¿Me conviene un coche eléctrico?
Si vas a comprar un coche eléctrico debes leer antes este artículo para saber si realmente es lo que más te conviene o por el contrario debes seguir apostando por un gasolina o diésel
Todo aquel que se enfrenta a la compra de un automóvil se plantea si ya le conviene o no un coche eléctrico. Respondiendo a estas preguntas sabréis si estáis preparados para dar el salto a la electrificación o si por el contrario debes seguir optando por un modelo diésel o gasolina.
¿Se adapta a mi estilo de vida?
Lo primero que hay que tener en cuenta es el uso que se hace del coche, es decir, cuántos y qué tipo de kilómetros recorres diariamente. En España se recorre una media de 240 km semanales, es decir, algo más de 34 al día. Si es tu caso, y teniendo en cuenta que la recarga de un coche eléctrico a día de hoy suela dar entre 300 y 400 kilómetros de autonomía, y hasta 600 en los casos de los vehículos más exclusivos o si se realiza exclusivamente en ciudad en el caso de los generalistas, podrías optar a un coche eléctrico.En cambio, si por trabajo o por cualquier otra circunstancia realizas más de 40 kilómetros al día, y principalmente por carretera, lo más aconsejable sería comprarte un automóvil de combustión: gasolina si realizas menos de 20.000 kilómetros al año y diésel si superas esta cifra.

Una alternativa para no tener que recurrir a estas fórmulas pero seguir disfrutando de un coche eléctrico para el día a día y a su vez apto para largos viajes es comprar un híbrido enchufable. Este tipo de vehículos tienen un motor eléctrico y unas baterías de menor tamaño que brindan una conducción 100% eléctrica de unos 50 kilómetros, con lo que se cubre la media de kilómetros diarios que recorren al día en coche los españoles, y lo combinan con motores de combustión para no tener que preocuparse de la autonomía cuando se afrontan largos viajes.
¿Puedo recargarlo?
La segunda gran pregunta es, ¿dónde puedo recargar mi coche eléctrico?. Existen tres opciones: en casa, en el trabajo o en la red de cargadores que ofrecen las marcas con compañías asociadas o en sus propios concesionarios.Si es en casa, lo primero que hay que decir es que la mayoría de marcas al comprar uno de sus coches eléctrico o bien te regalan el Wallbox u ofrecen ayudas a la instalación el mismo para que este trámite sea lo más llevadero posible y no sea un impedimento económico en la compra del coche.
La situación ideal es disfrutar de una vivienda con garaje propio, en la que el único elemento a tener en cuenta es adaptar la potencia y la acometida a la instalación eléctrica necesaria para instalar un cargador doméstico.

Si en cambio no tienes plaza de garaje no te recomendamos comprar un coche eléctrico o híbrido enchufable, ya que quedarías a expensas de poder recargarlo en el trabajo si este dispone de un cargador al que tengas acceso, en la limitada red de cargadores públicos, en los concesionarios de la marca del vehículo si dan libre acceso a ellos, o a través de las fórmulas de carga que las firmas automovilísticas ofrecen mediante la asociación con empresas eléctricas.
¿Me sale rentable comprar un coche eléctrico?
Los coches eléctricos son notablemente más caros que los convencionales. Eso es innegable. Pero hay que tener en cuenta que en situaciones muy específicas y gracias a su menor gasto de uso y mantenimiento pueden salir más rentables a largo plazo que los de motor de combustión.Con un eléctrico gastamos una media de entre 0,60 y 1,80 euros de energía eléctrica cada 100 kilómetros, mientras que en un modelo diésel de similares características este coste se eleva hasta los casi 5 euros/100 km. Si a esto le añadimos unos costes de mantenimiento mucho más reducidos dada la menor cantidad de elementos mecánicos y de desgaste, además de una menor periodicidad de revisiones (cada 2 años en vez de un año), el vehículo eléctrico puede salir más rentable con el paso de los años.

¿Ayuda realmente al medioambiente?
Si tu principal razón de compra es el respeto medioambiental, ahí si que no hay discusión posible, el coche eléctrico es la opción más adecuada. A lo largo de todo el ciclo de vida de un automóvil (desde la extracción de los materiales necesarios para construirlo, hasta su reciclaje final), un eléctrico emite de un 30 a un 70% menos de CO2 que uno de combustión, dependiendo del origen más o menos renovable de la energía con la que lo recarguemos a lo largo de su fase de utilización.