El ferrocarril de Opel cumple 100 años de historia
El ferrocarril de Opel lleva un siglo al servicio de una logística fluida y eficiente
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El ferrocarril de Opel cumple 100 años de historia, a pesar de que las locomotoras de vapor de color negro oxidado que comenzaron a funcionar en 1920 se olvidaron hace mucho tiempo. Ahora, las locomotoras de la firma alemana, que contribuyen a la eficiente logística de la empresa, son amarillas brillantes y mucho más limpias.
En 1868, Adam Opel, el fundador de la compañía, eligió un lugar para su nueva fábrica muy próximo a la estación de Rüsselsheim. Cinco décadas después, tras muchos años de exitosa expansión en la producción de máquinas de coser, bicicletas y coches, sus hijos pensaron en lo beneficioso que sería para la compañía tener su propia red ferroviaria. Por ello, en 1918, Carl von Opel se puso en contacto con la Königlich Preußischen y Großherzoglich Hessischen Eisenbahndirektion (Dirección Real de Ferrocarriles Prusianos y del Gran Ducado de Hesse). Dos años más tarde, la primera locomotora de maniobras de Opel comenzó sus servicios y desde entonces la red ferroviaria de la fábrica alemana ha funcionado a toda máquina.

En 1929 comenzó a funcionar la estación de ferrocarril propia de Opel, lo que supuso un importante paso hacia la logística moderna para la planta de Rüsselsheim. La estación de ferrocarril de la firma alemana tenía una superficie de carga de 7.000 m² y seis vías, de las cuales tres estaban equipadas con "traversers": unas plataformas especiales para cargar los coches en los trenes de transporte, que podían cargar aproximadamente 300 vehículos en un solo turno de ocho horas. Por su parte, para la carga general se contaba con una grúa móvil suspendida capaz de transportar cinco toneladas. Estas instalaciones rápidamente se convirtieron en la clave para un exitoso crecimiento continuo.

En 1948, Opel jubiló a todas sus locomotoras de vapor, aunque La Deutsche Bahn (DB) no lo hizo hasta 1977 y en la Alemania del Este hubo que esperar hasta 1988. Tras la Segunda Guerra Mundial, la firma alemana comenzó a trabajar únicamente con máquinas nuevas. La primera en llegar fue una Gmeinder N 130 (1946), seguida de cinco locomotoras Deutz entre 1952 y 1961. Otras máquinas de Orestein & Koppel se sumaron a la flota entre 1965 y 1966.

Actualmente, Opel dispone de cinco locomotoras en servicio en Rüsselsheim. La flota de máquinas de color amarillo brillante se compone de dos enormes Henschel DHG 500 C, dos MaK G 321 y una O&K MB 10 N. Asimismo, tres locomotoras más de O&K tienen su base en Kaiserslautern.
