Probamos el Renault Mégane RS Cup
Esta variante del compacto deportivo ofrece una suspensión más firme y un autoblocante mecánico para elevar su velocidad de paso por curva
Tras la breve pero intensa toma de contacto que tuvimos con el Renault Mégane RS en su presentación en el Circuito de Jerez, no habíamos tenido oportunidad de ponernos de nuevo a sus mandos. Una larga espera a la que pusimos fin haciéndonos con una unidad de la versión dotada del chasis Cup y que pudimos probar en las extraordinarias instalaciones del Circuit de la Ribera de Valencia.
Esta versión del Mégane RS ofrece un paso por curva si cabe más rápido y una mayor eficacia en frenada, gracias a unas suspensiones un 10% más firmes, a un diferencial autoblocante mecánico y a unos frenos Brembo con discos de 355 milímetros delante y 290 detrás.

Imponente pero no estridente
El Mégane RS Cup deja claro que es un modelo de altas prestaciones con una estética llamativa pero no excesiva. Basado en la carrocería cinco puertas, destaca por elementos como: pasos de rueda más anchos para albergar unos ejes sobredimensionados y unas llantas de 19 pulgadas, unos paragolpes y faldones mayores, atractivas tomas de aire, doble salida de escape enmarcada, un discreto alerón posterior, pinzas de freno en color rojo y unas preciosas luces antiniebla con forma de bandera a cuadros que recuerda la relación de la marca francesa con la Fórmula 1.


El motor empuja con fuerza casi a cualquier régimen de vueltas gracias a un discreto turbo lag, y el cambio es efectivo, aunque nos hubiera gustado algo más de dureza y unos recorridos menores. Puede que el Mégane RS Cup no sea el más rápido en recta, pero os aseguramos que en curva no tiene rival en su segmento, gracias a la combinación de las suspensiones reforzadas, el diferencial autoblocante y a las ruedas directrices traseras.

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