite. Así, de una forma conduces un propulsión, y de otra, un tracción total. No tiene las ventajas de conducción de un tracción trasera exactamente, porque tampoco es que te vaya a permitir derrapar del eje trasero todo el rato, a la vez que la tracción integral solo está cuando de detrás ya has derrapado o porque el firme está mojado y una de las ruedas ya ha presentado pérdidas de agarre. Luego está la posibilidad de que tú juegues con los modos electrónicos, un mundo aparte si quieres, pero que ya sabes que te permite jugar bastante con este tipo de comportamientos hasta la desconexión total de la asistencia, en cuyo caso es mejor ser un buen piloto.

Por eso, el M850i xDrive Coupé es un gran vehículo, sin duda alguna. Cuesta un riñón, pero es cuestión de bolsillos, y lo cierto es que es un gran coche de representación, básicamente para dos y para el que no quiera una gran berlina como el Serie 7 y busque algo más de aspecto racing. Corre mucho, frena bien, es muy potente y lineal y combina muy bien su aspecto de deportivo y la faceta de coche cómodo, para conducir con rapidez y comodidad.

https://neomotor.sport.es/coches/bmw/serie-8/nuevo-serie-8-gran-coupe-deportividad-y-lujo.html