Citroën XM, 35 años de innovación
El Citroën XM sorprendió en los años 90 por sus innovaciones tecnológicas y redefinió los estándares en el segmento de las berlinas de lujo
A finales de los años 80, Citroën se embarcó en un ambicioso proyecto para renovar su aclamada tecnología de suspensión hidroneumática, integrando los avances de la electrónica y la informática que dominaban la época. Este esfuerzo culminó en el lanzamiento del Citroën XM, un automóvil que no solo continuó el legado de modelos icónicos como los DS, SM y CX, sino que también redefinió los estándares en el segmento de las berlinas de lujo.
El Citroën XM adoptó un nuevo lenguaje estilístico y un enfoque innovador hacia el confort y las prestaciones. Su diseño, una obra maestra de Bertone, estaba inspirado en el deportivo Citroën SM de los años 70. Caracterizado por líneas rectas y una aerodinámica optimizada, prefiguraba las formas de modelos futuros como el Citroën Xantia. Además, su amplia superficie acristalada, con 13 lunas (contando parabrisas, ventanillas, custodias, portón, etc.), ofrecía una luminosidad excepcional, comparable incluso con modelos más modernos de la marca.
Bajo el capó, el Citroën XM seguía los pasos del prestigioso Citroën SM, incorporando un motor V6 de 3.0 litros y 24 válvulas que alcanzaba los 200 CV de potencia, proporcionando una experiencia de conducción llena de emoción. Esta motorización no solo garantizaba altas prestaciones, sino que también marcaba el regreso de Citroën a los motores V6, una configuración que no se utilizaba desde los tiempos del motor Maserati del SM.
En cuanto a innovaciones técnicas, el habitáculo del XM estaba meticulosamente diseñado para ofrecer el máximo confort, con asientos cuya estructura y forma complementaban las ventajas de la nueva suspensión hidractiva. Además, el Citroën XM introdujo una revolución en los sistemas de iluminación del automóvil al implementar los primeros grupos ópticos de superficie compleja, permitiendo faros de solo 70 mm de altura que concentraban la luz en un área mucho menor, combinando funcionalidad con un estilo vanguardista.
El cambio de generación del XM en 1994 no solo trajo consigo un restyling visual y una actualización interior, sino que también marcó la incorporación del multiplexado, una innovación que simplificaba la arquitectura eléctrica del vehículo mediante la digitalización de la transmisión de datos. Esta tecnología permitía una gestión integrada y avanzada de los sistemas del vehículo, pavimentando el camino hacia las modernas funcionalidades que hoy en día se incorporan de serie en la industria automotriz.
En resumen, el Citroën XM, nombrado “Coche del Año en Europa 1990”, fue todo un icono en la historia de la marca, gracias a la fusión de su diseño, tecnología y confort de manera innovadora.