¿Cómo afecta el cambio de horario al volante?
Con el cambio de horario la luz incide diferente durante nuestra conducción y las condiciones pueden afectar a nuestra seguridad.
Llega el famoso cambio de hora del otoño. Las hojas empiezan a caer, los bosques se tiñen de colores anaranjados y nosotros, los españoles, dormimos una hora más el último domingo de octubre. Esta vez será la madrugada del sábado 29 al domingo 30. Nuestros dispositivos inteligentes retrasarán una hora todos los relojes, otros lo harán manualmente antes de ir a dormir o llegarán una hora antes a su siguiente cita. Sea como fuere, este cambio de horario tiene como objetivo aprovechar más horas de luz solar y afecta directamente a las condiciones de luz de la carretera. Desde Carglass han querido ofrecer una serie de consejos para mejorar la seguridad al volante durante esta estación de transición.
El cambio de horario sucede en nuestros relojes y la posición del sol, pero seguimos entrando a trabajar a la misma hora. Aquellos que tengáis una rutina marcada lo habréis notado ya, la luz no os da la bienvenida a un nuevo día e incluso puede ser una molestia durante nuestro trayecto initinere. Los accidentes yendo a nuestra oficina son los más corrientes, por lo rutinario de estos y lo fácil que es desconcentrarse al ser un camino repetido infinidad de veces. Es justo en esos momentos de evasión en los que nos puede afectar este cambio de horario.
¿Cómo es la carretera en otoño?
La estación del cambio, de la preparación al invierno, es la más complicada para la conducción. Con el cambio de horario es posible que nos encontremos el sol de frente en un momento inesperado, tanto por la mañana como por la tarde. Para ello es recomendable llevar siempre unas gafas de sol en el coche y evitaremos el accionamiento del limpiaparabrisas en ese preciso instante, perderíamos por completo la visión.
Mucha gente prefiere el frío al calor, de ahí que algunos se alegren de la llegada del otoño. Sin embargo, la falta de luz y las pocas horas de sol al día son motivo de tristeza para cualquiera. Además, según el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía: “La capacidad visual de un conductor se reduce al 30% de noche, con una reducción de la agudeza visual de un 70% y una importante pérdida del sentido de la profundidad y capacidad para medir distancias”, tal como nos explica Carglass, especialista en reparación y sustitución de lunas.
Esta disminución se debe a que las pupilas necesitan dilatarse ante la falta de luz, lo que genera que el ojo funcione con la retina periférica y suponga una sensación similar a la miopía. Como forzaremos la vista, también surgirá más fatiga, picor de ojos y un posible lagrimeo que pueden ser muy molestos durante la conducción.
Como también son un incordio las luces mal ajustadas del resto de vehículos de la vía. Muchos usuarios no se preocupan de la posición de su iluminación y pueden llegar a deslumbrarnos, lo que genera un instante de ceguera de entre 3 y 20 segundos. De ahí que, por la noche, los accidentes graves aumentan entre un 30% (urbano) y 50% (interurbano) según un estudio de Rune Elvik.
¿Consejos para conducir en otoño?
Ya hemos visto los cambios más significativos de la conducción ante el cambio de hora y el tiempo de luz en la carretera. También existen riesgos derivados de las temperaturas, que pueden bajar drásticamente y generar humedades donde menos esperamos. Sin embargo, la vista es el sentido más relevante en nuestro proceso de circulación, de modo que destacaremos estos puntos.
- Sistema de iluminación, parabrisas y limpiaparabrisas en perfecto estado: cuando el sol nos impacta directamente somos capaces de ver más suciedad en el parabrisas, incluso llega a molestarnos. Justo ese es el momento menos oportuno para accionar el limpiaparabrisas, así que intentaremos tener todo en perfecto estado para reducir los riesgos en un deslumbramiento.
- Nunca mirar fijamente a la luz: en caso de deslumbramiento de otro vehículo, lo más importante es no mirar directamente a la luz. En ese instante nos cegaría y es una sensación que puede alargarse. Lo mejor es bajar la vista a la derecha, intentando seguir la línea de la carretera o el borde del arcén como punto de referencia. Si la molestia viene del coche de atrás, podemos modificar los espejos ligeramente o nuestra postura.
- Cambio de luces largas a cortas: es importante estar pendiente de las luces para evitar ser los culpables del deslumbramiento. Muchos modelos nuevos introducen un sistema que las quita automáticamente.
- Tomar como referencia el coche al que seguimos: si la visibilidad es muy baja, podemos tomar las luces del coche que nos precede como referencia. Eso sí, siempre atendiendo a la carretera por si comete un error.
- Atiende antes de una curva: muchos conductores disfrutan de sus carreteras por la noche, un instante en el que es más fácil adivinar que viene un vehículo por su haz de luz. Un truco que podemos trasladar a nuestros trayectos diarios.
- Conducir más lento: el efecto túnel que genera una visibilidad baja afecta a nuestra capacidad de reacción y visión, lo mejor es bajar la velocidad.
- Aumentar la distancia de seguridad: al tiempo que reducimos nuestra velocidad deberemos ampliar la distancia entre los vehículos. El coche que nos precede tendrá la misma lentitud de reacción, así que contaremos con más margen de maniobra.
- Vamos hacia donde miramos: esta frase es todavía más obvia cuando circulas en motocicletas. La vista, que se ve afectada por la falta de luz, es la encargada de buscar escapatorias. Ante un momento de peligro, el ojo buscará la luz, pero no siempre es la mejor opción, de ahí que la concentración sea vital por la noche.