Probamos el nuevo BMW X5 2019

La quinta generación del BMW X5 supera en todos lo aspectos a su predecesor para situarse como una de las referencias en el mercado de los SUV premium

BMW ha lanzado la cuarta generación del BMW X5, un modelo que lleva en el mercado desde el año 2000 con un una trayectoria ininterrumpida de éxitos. La única forma de mantener esta línea ascendente es mejorar año tras año y generación tras generación, hasta alcanzar la excelencia que brinda esta última generación del gran SUV alemán.

El nuevo BMW X5 2019
El nuevo X5 supera en todos los aspectos a su predecesor, empezando su tamaño. Ofrece una imponente longitud de 4.922 mm, una anchura de 2.004 mm, una altura de 1.745 mm y una batalla de 2.975 mm. Estas dimensiones, prohibitivas para muchas plazas de garaje, permiten ofrecer un interior extraordinariamente espacioso, con cinco plazas reales ‑el asiento trasero central es inusualmente ancho‑ y la posibilidad de albergar hasta siete plazas.

Tanto o más evidente que el aumento de tamaño es la evolución de diseño que ha experimentado esta cuarta generación para adaptarse a la nueva línea estética de la marca. Los descomunales “riñones” típicos de BMW son la principal seña de identidad de este modelo en el frontal, junto a unos faros más rasgados que de serie integran tecnología Full LED pero que opcionalmente pueden disfrutar del sistema Laserlight, capaz de iluminar a unos 500 metros de distancia con una claridad excepcional y sin deslumbrar en ningún momento al resto de usuarios de la vía.

En la vista lateral el nuevo X5 ofrece una perspectiva más conservadora, siendo el diseño que quizá menos haya evolucionado con respecto a su predecesor. Aún así muestra una línea moderna y minimalista en la que lo que más llama la atención en la marcada línea de cintura y los abultados hombros a la altura de los ruedas posteriores.

El nuevo BMW X5 2019
La zaga, por su parte, se muestra extremadamente rotunda, con una sensación de anchura reforzada por los grandes pilotos de nuevo diseño tridimensional. Otro aspecto a destacar en la parte posterior es el gran portón de accionamiento automático, que por primera vez en este modelo cuenta dos secciones: una superior y otra inferior que ayuda a facilitar la maniobra de carga. A este fin también se destina un botón capaz de rebajar la altura de la carrocería mediante la calibración de la suspensión hidráulica.

El BMW X5 ofrece una insuperable calidad de vida a bordo

Como decíamos, el espacio es una de las principales virtudes del habitáculo del X5, pero es sólo un aspecto más en todo el despliegue de medios que se ha hecho BMW para brindar una de las mejores calidades de vida abordo que hemos experimentado en un vehículo.

Interior del nuevo BMW X5 2019
Todos los pasajeros gozan de un espacio luminoso gracias al gran techo panorámico de cristal, de una insonorización ejemplar, de un confort de rodadura sencillamente extraordinario gracias a avanzado un sistema de suspensiones adaptativas, de una climatización personalizada y de un ambiente siempre perfumado, entre otras muchas ventajas. A su vez, los ocupantes de las plazas delanteras suman unos asientos que en caso de la unidad de pruebas eran de la terminación Confort y que integran ventilación, calefacción y función masaje, además de infinitas regulaciones electrónicas con función memoria para que todos los usuarios, independientemente de sus condiciones, disfruten siempre de la mejor ergonomía.

Tecnología del futuro

El nuevo BMW X5 integra tanta y tan diversa tecnología enfocada al infoentretenimiento, la conectividad, la seguridad y la ayuda a la conducción, que haría falta un reportaje entero sólo para poder abarcar este despliegue. Vamos a citar por ello los sistemas que más nos llamaron la atención, empezando por la llave inteligente Display Key. Como si fuese un pequeño móvil, esta goza de una pantalla a color desde la que se puede controlar el cierre y la apertura de las puertas, ver de cuánta autonomía dispone el coche, programar la calefacción a distancia, etc.

Interior del nuevo BMW X5 2019
Ya en el interior del coche, nos llamó la atención sistemas como el de información, capaz no sólo de mostrarte sino también leer las noticias del día; el control gestual del sistema de audio; el intuitivo control por voz; el mando circular iDrive con sensor de escritura; las dos grandes pantallas de 12,3 pulgadas en el cuadro de instrumentos y en lo alto del salpicadero; o el grandísimo Head-Up display a todo color que flota ante la mirada del conductor, entre otros muchísimos sistemas.

En el apartado de ayudas a la conducción encontramos lo mejor y lo peor de este BMW X5. El sistema de ayuda a la marcha atrás nos parece una genialidad. El coche recuerda los últimos 50 metros que ha recorrido para, en caso de necesitarlo, activar esta función con la que el coche deshace este recorrido siguiendo exactamente los movimientos de volante que ha efectuado el conductor. Este sistema es especialmente efectivo en garajes muy angostos o en estrechos caminos forestales que no tienen salida.

Pero como apuntábamos, en este apartado también está lo que más nos disgustó del X5. Y es que ofrece un sistema de control de mantenimiento en el carril demasiado agresivo. Cuando se activa esta función junto con el control de crucero adaptativo, lejos de mantener el coche en el centro del carril y hacer pequeñas correcciones cuando se acerca a las líneas de la carretera, corrige la dirección de un modo excesivamente brusco que hace incómoda la conducción.

Dinamismo "Made in BMW"

Al ver este imponente SUV de casi cinco metros y más de dos toneladas, se nos antojaba casi imposible que ofreciera el dinamismo que siempre esperamos de un BMW. Pero de nuevo la marca alemana ha estado a la altura de su “leyenda” y ha conformado un coche que combina un confort sobresaliente con un dinamismo extraordinario. Infinitos sistemas tecnológicos que trabajan en la sombra para mantener la trayectoria y la tracción correcta en cada circunstancia, una impecable suspensión adaptativa capaz de rebajar la altura de la carrocería, una dirección transmisiva y directa, y la efectiva dirección activa en el eje trasero, hacen que sea un auténtico placer conducir tanto en carreteras rápidas como en tramos de curvas.

El nuevo BMW X5 2019
Además, nuestra unidad de pruebas gozaba del paquete xOffroad que se ofrece junto con la suspensión neumática para elevar la carrocería, y que incluye un bloqueo mecánico del diferencial trasero y cuatro programas de específicos para cuando se abandona el asfalto: xSand, xRocks, xGravel, xSnow. Para ponerlo a prueba tomamos una pista forestal que estaba en bastante mal estado. Pese a su dificultad, el X5 la superó sin inmutarse pese a montar unas llantas de 22 pulgadas con un finísimo perfil de neumático pertenecientes al acabado M, nada recomendable para este contexto pero maravillosas en zonas asfaltadas.

Tan sólo nos queda destacar el soberbio comportamiento del motor diésel de seis cilindros y 2.995 litros de cubicaje que ofrece la versión xDrive30d, acoplado a la caja de cambios automática de ocho relaciones con embrague tipo convertidor de par. Este propulsor, más que por sus 265 cv, destaca por sus imponentes 650 Nm de par motor, que ofrecen una patada extraordinariamente contundente desde un régimen muy bajo de vueltas. Y lo mejor de todo es que esta potencia se combina con unos consumos muy, pero que muy, ajustados.

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