Nos subimos al nuevo Renault Clio, con la versión RS puesta en duda
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El Renault Clio, el coche francés más vendido del mundo, regresa en la que es su quinta generación, y las primeras unidades serán entregadas en septiembre a un precio todavía por confirmar.
El nuevo modelo presenta un diseño exterior continuista, ahora más cercano a su hermano mayor, el Megane, mientras que en su interior cambia por completo, mejorando acabados y conectividad. Sus relojes pasan a ser totalmente digitales. Y aunque conserva las dimensiones de su predecesor, 4 metros, el interior es más amplio y el maletero crece hasta los 391 litros de capacidad. Estrena la plataforma CMF-B de la alianza Renault Nissan, preparada para modelos híbridos, que en la gama Clio llegarán el año que viene con 120 cv.
Mientras, en el momento de su lanzamiento contará con motores gasolina SCe de 75 cv, TCe de 100 cv –ambos de 3 cilindros–, junto con el TCe de 130 cv y cuatro cilindros, a los que se suman dos diésel Blue dCi de 85 y 115 cv.
Desafortunadamente, las cada vez más exigentes normas anticontaminación hacen dudar a Renault sobre la posibilidad de reeditar un Clio RS en la nueva gama. "En Francia, los clientes de un Mégane RS deben pagar 4.000 euros extra por sus emisiones. El Cliente de Clio no puede pagar esa cantidad. Por eso hemos decidido que habrá versión preparada por Renault Sport, pero esta no será tan potente como su predecesor para mitigar las penalizaciones por emisiones", han declarado los responsables de Renault.
En marcha
Nos hemos subido a la versión TCe de 130 cv, con acabado RS Line, que sustituye a los anteriores GT-Line. Estéticamente cuenta con diferenciación propia que se aprecia en defensas y detalles del interior, aunque no se incluyen cambios en lo que a dinamismo se refiere.Cuenta con botón Sport, que cambia las leyes de la dirección y la entrega de la potencia, más rápida, sin llegar a variar el tarado de la amortiguación.
En carretera, el Clio mantiene un excelente rodar, y el reglaje de la amortiguación cuenta con un notable equilibrio entre eficacia y confort. Permite una conducción ágil, deportiva, que hasta hace dudar si las suspensiones ha sido ligeramente endurecidas frente a los modelos de serie, aunque como decimos no es así.
El motor de 130 cv entrega la potencia muy rápidamente, lo que le hace parecer incluso más potente de lo que en realidad es, lo que favorece la diversión al volante. Eso sí, la contrapartida es una zona alta poco jugosa, con el corte de inyección a las 6.700 rpm. No se puede tener todo.
Las ayudas electrónicas a la conducción están tan logradas que no se perciben cuando entran en acción, y es una lástima que el control de estabilidad no pueda ser desconectado, o que el freno de mano sea electrónico.
En definitiva, el Clio estrena plataforma, renueva su imagen por fuera de forma continuista, por dentro es totalmente nuevo, su rodar es muy equilibrado -no aburre en carretera revirada-, y la versión TCe 130 es suficiente para divertirse al volante. Como guinda, el nuevo Clio cuenta con elementos de ayuda a la conducción propios de coches más grandes, como el asistente en atascos y autopista, que permite que el coche mantenga la velocidad del que le precede, incluso si este se detiene. Eso sí, echaremos mucho de menos la fiereza de los míticos Clio RS, pero la salud del planeta manda.