El renacer de la rivalidad: Ford Mustang contra Chevrolet Camaro
Tras una gran crisis que se extendería por los 70, 80 y 90, el Mustang y el Camaro resucitaron dispuestos a todo
La primera parte de la historia de la rivalidad entre el Ford Mustang y el Chevrolet Camaro publicada en NeoMotor terminaba con la caída de popularidad de ambos modelos tras cambios en la ley y la crisis del petróleo. Ford empezó a fabricar el llamado Mustang II con una plataforma barata que no tuvo nada de éxito y Chevrolet se las ingenió para mantener un poco de esperanza con la leve aceptación de su nuevo Camaro, también en una plataforma más barata pero diseñada especialmente para el modelo.
Recuperando impulso
Los años 70 fueron una época negra para los vendedores de coches, y más aún para el Mustang y el Camaro. Esta crisis llegaría a durar casi dos décadas hasta que el sector se recuperara totalmente. Sin embargo, Ford y Chevrolet no podían esperar a que todo se arreglara solo y se pusieron manos a la obra para revertir la situación. Ford lanzó un modelo, peculiar, de su famoso coche bautizado como 'Fox Body Mustang' en 1979. Esta nueva versión devolvía al Mustang al sector de los vehículos de alto rendimiento con un motor V8 5.0.

Ninguno de los nuevos modelos, sin embargo, alcanzaban las prestaciones y rendimiento de sus hermanos mayores, los exitosos Mustang y Camaro de los 60. A pesar del intento de Ford de desarrollar un nuevo modelo de Mustang en una plataforma de tracción delantera, que acabaría convirtiéndose en el Ford Probe, su variante de alto rendimiento iría mejorando esporádicamente durante los 90.
El renacer
Después de restablecer la credibilidad del Mustang con modelos como el 5.0 GT y el SVT Cobra, Ford se dio cuenta de que su flamante 'Pony Car' aún carecía de algo muy importante: un estilo clásico. Fue en 2005, cuando Ford rediseñó el Mustang para que se pareciera al de 1965 pero adaptándolo a la estética del momento.Para Chevrolet la historia fue parecida. La compañía decidió retirar el Camaro del mercado en 2002, pero en 2010 sacaría un modelo de aspecto retro de su mítica máquina.

Paralelamente, Ford también vende actualmente el Shelby Mustang GT500, un monstruo propulsado por un V8 de 662 cv de potencia, un impresionante par máximo de 855 Nm y una velocidad máxima de 325 kilómetros por hora. La firma del óvalo también resucitó en 2011 el Mustang Boss 302, un bólido destinado a correr por pista. De la misma manera, Chevrolet tiene en su gama el Camaro ZL1, un superdeportivo con un V8 sobrealimentado, basado en el motor del Corvette ZR1, de 580 cv y 754 Nm.

Todo empezó con Transformers
En, sin lugar a dudas, uno de los mercados más grandes del mundo, privado de la fuerza e imponencia de los 'Muscle Cars' durante más de un siglo, resulta ahora que sí gusta un buen deportivo clásico americano. Aunque en un porcentaje bajo aún, las ventas del Camaro y del Mustang en China han crecido de manera inesperada porque, de serie, su precio en el gigante asiático dobla el de Estados Unidos. En China, sin embargo, incluso se ha abierto un club de fans de los Muscle Cars con más de 8.000 miembros actualmente.Transformers, una película de Michael Bay estrenada en 2007, tuvo una gran aceptación en China. Chevrolet, después del éxito de la película, lanzó el Camaro en el país asiático para que los fans pudieran conducir su propio Bumblebee, el autobot que se convertía en un Camaro amarillo. Ford contraatacó lanzando el Mustang en el mercado chino en 2015 como parte de su plan de globalizar su gama.

Lo que los 'Muscles Cars' están haciendo en China es lo mismo que hicieron en los 60 en Estados Unidos. Las marcas están atrayendo interesados a sus concesionarios para convertirlos en seguidores. En los orígenes de ambos modelos, los estadounidenses iban a ver el Chevelle SS de Chevrolet y salían de la tienda con un modelo más económico pero igualmente atractivo, el Camaro. Los 'Muscle Cars' siempre han sido coches fabricados para fidelizar a los compradores con su marca y esto es, en esencia, lo que ambos fabricantes están haciendo en China.