Siete rutas por las Islas Canarias: el Toyota RAV4 Hybrid en La Palma
Primera reserva Starlight del mundo, desde cualquiera de sus puntos cardinales, La Palma nos regala unos majestuosos escenarios. Elegimos el que nos lleva al Roque de los Muchachos, centro neurálgico del astroturismo y con el nuevo Toyota RAV4 Hybrid como estrella invitada
Conocida también como la "Isla Verde" o la "Isla Bonita", el primer reto que nos plantea una visita a La Palma es por dónde empezar a admirarla. El norte, con pueblos como Puntallana, San Andrés y Sauces, Barlovento y Garafía ofrece el encanto de poder perderse en rincones de intenso verde como el bosque de Los Tilos o el Cubo de La Galga. Por el sur, y siempre desde Santa Cruz de La Palma, transitando por Breña Alta y Breña Baja, la Villa de Mazo hasta Fuencaliente sin perdernos el volcán de Teneguía, el penúltimo que erupcionó en Canarias. Asomarnos a la cara occidental nos lleva a admirar Puerto Naos, Tazacorte y los Llanos de Aridane. Sin embargo, después de visitar Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote, en esta nueva ruta de dos etapas con final en La Gomera y al volante de la nueva generación del Toyota RAV4 Hybrid, el tiempo apremia y escogemos una ruta por el centro con un destino imprescindible: el Roque de los Muchachos.
¿Y por qué el Toyota RAV4? Sencillamente, porque no hay mejor plan que recorrer dos islas rebosantes de naturaleza al volante de un coche híbrido y aprovechar –como verán– la más mínima ocasión para husmear por las sendas de tierra con las que nos vamos a tropezar. Qué menos para un modelo que presume de ser el pionero entre los todocamino y que ahora, en su quinta generación, estrena un sistema de propulsión híbrido más potente y un diseño y unos acabados muy superiores.
Por su posición geográfica y su orografía, La Palma es un auténtico edén para los profesionales y aficionados a la astronomía. Fue la primera de las islas que componen el Archipiélago en obtener la distinción Starlight que, avalada por la UNESCO, reconoce los mejores escenarios para la observación de las estrellas gracias a la gran claridad de su cielo y a la baja contaminación lumínica. Una condición que ha quedado ratificada –y blindada por ley– al ser declarada primera Reserva Starlight del mundo y, como consecuencia de todo ello, uno de los destinos favoritos del astroturismo cuyo lugar obligado de peregrinación es el punto más alto de la isla.
Allí nos dirigimos con el RAV4 Hybrid, que al hacerse con la nueva plataforma global de Toyota se beneficia en términos dinámicos de un mejor tacto de conducción y un confort al nivel de modelos con marchamo premium. Obviamente, esta buena impresión se multiplica transitando en modo "EV" (eléctrico), pero el cambio automático de variador continuo (CVT) hace mella en esa quietud en momentos en los que se demanda potencia al conjunto propulsor.
Exuberancia natural
Los
218 cv de la versión 4x2 vienen de perlas en esta ruta que parte de Santa Cruz de La Palma, la capital, hasta el mismo mirador del Roque de los Muchachos a 2.426 metros. Desde la LP-1 tomamos la LP-4, una de esas carreras de montaña retorcidas y bellas a partes iguales. Pronto, muy pronto, primera parada en la
ermita de Nuestra Señora de Candelaria, en Mirca, una construcción que se erigió durante el Siglo XVII y fue reconstruida hace ahora cuarenta años.
Hay que esperar muy poco para que la "Isla Verde" muestre toda su exuberancia. Dejando Los Álamos sus bosques se vuelven cada vez más frondosos gracias a la humedad que aportan el mar de nubes y los vientos alisios. Pinos, pero también laurisilvas, helechos, musgo, líquenes y multitud de especies silvestres, algunas endémicas de este territorio, cubren cada palmo de tierra hasta las mismas orillas de la carretera que no se da ni un solo respiro en su escalada hacia la cumbre. Conviene, no obstante, pararse en alguna de las múltiples oportunidades que nos ofrece el camino para mirar al cielo, respirar hondo y llenar los pulmones de un aire con un intenso olor a pino.
Una de las razones por las que las cumbres palmeras son ideales para la observación del espacio es porque las nubes quedan atrapadas a una determinada altura sobre el nivel del mar creando así una pantalla que hace de filtro para toda contaminación lumínica. A efectos de conducción, esto se convierte –literalmente– en un paseo entre las nubes hasta que esa niebla se disipa y nos deja ver un cielo con un intenso color azul.
Entrar, salir, cargar o descargar el nuevo Toyota RAV4 Hybrid es más fácil que nunca porque la nueva plataforma le ha proporcionado un interior más espacioso y un maletero enorme con 580 litros, uno de los mejores de su clase. Las plazas posteriores tienen la ventaja de que los respaldos posteriores tienen distintas posiciones para adoptar un mayor o menor ángulo de reclinado. Y ya que estamos en el interior, sólo podemos reconocer el considerable paso adelante que ha dado Toyota en cuanto a acabados. Materiales y mandos (incluido el selector del cambio de diseño convencional) pasan el examen del tacto y la vista; el equipo de sonido del especialista JBL convencen al tercer sentido en juego: el oído.
Es a partir de los dos mil metros de altitud –ya con las nubes kilómetros atrás– donde el matorral, sobre todo los tajinastes y la violeta palmera, ganan terreno en un paisaje en el que la roca volcánica empieza a emerger. El termómetro se estabiliza y la ascensión se suaviza dando la oportunidad al RAV4 Hybrid de mostrar otro de sus avances: un mayor rango de situaciones en los que poder circular en modo eléctrico y, por tanto, sin emisión contaminante alguna. Aunque Toyota ha logrado (según datos oficiales) contener su nivel de consumo medio en los 4,5 l/100 km (y por tanto unas emisiones de 105 g/km), un recorrido tan exigente nos hace estar lejos de esos valores.
Hacia el infinito
En este tramo de curvas enlazadas con suave ascenso es buen momento para poner a prueba el
modo "Sport" que trae consigo un tacto de dirección más consistente y un talante del sistema híbrido y el propio cambio que ayudan a conducir allegro ma non troppo el RAV4. Nueva parada:
Monumento al Infinito, donde naturaleza y astronomía estrechan definitivamente lazos, una constante en lo que nos queda de ruta.
El primer contacto con el complejo que forma el Observatorio del Roque de los Muchachos y su red de más de una docena de telescopios es impactante. El tipo de vegetación y la amalgama de tonos que ofrece la roca volcánica en este punto de la isla, produce la sensación de haber llegado a otro planeta. Toda esta red de observatorios, con sus sofisticadas estructuras hechas para escudriñar los rincones más profundos del universo a través del límpido cielo palmero, son otro atractivo más de esta ruta que entra en su tramo final.
Ya sólo nos queda desviarnos de la LP-4 y tomar la carretera al Roque de los Muchachos. Un camino de apenas unos pocos kilómetros que nos conduce a los distintos telescopios de este complejo hasta el propio mirador que a esos más de 2.400 metros de altura nos deja sin respiración con unas vistas para las que no hay palabras. Sencillamente, hay que verlo y vivirlo, como toda la isla de La Palma. Próxima estación: La Gomera.
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Seguridad
Hacia la conducción autónoma: El nuevo RAV4 estrena para la marca el conjunto de asistentes y sistemas de seguridad que llama
Toyota Safety Sense. Aunque por las características del recorrido no pudimos sacarle el provecho que merece, el gran avance se produce en términos de automatización, ya que pone en comunión la alerta de cambio involuntario de carril, el sistema de mantenimiento de trayectoria, el control de crucero adaptativo inteligente y el sistema de precolisión que ahora es capaz de detectar peatones y ciclistas, además de otros vehículos. El detector de ángulo muerto y la alerta de tráfico posterior completan este amplio menú en las versiones mejor equipadas.
Paradas recomendadas
- Santa Cruz de La Palma: Imprescindible un paseo por su Avenida Marítima y perder la noción del tiempo contemplando el mayor conjunto de balcones típicamente canarios. Callejeando por la capital nos tropezamos con multitud de vestigios de su pasado en forma del empedrado de su suelo o las casas de estilo colonial. Es muy recomendable también una visita a las casas consistoriales y al Barco de la Virgen y su Museo Naval, una reproducción de la Santa María, la nave a bordo de la cual Cristóbal Colón puso por primera vez su vista en el Nuevo Mundo.
- Monumento al Infinito: Obra de César Manrique –hilo conductor en muchas de las rutas que estamos realizando por las Islas Canarias–, está hecho de hierro forjado, mide once metros y está en un punto del municipio de San Andrés y Sauces a alrededor de dos mil metros sobre el nivel del mar. A su orilla está enclavado uno de los 16 miradores astronómicos que ayudan no sólo a admirar estrellas y constelaciones, también a identificarlas y ubicarlas en el cielo.
- Roque de los Muchachos: Más allá del observatorio, este monumento natural situado a 2.426 metros sobre el nivel del mar es uno de los lugares más característicos de la isla. Consta de un conjunto de rocas de alrededor de tres metros que, juntas, parecen un grupo de muchachos convertidos en piedra y es resultado –como tantos y tantos escenarios de las Islas Canarias– resultado de la actividad volcánica. Desde su mirador se puede ver lo imponente de la Caldera de Taburiente y, en días muy claros, las islas vecinas de El Hierro, Tenerife y La Gomera.