¿A qué edad deberíamos dejar de conducir?
En este artículo mostramos cómo afecta la edad a la conducción para saber cuándo hay que soltar definitivamente el volante y ofrecemos útiles consejos para que los mayores realicen una conducción segura
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Muchos automovilistas se preguntan hasta qué edad es aconsejable conducir, y lo cierto es que no hay una fecha determinada puesto que cada persona es un mundo y cuenta más la condición física de cada individuo que la fecha de nacimiento que ponga en su DNI. Por tanto, en este reportaje vamos a mostrar una serie de datos y síntomas que hay que tener en cuenta para saber a qué edad comienza a ser peligroso ponerse al volante.
Cumplir años conlleva una serie de efectos generales del envejecimiento que pueden ser negativos para la conducción como:
- Rigidez en músculos y articulaciones, lo que puede dificultar girar la cabeza para controlar los ángulos muertos.
- Disminución de reflejos, lo que nos hace reaccionar más lento la hora de frenar o girar el volante ante un imprevisto.
- Dificultades de visión, sobre todo cuando viajamos de noche o ante los reflejos.
- Problemas de audición que impiden oír el ruido del motor o los avisos de otros coches.
- Complicaciones para dividir la atención entre varias tareas como, por ejemplo, mirar el cuadro del vehículo o el navegador y atender a la vez a la carretera.
- Problemas para conducir por zonas desconocidas, congestionadas o en cualquier situación que genere estrés.
- Mayor propensión a la fatiga.
- Dificultad para leer rápidamente los carteles y cumplir con las señales.
- Problemas a la hora de conducir en situaciones meteorológicas adversas: lluvia, niebla, etc.
Consejos de conducción para gente mayor
La aparición de estos síntomas suele ser progresiva, por lo que no se debe abandonar la conducción con las primeras deficiencias, y menos si son leves y todavía nos permiten viajar seguros al volante. Pero sí es muy recomendable seguir los consejos que nos ofrece Thyssenkrupp Home Solutions para minimizar al máximo los riesgos cuando conducimos con una cierta edad.
- Evitar conducir en circunstancias meteorológicas adversas, como la lluvia.
- No viajar de noche y evitar vías poco iluminadas.
- Programar las salidas y llegadas en días y horas de menor tráfico.
- Prestar atención a los síntomas de fatiga, hacer paradas frecuentes y dividir los trayectos largos.
- Huir de conductores con comportamientos peligrosos, agresivos o que circulen muy cerca; desviarse y parar si es necesario.
- No beber nada de alcohol, ni siquiera un poco, cuando se va a conducir.
- Consultar con el médico si la medicación que se toma puede dificultar la conducción.
- Cuidar la forma física, hacer ejercicio y seguir una dieta saludable tratando de mantener un peso adecuado.
- Realizar ejercicios de entrenamiento cerebral como sudokus, crucigramas, juegos de ordenador, etc. para preservar las habilidades cognitivas, de inteligencia, velocidad de procesamiento, memoria, resolución de problemas…
- Ejercitar la coordinación motora con trabajos manuales, construcciones…
- Someterse a revisiones periódicas de salud generales y oftalmológicas.
- Asumir y expresar los temores. Si uno no se siente seguro para emprender un viaje, decirlo, pedir ayuda, buscar alternativas. No preocuparse por el qué dirán.
¿Cuándo debemos dejar de conducir?
Incluso teniendo en cuenta todo lo argumentado con anterioridad, no se puede fijar una edad máxima para dejar de conducir, puesto que hay personas que con 50 años ya están en peores condiciones físicas y mentales que otras de 65 o incluso 75 años. Además, cumplir años eleva nuestro sentido de la responsabilidad, por lo que entraña más riesgo conducir con 25 que con 65 años. Así lo demuestra un estudio que dice que l os menores de 25 años tienen una tasa de siniestralidad del 25% (que se eleva al 29% entre 18 y 21 años), mientras que entre los conductores de 65 a 75 años el porcentaje de accidentes está en el 11%, porcentaje que sube a partir de los 75 años.Por tanto, como no hay una edad exacta recomendable para dejar de conducir, deberemos de tomar esta decisión a tenor de los resultados de los reconocimientos médicos que realizamos para renovar el carné, o teniendo en cuenta los siguientes signos que nos advierten de que hay que empezar a aparcar definitivamente el coche:
- El propio conductor empieza a notar cierta inseguridad.
- Tiene más despistes y equivocaciones en las rutas habituales.
- Los desplazamientos conocidos le llevan más tiempo del acostumbrado.
- Los amigos y la familia expresan sus dudas para que siga conduciendo.
- Quien va en el asiento del copiloto está rígido, asustado, corrige errores de conducción o expresa claramente su temor..
- El conductor sufre con cierta frecuencia pequeños accidentes, rozaduras y choques.
- Otros conductores se quejan y le pitan.
- Cree que hay más sobresaltos que antes, más gente que actúa mal a su alrededor, motoristas, ciclistas y peatones que «surgen de la nada.
Coche moderno para gente mayor
En muchas ocasiones vemos a gente mayor con coches viejos, lo que supone la peor combinación posible, ya que el automóvil no es capaz de suplir ni solventar las posibles deficiencias físicas del conductor o protegerle en caso de impacto, como sí hacen los vehículos más modernos con las ayudas a la conducción y los sistemas de seguridad pasiva y activa. Por ello cuanto más mayor es la persona que conduce más moderno debería ser el coche.En Japón, por ejemplo, los mayores de 75 años están obligados a contar con un sistema de frenado inteligente y detectores de obstáculos en su vehículo si quieren que se les renueve el carné de conducir.
Comprar un vehículo moderno es una inversión en seguridad. Si bien puede que a las personas mayores les cueste al principio hacerse a los mandos y la instrumentación digital de los nuevos vehículos, con el tiempo aprenderán a manejarlo, o simplemente se limitarán a las acciones básicas de la conducción, lo cual no importa ya que los coches actuales son tan inteligentes que intervienen por sí mismo para salvaguardar la integridad de sus ocupantes sin que éstos tengan que hacer nada. Incluso en caso de accidente llamarán por sí mismo a los servicios de emergencia para ser atendidos.
Un coche moderno debería incluir, al menos: asistencia de frenada, aviso de cambio de carril, cámara trasera, protección de los ocupantes, control electrónico de estabilidad, automatismos en luces y limpiaparabrisas, amplias ventanillas y retrovisores y, por supuesto, airbags, entre otros muchos elementos.
Los SUV son los coches favoritos de la gente mayor porque facilitan su manejo a través de una visión alta y privilegiada, a la vez que evitan posibles lesiones en la espalda ya que su altura los hace más confortables a la hora de entrar y salir del habitáculo. Aunque parezca mentira este último punto es una de las principales armas de venta de los todocamino, al igual que lo es en las familias para poder meter a los niños en las sillitas infantiles.