DGT | Las 7 enfermedades que más afectan a la conducción
Pasamos una media de 9 horas y 35 minutos dentro del habitáculo de nuestro coche, por lo que es importante gozar de buena salud para garantizar la máxima seguridad en la carretera
Aunque no lo parezca, el automóvil es uno de los espacios en los que más tiempo pasamos, junto con el trabajo y nuestra vivienda. De hecho, según el último estudio realizado por Ipsos y The Boston Consulting Group, los conductores/as pasamos una media de 9 horas y 35 minutos dentro del habitáculo de nuestro coche, de lunes a viernes. No somos conscientes de ello, pero esto puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, como lesiones de espalda, trastornos de sueño, alteraciones oculares, e incluso problemas digestivos.
No obstante, la situación se complica para aquellos conductores/as que sufren ciertas patologías y pueden ver cómo su capacidad al volante disminuye a causa de sus problemas de salud. A continuación, exponemos las siete patologías más comunes que, según Trive, hacen más vulnerables a los conductores/as al volante. Cabe destacar que estos usuarios deben tener mucha precaución a la hora de conducir para garantizar la máxima seguridad en la carretera.
Alergias
Más de 14 millones de personas sufren algún tipo de alergia en España, por lo que son muchos los conductores/as que tienen que enfrentarse a sus incómodos síntomas: estornudos, moqueo, ojos llorosos, desconcentración, etc. Esta patología tan frecuente en la sociedad actual supone un gran peligro para la seguridad vial, puesto que se calcula que un ataque de estornudos continuados puede provocar la pérdida de la atención del conductor/a hasta un total de 30 segundos. En este caso, si tenemos en cuenta que circulando a 100 kilómetros por hora recorremos hasta 28 metros cada segundo, podemos llegar a conducir sin prestar la atención suficiente a la carretera durante más de 800 metros.
Fobias
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que más de un 6% de la población española sufre algún tipo de fobia. Concretamente existe una que afecta directamente a la conducción: la amaxofobia. Este miedo a conducir un vehículo afecta sobre todo a aquellos conductores/as que han sufrido alguna vez un accidente de tráfico, han vivido un episodio trágico mientras conducían, o sufren brotes de ansiedad y estrés que se agravan al subirse al vehículo. Los datos hablan por sí solos, y es que uno de cada nueve conductores sufren ansiedad al volante, llegando incluso el 20% de ellos a dejar de conducir al no poder superar su miedo. Entre los tratamientos existentes para hacer frente a este problema, destacan las sesiones de relajación, la hipnosis y la reestructuración cognitiva.
Depresión
La depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y entre sus principales síntomas se encuentran la sensación de malestar, tristeza, desgana y apatía. Asimismo, las personas que padecen depresión pueden sufrir trastornos de sueño y pérdida de interés por las cosas, unos signos que afectan de forma directa a la capacidad de conducción de las personas. Los medicamentos que se suelen recetar para tratar esta enfermedad tienen contraindicaciones que pueden resultar perjudiciales al volante, por lo que desde la Dirección General de Tráfico (DGT) se recomienda que aquellos conductores/as que padecen depresión eviten conducir durante los primeros momentos del tratamiento.
Anemia
Esta enfermedad provocada por la falta de hierro y vitaminas en el organismo supone un problema al volante si se padece de tipo severo, ya que sus síntomas (fatiga, mareos, sudoración y taquicardias) pueden ser altamente peligrosos al volante. Por este motivo, es recomendable no conducir si se sufre esta patología, a no ser que el médico lo permita.
Diabetes
Según la Dirección General de Tráfico, los diabéticos que tienen mayor riesgo de sufrir un accidente de tráfico son aquellos que tienen antecedentes recientes de hipoglucemia severa. Generalmente, se cree que los diabéticos de tipo I suelen tener más riesgo de accidente que los de tipo II. Cabe destacar que el carné de conducir de los usuarios con diabetes tipo I y II, tiene un periodo máximo de vigencia de cinco años, independientemente de si se tratan con insulina o con fármacos hipoglucemiantes.
Enfermedad del sistema nervioso o muscular
Todos aquellos conductores/as que padecen enfermedades que afectan al sistema motor, sensorial o de coordinación, como el Alzheimer, el Párkinson o la esquizofrenia, cuyos síntomas más frecuentes son las alteraciones de la mente, los temblores o la rigidez muscular, no pueden conducir un vehículo, puesto que así lo determina el vigente Reglamento General de Conductores.
Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño
Esta enfermedad poco conocida consiste en la interrupción de la respiración tras conciliar el sueño, precedida de un ronquido fuerte e intenso que dura aproximadamente unos diez segundos. Si este proceso se repite cinco veces durante el sueño, se diagnostica esta enfermedad, que provoca que aquellos que la sufren tengan síntomas como dolores de cabeza matinales, somnolencia, déficit de atención, u otros más peligrosos como la presión arterial alta, insuficiencia cardíaca o accidentes cardiovasculares. Aquellos conductores/as que presentan esta enfermedad pueden suponer un peligro para la seguridad vial, por lo que necesitan presentar un informe médico favorable para obtener el permiso de conducir o renovarlo.