Probamos el Hyundai i30 Fastback N, una propuesta radical
El i30 Fastback N tiene la difícil misión de competir en un segmento con muchos referentes, pero cumple con nota y se posiciona como una gran opción en el mercado.
Con la gama N de Hyundai me pasa una cosa que, creo, le pasa a muchos: que nos encanta. La marca surcoreana se sacó de la manga tres modelos, el i30 N -en su carrocería compacta o Fastback, la que hemos podido probar-, el pequeño i20 N y el SUV Kona N. Tres coches con un enfoque deportivo muy marcado creados para disfrutar, pero sin por ello renunciar a sus capacidades más prácticas, por lo que son tan aptos para el día a día, como para una escapada o incluso tandas en circuito.
Podríamos concluir que el i30 N es el coche más redondo de los tres modelos, porque ofrece todos los elementos para garantizar el mejor dinamismo y la máxima deportividad -es más potente que el i20 N y más estable que el Kona N-, y no estaríamos mintiendo. Lo cierto es que el i30 Fastback N es una gran alternativa a nombres más conocidos de marcas europeas y estadounidenses.
Elementos deportivos
Ciertamente, no es el vehículo deportivo más radical en cuanto a su diseño exterior, pero no anda exento de elementos que delatan su verdadera personalidad, como esas llantas de 19 pulgadas y cinco dobles radios, las pinzas rojas de freno, los paragolpes específicos, el difusor trasero con luz triangular o las dos enormes salidas de escape reales -nada de embellecedores aquí- que, como veremos más tarde, suenan y mucho.
En el interior los cambios se notan más, pero tampoco son demasiados. El punto más flojo aquí es un exceso de plástico duro, material que en un coche que supera los 40.000 euros debería escasear. No obstante, como suele ocurrir en Hyundai, el nivel de acabado es muy bueno y el plástico queda compensado por los elementos específicos de esta versión, como el volante deportivo N de cuero perforado con costuras de contraste, la palanca de cambios N y los asientos deportivos N, así como las levas de aluminio (ya podrían aprender algunas marcas) o la pedalera también de aluminio.
El espacio interior es ligeramente inferior en este i30 Fastback N respecto al compacto, ya que la forma y la caída del techo provocan una pérdida de espacio para la cabeza que afectará a conductores y pasajeros altos. El maletero, de 436 litros, es suficiente para escapadas, la compra y hasta viajes largos.
La pantalla central sirve para gestionar un sistema operativo que funciona bien y es intuitivo. Quizá debería actualizarse el sistema de mapas, y que dispone del modo N para personalizar el modo N Custom, que afecta al motor, la dirección, las suspensiones, el ESC, el sistema de escape y el diferencial electrónico. Dispone de cargador inalámbrico para el teléfono y de compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto. El cuadro de instrumentos, al contrario que en el i20 N y el Kona N, es analógico.
Alma radical
Al arrancar, el i30 Fastback N se muestra cauto. Ya se le presupone potencial, pero el modo normal es ciertamente sutil. Acelera con suavidad, las suspensiones filtran bien, aunque ya se notan firmes, el cambio busca la eficiencia. Lo normal en estos casos. Es en este modo cuando puede usarse para el día a día porque además sus asientos son bastante cómodos. Incluso el escape suena poco en este modo.
Es al pulsar los botones color Azul Performance del volante cuando liberamos todo su poder. Su motor de 2.0 litos y 280 CV estalla en su configuración más radical para acelerar de 0 a 100 en solo 5,2 segundos. Es muy poderoso, a altas y bajas vueltas, aunque trabaja particularmente bien desde las 2.000 rpm. La transmisión es rápida al subir, algo menos al bajar, pero se comporta muy bien. La suspensión, en su tarado más duro garantiza una gran estabilidad pero es de las más incómodas que hemos podido probar, con rebote constante que incluso puede llegar a doler. Eso sí, el coche es capaz entonces de encadenar curvas con una soltura inédita en la marca. Recomendamos, pese a eso, el segundo nivel de dureza, perfecto para conducir rápido sin acabar con dolores de espalda. Todo, acompañado del profundo y sonoro ronquido que sale de sus salidas de escape.
En conclusión, el i30 Fastback N es un excelente compacto deportivo, un cochea la altura de sus rivales más prestigiosos, que ha apostado por proporcionar la experiencia más radical posible, aunque se guarda un modo más tranquilo para no perder practicidad. Tiene sus defectos, por supuesto, pero es uno de los vehículos más divertidos del mercado en su rango de precios.