Protege tu coche del frío con estos seis consejos
El frío puede dañar distintas partes de tu coche, te contamos cómo protegerlo para evitar averías y caras reparaciones
En invierno el coche queda expuesto a las bajas temperaturas, y más si duerme a la intemperie, una condición que puede provocarle graves averías. A continuación, te ofrecemos seis sencillas recomendaciones para proteger tu coche del frío cuando esté parado.
Si bien, una temperatura por debajo de 10 grados ya puede causar daños irreparables en un vehículo, la simple exposición al frío del invierno puede afectar a elementos como las cerraduras, los limpiaparabrisas, el líquido de los ‘limpias’ o, por supuesto, la batería. Pero siguiendo estos sencillos consejos que nos proporciona Alquiber Quality podrás proteger tu coche del frío.
1. Tapar el coche con una lona
Lo más recomendable es que el coche ‘duerma’ siempre en garaje, ya que de este modo está menos expuesto a las duras condiciones meteorológicas del invierno. Pero si no se tienes acceso a ello, lo más aconsejable es cubrir el coche con una lona. De este modo se evita la congelación directa de algunas piezas sensibles como los limpiaparabrisas. Además, queda protegido ante posibles granizadas.
Existen lonas que son específicas para cada modelo, y otras que van por medidas y tienen gomas en su parte inferior para ajustarse bien al coche. Si no se puede, o no se quieren usar lonas integrales, al menos es recomendable emplear telas más pequeñas para evitar la congelación del parabrisas. De este modo evitaremos rascar el hielo que se ha formado sobre él durante la noche.
2. Cuidados para el limpiaparabrisas
Una de las partes que antes se dañan cuando el coche está expuesto al frío son los limpiaparabrisas, debido a la propia congelación del parabrisas. Al suceder esto, las gomas de los ‘limpias’ se endurecen y quedan adheridas al cristal congelado, pudiendo sufrir graves daños al separarlas. Por ello, si estamos en una zona de heladas o usuales nevadas, lo mejor es levantarlos o poner un tapón de corcho entre ellos y el cristal.
También es muy recomendable en estas situaciones no utilizar sólo agua en el depósito del líquido para el limpiaparabrisas, ya que se congelará con rapidez, impidiendo que funcione con normalidad o incluso rompiendo todo el circuito. Existen líquidos específicos con elementos anticongelantes que son muy efectivos.
3. Observar el líquido refrigerante
Para proteger correctamente el coche del frío, además de comprobar el nivel del líquido refrigerante, hay que ver su estado. Con el tiempo y el uso éste va perdiendo propiedades que dejan expuesto nuestro motor a las inclemencias del tiempo. Por norma general los líquidos anticongelantes tienen colores vívidos, pero si vemos que éste ya tiende a ser traslúcido o simplemente está ennegrecido, significa que está llegando al final de su vida útil, por lo que debemos cambiarlo cuanto antes.
Esta sustancia tiene una resistencia a la congelación de hasta 20 grados bajo cero, pero si se han acumulado muchas impurezas esta cifra baja considerablemente, dejando más expuesto nuestro propulsor. Por ello es recomendable cambiarlo y purgar todo el circuito al menos cada 5 años.
4. Cómo proteger la batería del frío
La batería es uno de los elementos que más acusan el frío y que antes se estropean con las bajas temperaturas. Y lo cierto es que no hay una manera efectiva de protegerla, más que asegurándonos de que está en buen estado. La batería tiene unos 4 años de vida útil, pero hay que cambiarla en cuanto comience a dar síntomas de agotamiento, ya que basta una simple noche de heladas para que deje de funcionar y nos impida arrancar el coche cuando lo necesitemos.
5. Despacio con las cerraduras congeladas
Algo muy común en zonas de mucho frío es que no podamos entrar al coche porque se han congelado las cerraduras o el sistema de apertura de las puertas. En ese caso, no hay que usar la fuerza bruta ya que podemos partir algunas piezas. Lo más recomendable es emplear alcohol, si hay acceso a corriente eléctrica, un secador. También se comercializan aerosoles lubricantes que impiden la congelación.
6. Arrancar siempre al relentí
Si un coche ha estado expuesto a un frío extremo durante la noche, nunca hay que iniciar la marcha nada más arrancar el motor, ya que si el aceite, el líquido de la dirección, o el de los frenos, están demasiado fríos, podríamos dañar sus circuitos y otras partes mecánicas de importancia.
Por eso es aconsejable mantener siempre unos minutos el coche al ralentí para que el propulsor coja temperatura poco a poco, y nunca acortar el proceso con acelerones en parado. Si tenemos que rascar el hielo del parabrisas, podemos arrancar antes el motor y en ese tiempo que vaya calentándose poco a poco. Además, podemos enfocar el aire hacia el cristal y así nos ayudará a deshacer el hielo más rápido.
Con estos sencillos consejos podremos proteger nuestro coche del frío en invierno cuando esté parado, aunque nunca está de más llevar un kit de emergencia en el que incluyamos una rasqueta para el parabrisas, un producto descongelante que utilizar en caso de mucha necesidad ya que son muy agresivos con los materiales, guantes, una manta, una lata de aceite y combustible de reserva.