Cupra Snow Experience 2022: rompiendo el hielo con el Born y el Formentor VZ5
El Cupra Born eléctrico nos demuestra su inusual deportividad en una prueba por circuitos congelados en Finlandia
Si hay algo que un amante del motor busca en un vehículo son las sensaciones. A veces éstas llegan a través de la pureza de los clásicos, de la potencia de coches deportivos, del viento y el sonido en un descapotable, o de un no se qué que es capaz de dibujarte una sonrisa en el rostro mientras conduces. Y eso es exactamente lo que transmite el Cupra Born, un coche urbano, eléctrico, versátil y no excesivamente potente… pero extremadamente divertido de conducir.
Así lo comprobamos durante la Cupra Snow Experience, unas jornadas en las que la firma española nos llevó hasta Rovaniemi, capital de Laponia en Finlandia, para pilotar este coche y el extremo Formentor VZ5 de 390 CV por caminos nevados y circuitos completamente congelados. Es cierto que en este contexto es difícil no divertirse, pero os podemos asegurar que exigimos al Born tanto como se merecía este viaje, y el eléctrico estuvo mucho más que la altura de la situación. Concretamente el modelo que llevamos fue el Born tope de gama con el motor 204 CV, alimentado por una batería de 58 kW/h y optimizado con el paquete e-boost, que puntualmente amplía la potencia hasta los 231 CV.
La expedición arrancó con una ruta por caminos nevados y en muchas ocasiones completamente helados, para los que era necesario montar neumáticos con clavos. Pese a esta ayuda había que ser muy fino en el manejo del coche en según que tramos, ya que bastaba una pequeña distracción o abandonar un poco del camino marcado por los coches precedentes para pegarte un buen susto. Para salir airoso de estas ocasiones, o si querías rodar a la misma velocidad que lo hacían los conductores locales, era imprescindible disponer de un coche que respondiera rápido y fielmente a tus reacciones, y el Born en esto es mejor que la gran mayoría de eléctricos de su segmento. Sin duda, la excepcional puesta a punto del chasis que realiza Cupra en todos sus coches no es una excepción en este modelo, que cuenta con unos tactos de dirección, aceleración y frenada que nada tienen que envidiar a los coches de similares características con motores de combustión y sistemas de frenada clásicos.
Lo más complicado a la hora de crear un eléctrico es que éste tenga buenos tactos y un comportamiento que no se vea penalizado por el peso de las baterías. Hay que pensar que la frenada, por ejemplo, tiene dos etapas, ya que a la mordida de las pinzas le precede la regeneración que recarga las baterías. Y es muy complicado lograr que entre ambas etapas no existan cortes, para que sea una transición inapreciable. Además, muchas veces los eléctricos tienen un tacto blando y esponjoso en el pedal de freno, todo lo contrario que sucede en el Born como pudimos comprobar en un complejo ejercicio de frenada.
Los nórdicos conducen bien por castigo. No sólo deben enfrentarse cada día a carreteras que en España serían auténticas desafíos, sino porque además para sacarse el carné de conducir deben superar la exigente prueba que Cupra nos planteó con el Born: una frenada con esquiva en un tramo helado, tras acelerar a fondo desciendo de una colina completamente nevada. Nosotros nos hubiésemos sacado el carnet al segundo intento y nunca sin la ayuda del Born. Y es que es en experiencias como esta es cuando te das cuenta lo bien hecho que está este coche. Para pararlo en estas circunstancias hacía falta un buen equipo de frenos, y pese a llevar tambor en las ruedas traseras, éstos detienen efectivamente el coche junto con los sistemas de ayuda a la conducción y seguridad de los que dispone. Además, para esquivar los primeros conos era necesaria una precisa dirección, mientras que para abandonar el circuito en la ajustada salida entre conos, se necesitaba un coche estable con buen aplomo.
Pero sin duda la prueba de fuego en el manejo del Born fue la conducción por los circuitos de hielo. Básicamente consistía en no ir recto, con la dificultad que ello suponía. Se trataba de hacerlo derrapar en todo momento, pero debíamos hacerlo a gran velocidad, lo que sobre un terreno extremadamente resbaladizo supone precisamente lo contrario, conducir con movimientos lentos y precisos: el volante no necesita más de una vuelta si has descolocado correctamente el coche, las aceleraciones deben ser progresivas y constantes, y las frenadas potentes pero escasas. Si combinabas todo ello como toca sin dejar que se acumulase la faena, lograbas completar los circuitos deslizándote en todo momento. Aunque hay que admitir que el Born nos lo puso más fácil de lo habitual. Y es que hablamos de un coche con un r eparto de pesos casi perfecto del 50% delante y detrás, una a celeración potente pero no desmedida para poder cruzar el coche rápido con un buen apretón del pedal, un peso contenido pese a ser eléctrico, un centro de gravedad muy bajo gracias a la posición de las baterías en el suelo del vehículo, y unos modos de conducción que en su modo más deportivo permiten desconectar por completo el control de estabilidad y tracción, algo inusual entre los coches de su clase.
Es imposible tener una mejor base de pruebas que la Cupra Snow Experience para comprobar el buen hacer de la firma española, que ha logrado que un vehículo urbano, eléctrico y versátil como el Born, sea un coche extremadamente divertido de conducir. Y lo ha logrado de la mejor manera que sabe hacerlo, poniendo a punto el chasis de una forma excepcional. No hay que olvidar que el Born comparte muchísimos componentes con el Volkswagen ID.3, pero realmente se siente más deportivo y dinámico que su primo hermano, gracias a cambios como una dirección progresiva que eleva su precisión, una suspensión rebajada 15 mm en el aje delantero y 10 mm en el trasero, un control dinámico del chasis (DCC) y la posibilidad de poner el ESC en modo Sport o desconectarlo por completo.
Sabemos que esta experiencia no es el mejor de los escenarios para medir la eficiencia del Born, pero teniendo en cuenta que realizamos una largas ruta por carretera y que estuvimos sometiendo a los coches a aceleraciones constantes en los test en circuito, todas las unidades finalizaron el día con entre un 10% y un 20% de energía restante. Un resultado más que positivo si tenemos en cuenta que estuvimos rodando a temperaturas por debajo de cero y que el frío extremo es uno de los peores enemigos de la las baterías. Es decir, que el Born es un vehículo con gran autonomía, versátil para el día a día, y sencillo de conducir, pero con ese ADN Cupra que lo convierte en un coche divertido y recomendable para los amantes de la deportividad.
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Rompiendo el hielo con el Formentor VZ5
Cupra reservó el plato fuerte del viaje para la última jornada, cuando pudimos probar el Formentor VZ5 con su motor de 390 CV y sus elementos específicos para convertirse en la auténtica referencia deportiva de la marca.En reportajes anteriores ya detallamos todas sus novedades así que vamos a centrarnos únicamente en la experiencia de conducción, que se dividió en dos etapas y que comenzó con un tramo por el Rally del Ártico. Un auténtico sueño para cualquier amante del motor.
En una auténtica trampa helada como eran las estrechas y congeladas carreteras de esta prueba, en las que no se diferenciaban sus límites y podías acabar subido a uno de los taludes que las flanqueaban si cometías un pequeño fallo debido a la capa de nieve que levantabas los coches que te precedían, el VZ5 mostró un aplomo extraordinario y nos traslado una sensación de seguridad y control que parecía imposible en esas circunstancias.
A unos cien kilómetros por hora menos de lo que circulan por ahí los pilotos profesionales, sentíamos una gran impotencia por no poder rozar ni si quiera los los límites del VZ5 en este contexto. Pero es que con la enorme potencia del coche bastaba un poco más de presión sobre el pedal del acelerador para pegarte un buen susto. Realmente comenzamos a disfrutar del tramo cuando este afrontaba su recta final, y conseguimos confiar por completo en el agarre de los pequeños clavos que tenían los neumáticos. Poco a poco íbamos desconectando las ayudas de la conducción que ofrece el Formentos VZ5 para acabar dejándolo en libertad y rodando lo bastante rápido como para finalizar tan satisfechos como exhaustos por la atención que requería el pilotaje.
Esta primera toma de contacto fue el calentamiento perfecto para lo que nos esperaba a continuación, derrapar sobre el hielo en distintos circuitos para probar la potencia y el dinamismo del VZ5. Haciendo caso a los monitores, comenzamos con cautela y probando todos los modos de conducción que ofrece el coche, desde los más restrictivos hasta eliminar cualquier tipo de ayuda.
Con todos los controles activados en el modo Confort era casi imposible llevar el coche al sitio si no ibas muy lento, ya que la electrónica intervenía demasiado cuando comenzaba a patinar.
Por eso pasamos casi de inmediato al modo Sport. En este se mantenían los controles pero de un modo menos intrusivo. Sería el que utilizaríamos si quisiésemos circular algo más rápido pero sin riesgo.
Y de este pasamos al modo Drift, que ayudaba a cruzar el coche. En este fue cuando comenzó la diversión, y nos dimos cuenta lo ágil que es el Formentor VZ5. Los cambios de peso eran rapidísimos y super precisos, lo que ayudaba a mantener el coche de lado prácticamente durante todo el recorrido. Desde luego es el modo en el que alguien sin mucha experiencia más se puede divertir. Nos quedamos con muchísimas ganas de ver cómo funciona en asfalto en vez de sobre hielo.
Y llegó el turno de probar el VZ5 a pelo, quitándole todas las ayudas con el modo Cupra. Si duda es el modo que más precisión exige ya que requiere domar 390 CV sobre una superficie extremadamente traicionera para ir rápido había que ser suave y progresivo con el volante y el acelerador, ya que un mínimo más de gas del necesario, o cerrar más la dirección de lo necesario, hacía que perdieses el morro o el culo con una facilidad increíble. Tras unas vueltas de 'reconocimiento' fue sin duda el modo en el que más nos divertimos.
Estamos ansiosos por conducir el Formentor VZ5 en asfalto, y a poder ser en circuito. Sin duda el hábitat natural de este coche y donde realmente podremos comprobar la gran potencia del motor de cinco cilindros y el soberbio trabajo que Cupra ha hecho con el chasis de este coche.
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