¿Sabes qué es el OBD de un coche y para qué sirve?
El sistema de diagnóstico OBD es la herramienta que permite a los mecánicos comprobar si todo está correctamente en el vehículo o algo falla
Seguro que en más de una ocasión te has fijado al llevar tu coche al taller que tu mecánico se ha metido dentro del vehículo en busca de un conector, generalmente situado a los pies del conductor, que acto seguido ha enchufado a una máquina. Gracias a este proceso tan sencillo, el técnico puede obtener pistas sobre la avería que sufre el vehículo. Esta herramienta tan útil que ya equipan todos los coches modernos con motor de combustión se denomina On Board Diagnostics (OBD), y gracias a ella se puede saber cuál es el problema y cómo solucionarlo.
A finales de los años 80, en Estados Unidos, se creó el OBD con el objetivo de comprobar el índice de emisiones contaminantes que tenían los vehículos de la época. El sistema fue evolucionando con el paso de los años hasta llegar a Europa con una nueva actualización: el OBD II.
Gracias al avance tecnológico de los vehículos y la electrónica, se pudieron controlar mediante el sistema OBD II no sólo los gases generados por el motor, sino todos los parámetros de los coches. De este modo, se abrió la veda para que no sólo los talleres, sino cualquier usuario con un poco de destreza, pudiese conocer qué le pasaba a su vehículo.
Actualmente, se pueden encontrar a través de Internet unos lectores de código por aproximadamente diez euros que, conectados a un dispositivo móvil, tablet o portátil mediante Bluetooth o WiFi, permiten saber cuáles son los errores más comunes en el motor y las emisiones de un coche. No obstante, estos lectores son totalmente distintos a las máquinas de diagnosis multimarca que emplean los talleres, que son capaces de configurar el vehículo analizado y cuestan más de 800 euros.
El OBD en la ITV
El OBD apareció en la vida de los conductores por obligación el 20 de mayo de 2018, cuando entró en vigor en España la nueva normativa de la Inspección Técnica de Vehículos a partir del Real Decreto 920/2017. Desde ese día, los vehículos de las categorías M y N (donde se incluyen los turismos y furgonetas) homologados para las emisiones Euro 5 y Euro 6, que corresponden a los matriculados a partir de 2011; y los camiones homologados para la Euro IV desde 2014, tuvieron que llevar instalado de forma obligatoria el puerto OBD.Desde esa fecha, en el Manual de Procedimiento de Inspecciones emitido por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, apareció publicada una nueva prueba en la que el OBD era el protagonista, puesto que los técnicos de la ITV pasarían a comprobar el estado de los vehículos a través de este sistema.
Por ello, desde 2018, en las estaciones de ITV se analizan las emisiones del vehículo a través de la centralita y, en caso de no cumplir con los límites legales establecidos, la inspección puede resultar negativa. Las mismas máquinas de diagnosis de las ITV también comprueban que el vehículo no haya sido manipulado, que no lleve algún software malicioso o que no aparezca ningún tipo de error que, a simple vista, los técnicos no puedan detectar. Asimismo, las máquinas de diagnosis de las ITV comprueban el kilometraje, el ABS, el sistema electrónico de estabilidad (ESC), los sistemas de retención como los airbags o el correcto funcionamiento de las luces.
Es realmente llamativo que a pesar de que este método de diagnosis entró en la historia de la automoción hace muchos años, no fue hasta hace poco cuando los conductores fueron realmente conscientes de que su vehículo tenía un cerebro electrónico.