Siete rutas por las Islas Canarias: El Toyota RAV4 Híbrido en La Gomera
En esta ruta en dos etapas al volante del RAV4 Hybrid con final en la Gomera nos dejamos seducir por el Garajonay, el principal tesoro natural que guarda la isla
No podíamos iniciar nuestro itinerario por La Gomera sin hacer una breve reseña a su pasado histórico. Conocida también como la isla Colombina, su nombre hace referencia a la visita de Cristóbal Colón en su última escala antes de partir rumbo al Nuevo Mundo en 1492. Buena parte del patrimonio cultural y arquitectónico de la isla se asocia al paso del descubridor por este enclave estratégico en su incierta entonces travesía hacia "Las Indias". Después de visitar Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura, Lanzarote y provenientes de La Palma, emprendemos camino en este segundo capítulo a bordo del Toyota RAV4 híbrido.
La Gomera, con sus 373 km2, es la tercera isla más pequeña en extensión incluyendo La Graciosa, y por lo tanto su red de carreteras es muy sencilla. Desde San Sebastián dos vías principales vertebran cualquier ruta en coche con origen en la amable capital costera. La GM-1 o carretera general del norte dirección a Hermigua, Agulo, Vallehermoso y Valle Gran Rey, y la GM-2 que conecta a partir de uno sus ramales con Alajeró, el último de sus municipios. Sobre la también conocida como carretera general del sur y la dorsal dirigimos nuestros primeros pasos, en clara ascensión hacia el corazón del Parque Nacional de Garajonay, donde situamos el final de nuestro paseo de hoy.
Ya apuntamos en el anterior recorrido por la "Isla Bonita" que la quinta generación del RAV4 trae novedades importantes respecto a la edición anterior. Más allá de los preceptivos cambios en su fisonomía, el sistema de propulsión híbrido, al que se añade un nuevo conjunto de baterías autorrecargables mejoradas, presenta una configuración completamente nueva. La cilindrada del motor de gasolina de ciclo Atkinson se eleva hasta los 2.5 litros con lo que la potencia del conjunto también aumenta hasta nada más y nada menos que 218 cv en la versión 4x2.
Su empuje nos viene como anillo al dedo a la hora de afrontar el primer ascenso. Una corta parada para divisar la tranquila San Sebastián nos permite comprobar lo escarpado del relieve y cómo la carretera serpentea sin descanso detrás de nosotros. Sin embargo, esta no iba a ser la tónica general.
Ante un recorrido de estas características la exigencia de potencia del conjunto híbrido es mayor. Ello penaliza ligeramente los índices ofrecidos por el fabricante en términos de consumo. La noticia positivo es que comparado con la generación anterior, la escalada hacia el alto de la isla se realiza a un ritmo más alegre lo que unido a su nueva arquitectura y bajo centro de gravedad procura una mayor diversión durante la conducción.
El siguiente punto en nuestro itinerario es el Mirador del Morro de Agando. Antes y justo en los límites del conjunto natural de Garajonay, la isla muestra una de sus principales curiosidades en forma de frondosos árboles de laurisilva a la altura de una pequeña desviación hacia la Ermita de Nuestra Señora de Las Nieves. Ahí nos tropezamos con un pequeño sendero por tierra y por tanto, con el principal reto que nos habíamos marcado para la ruta de hoy.
El entorno sugestivo del Cedro
Unos pocos kilómetros, limitados en parte por la extensión de la pista que discurre dentro del
Bosque del Cedro, sirvieron para comprobar cuál es el potencial del nuevo RAV4 en un terreno que tradicionalmente ha dominado sin dificultad. Hasta llegar allí, dos visitas marcadas con un punto rojo en el mapa. El mencionado mirador con una perspectiva inigualable sobre el
Monumento Natural de Los Roques formado por los monolitos de
Ojila, Carmona y el más espectacular y conocido, el
Roque de Agando con sus 1.250 metros sobre el nivel del mar, y una primera incursión en lo que sin duda es el gran tesoro natural de la isla:
El Parque Nacional de Garajonay.
Impresiona como la frondosidad del bosque, uno de los más antiguos de Europa, apenas permite el paso de la luz del sol, circunstancia que junto a la humedad existente lo otorga su aspecto característico. Y así, después de deshacer camino y tomar rumbo por la CV-14, alcanzamos el vial hacia nuestro último destino. Optamos por emular el silencio que acompaña el recorrido accionando el botón EV del modo eléctrico generalmente reservado a trayectos urbanos.
En descenso, y gracias a la frenada regenerativa, apenas consumimos batería. Sobre el sendero que conduce al barranco del Cedro mantenemos esta condición, como si pasáramos de puntillas, por lo que establecemos una velocidad con la que además poder disfrutar de tan mágico escenario. La senda no ofrece una gran exigencia sin embargo es suficiente para apreciar su capacidad de tracción y lo bien que se desenvuelve el chasis y la suspensión sobre pistas no asfaltadas.
Así concluye esta doble visita a La Palma y La Gomera al volante del nuevo RAV4 híbrido. La próxima semana viajaremos a la isla de El Hierro.
Visitas recomendadas
- Bosque de El Cedro: Situado en la zona noreste de La Gomera, en el municipio de Hermigua, este entorno conforma una de las postales más características del Parque de Garajonay. El conjunto natural está formado por un tupido entramado de más de una veintena de especies diferentes de árboles y plantas entre los que predomina el laurel (bosque de laurisilva) y el haya. Los líquenes, musgos y helechos tapizan sus troncos y laderas debido a la escasez de luz y la elevada humedad producida por el fenómeno conocido como lluvia horizontal. Unas condiciones excepcionales sobre un hábitat de cuento de hadas que se puede recorrer gracias a una amplia red de senderos.
- Los Órganos: Se trata de una caprichosa formación arquitectónica natural localizada en el norte de la isla, en Vallehermoso, y solamente visible desde el mar. El acantilado guarda el atractivo de dibujar siluetas muy parecidas a la que forman los tubos de un órgano de iglesia cayendo verticalmente sobre la costa. La estructura está formada por lavas que ascendieron a través de chimeneas eruptivas. Con el tiempo la erosión del viento y la acción del mar dejaron al descubierto su contenido, erguidas columnas que se extienden hasta debajo del mar dando lugar también a un espectacular paisaje subacuático de gran riqueza biológica.
- Mirador de Abrante: En el municipio de Agulo, uno de los cascos históricos más atractivos de la isla de La Gomera, y concretamente en el barrio de La Palmita, se sitúa este singular mirador situado a 620 metros de altura. Su intrépida construcción, inaugurada en 2013, está formada por una pasarela de siete metros que parece suspendida en el vacío. Desde allí, además de las vistas sobre el pueblo se puede contemplar a lo lejos la isla de Tenerife y la grandiosidad del Teide. Agulo ofrece a su vez la oportunidad de disfrutar de un paraje rural con un elevado encanto gracias a sus calles empedradas y la particular arquitectura de sus casas.