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Prueba de larga duración del Mercedes-Benz Clase V

Sometemos al Mercedes-Benz Clase V a una prueba de larga duración en su hábitat natural: un intenso viaje por distintos contextos, con siete pasajeros y todo su equipaje, a lo largo de más de 2.800 kilómetros

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Probamos el Mercedes-Benz Clase V, un monovolumen de lujo sin apenas competencia en el mercado como realmente hay que hacerlo para poderlo evaluar convenientemente: un viaje de larga duración, con todas sus plazas ocupadas por adultos y con el maletero hasta los topes.

A la hora de probar un vehículo soy de la manera de pensar que hay que hacerlo en el contexto para el que fue concebido. Este Clase V de Mercedes-Benz tiene un fin muy claro: el transporte de personas, a una larga distancia, durante bastante tiempo y con la mayor comodidad posible. Vamos a ver si lo consigue.

La versión que nos cedió la marca concretamente fue el Clase V 300d, tracción trasera, motor diésel de 239 cv, con un cambio automático 9-GTronic, convertidor de par de nueve velocidades. Era la versión larga, con sus respetables 5,14 metros y con una capacidad de maletero de 1.039 litros. Montaba siete plazas con una disposición 2+2+3. Y lo que más me gusta: Made in Spain, producto nacional.

MEJORAS EN DISEÑO

Como siempre el diseño en los vehículos es algo muy particular y emocional. Mejor que veas la galería de fotos que realizamos durante la prueba y juzgues por ti mismo. No obstante, los cambios principales se implementan principalmente en el frontal, con una calandra mucho más moderna y deportiva y unas nuevas ópticas LED. Con respecto a la parte trasera poco se podía hacer.

VIDA A BORDO

Ahora ya entramos en harina. Vamos a analizar si lo que experimentamos se corresponde con lo que los ingenieros de la marca alemana diseñaron y pensaron para el Mercedes-Benz Clase V.

Segunda fila de asientos del Mercedes-Benz Clase V
Segunda fila de asientos del Mercedes-Benz Clase V
El planteamiento de prueba es muy claro: un viaje con siete adultos con sus siete equipajes, durante 10 días desde Valencia al País Vasco. Las jornadas potentes fueron las de ida y vuelta. El de ida se lleva bien en cualquier vehículo por la ilusión del comienzo de la aventura. El de vuelta es el que de verdad marca la diferencia. Por supuesto hay que añadir los preceptivos movimientos diarios para visitar la mencionada comunidad autónoma. En total 2.884 km de carreteras de todo tipo: autopistas, nacionales, carreteras secundarias y otras muy secundarias, puertos de montaña, zonas urbanas… Fueron 40 horas y 28 minutos de conducción, con una media de 71 km/h. El consumo me lo guardo para el final.

Lo primero que destaca es la accesibilidad a todas las plazas. La altura es mas o menos la de un SUV, teniendo que subir un poco respecto al suelo. Recordemos que la configuración de las plazas es 2+2+3, por lo que a priori la última fila de asientos puede ser la más comprometida. Pues no. El Clase V cuenta con las dos puertas traseras correderas, con accionamiento eléctrico, lo que tiene unas ventajas innegables a la hora de aparcar este vehículo, el cual he de recordar que tiene unas dimensiones a tener en cuenta. Un espacio en batería, ancho para un automóvil normal, se convierte en estrecho para este vehículo. Las puertas correderas te permiten salir de él sin mayor dificultad, lo que con otro tipo de puertas se convertiría en una sesión de contorsionismo que podría acabar en visita al ambulatorio, con vídeo viral circulando a toda velocidad por las redes. El acceso a la última fila se facilita con un desanclaje del asiento de la segunda fila, el cual levantas sin dificultad hacia la izquierda, aunque si los que viajan en la tercera fila son niños pueden colarse sin necesidad de levantar el asiento.

Siguiendo con los asientos (los nuestros eran en cuero beige) he de decir que están muy bien finalizados, y esto no es algo baladí. Detrás del diseño de unos asientos hay muchos millones de euros y muchas horas de trabajo. Es la diferencia entre que cuando bajas después de la segunda parada tras cuatro horas de viaje andes como Robocop y te pongas a averiguar cuanto le queda a esto, o que vayas tranquilamente a tomar algo con tus compañeros de viaje pensando en lo bien que lo estáis pasando. El Clase V es de los de la segunda opción. Los asientos se adaptan perfectamente a todos los contornos de tu cuerpo ofreciendo descanso a todos los músculos y minimizando con ello el cansancio que provoca la conducción. Por supuesto el asiento del conductor dispone de multitud de reglajes.

Amplio espacio interior en el Mercedes-Benz Clase V.
Tercera fila de asientos del Mercedes-Benz Clase V
Cada butaca tiene sus apoyabrazos independientes, esté en la fila que esté, dispone de inclinación de respaldo, movimiento longitudinal, hacia atrás o hacia delante, y una cosa muy interesante: a los dos de la fila central se les puede tumbar el respaldo totalmente hacia delante convirtiéndose con ello en una mesita bastante práctica. Si añadimos que el espacio interior es tremendo, pudiendo ir todos los adultos con las piernas totalmente estiradas, que el suelo es totalmente plano en el habitáculo, lo que facilita el movimiento por el interior, y que cada día descubres un nuevo hueco donde alojar objetos, tienes todos los mimbres para que la vida a bordo sea una la experiencia para recordar del viaje.

Mención aparte merece el equipo de audio que monta de serie, sin ser el sistema Burmester que se puede solicitar de opción, personalmente me pareció de una calidad excelente, y yo soy muy exigente con ello, realizando la evaluación de los equipos que pruebo con la misma canción, lo que me permite testear tanto la nitidez, la calidad de reproducción de los sonidos en los principales anchos de banda, como el buen ensamblaje de los altavoces y sus protecciones, de forma que no haya vibraciones a volúmenes altos. Sobresaliente. Veo como algo a mejorar el acceso sobre el control de los parámetros del equipo de audio. No son muy intuitivos, aunque al final los acabas memorizando.

Que no se me olvide destacar el aislamiento tanto térmico como acústico. El térmico, siendo los asientos como son de cuero es muy importante, sobre todo para evitar gritos acompañados de palabras malsonantes al sentarte en ellos después de una buena exposición al sol durante el verano. Es increíble. No se sobrecalientan. El trabajo con el aislamiento acústico también es muy bueno, con una gran reducción de la rumorosidad aerodinámica y el sonido del motor. Penaliza un poco el ruido de rodadura debido a las llantas de 19 pulgadas que monta y que le obliga a calzar neumáticos de perfil bajo, por consiguiente, a bastante presión de inflado. El diseño siempre tiene un precio.

La climatización está bien trabajada, con independencia de controles sobre las plazas posteriores, lo que te proporciona un cierto atenuamiento de quejas de los otros pasajeros tipo ‘tengo frío’ o ‘¿no hace un poquito de calor?’. El conductor también agradece este tipo de aislamiento.

Puesto de conducción del Mercedes-Benz Clase V.
Puesto de conducción del Mercedes-Benz Clase V.
El diseño del salpicadero con un material símil a la fibra de carbono está muy bien conseguido, con un ensamblaje de todas las piezas a un gran nivel. Nada parece recordar la procedencia industrial de este vehículo. Se agradece que los controles de la climatización sean por medio de botoneras. Por el contrario, el aprendizaje sobre el manejo del joystick y la rueda de control de la mayoría de los controles del vehículo requiere de un tiempo de aprendizaje.

El maletero es de generosas dimensiones, 1.039 litros, y más que suficiente para el equipaje de 7 adultos, pero tenemos que pensar en vertical, y no en horizontal como estamos acostumbrados. Aún así, una vez organizado es muy práctico porque de esta manera lo tienes todo al alcance de la mano. Queda de esta forma solucionado el problema de que siempre lo que necesitas a mitad viaje está situado al fondo del maletero.

COMPORTAMIENTO DINÁMICO

Veamos ahora cómo se comporta dinámicamente. Cuando ya llevas unos pocos kilómetros te das cuenta del gran propulsor que monta esta Clase V. Los 239 cv lo mueven con toda soltura, y con las condiciones que ya he apuntado, siete adultos y maletero hasta arriba. Las recuperaciones en autopista son muy buenas, con unas reacciones rápidas al acelerador, a lo cual ayuda el cambio de nueve velocidades con unas relaciones cortas, lo que la hace moverse con una soltura no muy esperada. Las transiciones entre las marchas son imperceptibles, lo cual se agradece.

La dirección bajo mi punto de vista es bastante directa y precisa lo que te aporta un plus de confianza a la hora de encarar curvas tanto en puertos de montaña como a altas velocidades por autopista, manteniendo la trayectoria marcada en todo momento. La contribución a ello del sistema de amortiguación es innegable. Es blanda, pero sin rebotes excesivos. Por mi parte no sentí en ningún momento ningún amago de pérdida de control. Mantiene un buen equilibrio entre absorción, dureza de muelles y confort.

Mercedes-Benz CLase V.
Pero este modelo, al igual que el resto de la gama de la marca alemana tiene un tesoro, bastante al alcance de la mano: El Dynamic Select: es un sistema que modifica la curva característica del motor, el cambio, el tren de rodaje y la dirección según las preferencias del conductor. El ajuste estándar es el modo " Comfort", equilibrado y optimizado para un máximo confort. "Sport" ofrece más agilidad y dinamismo de conducción. Éste lo utilizaba para moverme sobre todo por puertos de montaña dado que retiene más y la amortiguación se endurece. El programa de conducción " Eco" está concebido para mantener reducido el consumo de combustible. El programa " Individual" permite ajustar cada parámetro de forma personalizada, desde la dirección o la cadena cinemática hasta el tren de rodaje.

En general, la primera palabra que me viene a la mente al finalizar el viaje es confort. Por cierto, de la gran cantidad de elementos se seguridad activa y pasiva que puede llegar a montar este vehículo, destaco los incluidos dentro de lo que la marca denomina Mercedes-Benz Intelligent Drive. Te ayudan, por ejemplo, a mantener una distancia mínima respecto al vehículo delantero, a detectar vehículos en el ángulo muerto, tan importante en un monovolumen de estas dimensiones, y a no salirte involuntariamente de tu propio carril. En situaciones difíciles, pueden ayudar a evitar accidentes o, al menos, a mitigar su gravedad. Especialmente útiles cuando vas de viaje, como ha sido el caso.

Lógicamente la conducción urbana no es su fuerte, sobre todo por sus dimensiones. Sus 1.88 m de altura nos llevó a rechazar algún que otro parking durante el viaje. Hubiera sido lo más parecido a la entrada en la boca del lobo. La rápida respuesta de su motor convierte las salidas de los semáforos en bastante ágiles. Las maniobras con poco espacio también conseguían ser algo más llevaderas de lo que a priori puedes prever, gracias a su excelente radio de giro. Y como ya he avanzado, cuando he introducido la ventaja de sus dos puertas correderas, consideras espacios de aparcamiento en batería que de otra forma serían ciencia ficción.

Mercedes-Benz Clase V
Mercedes-Benz Clase V
Y, por cierto, como podréis ver en la foto que hice al ordenador de a bordo, después de 2.884 km su consumo medio fue de tan solo 7,8 l/100 km, que para un modelo de estas características es más que excelente.

CONCLUSIONES

No tiene rival en el mercado. Su competencia no dispone de un monovolumen de estas características, por lo que quien quiera tener un vehículo de hasta 8 plazas, premium, tiene que acudir al Clase V de Mercedes Benz. Pero es que además saben lo que llevan entre manos y fabrican un producto muy redondo. El problema es que los 60.000 euros que, más o menos, te puedes llegar a gastar en él están al alcance de quien está. Pero si el precio no es problema es más que recomendable para transporte de pasajeros, familias numerosas, etc. Y para viajar. Viajar es una delicia con el nuevo Clase V.

https://www.neomotor.com/coches/mercedes-benz/clase-v/las-50-mejores-fotos-del-mercedes-benz-marco-polo.html