¿Seguro que sabes cómo hinchar las ruedas? Atento a estos consejos
Te mostramos cuál es la presión correcta de los neumáticos, cómo debes inflar las ruedas y qué pasa si no llevas el aire correcto
Las ruedas son la única superficie de contacto entre el coche y la carretera, por lo que deben estar siempre en un estado óptimo, comenzando por la correcta presión del neumático. En este reportaje te mostramos cómo y cuándo debes hinchar las ruedas, qué presión deben tener, y las consecuencias de circular con exceso o falta de aire en su interior.
Lo primero que hay que decir es que no existe una medida común y exacta de presión de los neumáticos para todos los coches. Cada modelo requiere una carga de aire distinta marcada por el propio fabricante, que además puede variar dependiendo de las circunstancias de la conducción. Así que sigue atento para ver cómo hinchar las ruedas correctamente.
Para ver qué presión de aire necesitan nuestros neumáticos debemos recurrir tres lugares donde suele indicarse: en el marco de la puerta del conductor, en la tapa del depósito de combustible y, finalmente, en manual de usuario.
En la etiqueta veremos que divide las presiones entre neumáticos delanteros y traseros, y además éstas varían dependiendo de la carga del vehículo. Suele mostrar un dibujo con dos o tres pasajeros para indicar una carga baja, y otro de cinco o más ocupantes con sus respectivas maletas para una carga elevada. En el primero de los casos la presión de las ruedas es menor, y en el segundo se eleva un poco el inflado de los neumáticos para contrarrestar el peso total de coche.
Si por lo que fuese no dispones de ninguno de los indicativos anteriormente mencionados, y te ves obligado a inflar los neumáticos, siempre podrás hinchar las ruedas con una presión entre 2 y 2,5 bares para salir del paso. Pero en cuanto puedas deberías de consultar al fabricante para adecuarlas a sus correctas presiones.
Muchas personas se preguntan cuándo hay que hinchar las ruedas, y la respuesta es sencilla: cuando el coche lo requiera. Todos los vehículos fabricados a partir de 2014 deben llevar instalado un sensor de presión de neumáticos (TPMS) que se encenderá a modo de testigo en el cuadro de instrumentos cuando alguna de las ruedas esté desinflada. Por supuesto, una inspección visual también es igualmente válida para saber si debemos inflar las ruedas. Si éstas están muy deshinchadas y presentan un aspecto abombado en su parte inferior, deberemos acudir de inmediato a un manómetro para inflarlas. Aunque lo recomendable es hacerlo con el neumático frío.
LA PRESIÓN DE LOS NEUMÁTICOS DEBE REVISARSE AL MENOS UNA VEZ AL MES, AUNQUE EL SISTEMA TPMS NO NOS INDIQUE QUE EXISTA FALTA DE PRESIÓNÉstos suelen estar en las gasolineras, y algunos son de pago y otros gratuitos. Su funcionamiento es muy sencillo: retiras el tapón de la válvula del neumático, donde acoplamos el extremo del tubo de inflado con su sistema de anclaje a modo de pestaña. Una vez comprobamos que no pierde aire, nos acercamos al manómetro y presionamos el símbolo de ‘más’ para comenzar el inflado. Lo apretaremos y soltaremos hasta que sin tocar nada la aguja quede fija en la presión indicada por el fabricante. Si nos hemos pasado simplemente apretaremos el botón con el símbolo ‘menos’ hasta alcanzar la presión correcta del neumático.
Qué pasa si circulo con baja presión en el neumático
Una rueda deshinchada puede influir negativamente en el confort, el gasto de combustible y, en el peor de los casos, provocar incluso un grave accidente. Al no contar con el suficiente aire en su interior, éstos se deforman y elevan su temperatura en exceso en zonas de rozamiento donde no debería existir fricción, hasta el punto de poder estallar produciendo el temido reventón, una de las principales causas de accidentes con víctimas mortales en carretera. Una consecuencia menor pero también peligrosa es el irregular desgaste de la goma, lo que puede provocar temblores y vibraciones tanto en el coche como en la propia dirección.
Un neumático poco inflado también eleva la distancia de frenado porque se deforma con la presión y existe una menos zona de contacto con el asfalto durante la maniobra. Por esta misma razón, también afecta negativamente a la estabilidad en curva. Otra consecuencia fatal en la conducción es que facilita que se produzca el llamado aquaplaning, ya que al deformarse el dibujo del neumático éste no puede evacuar correctamente el agua que encuentra a su paso, formándose una película de agua en su base.
Además, si la rueda está poco inflada se eleva notablemente la superficie de contacto con el asfalto, lo que hace que necesitemos una mayor fuerza de arrastre para mover el vehículo. Esto se contrarresta con una mayor aceleración que eleva notablemente el consumo de combustible.
Por lo contrario, también es malo circular con un exceso de aire en los neumáticos, ya que de igual modo los deformaría reduciendo la superficie de contacto con el asfalto, lo que repercute negativamente en la capacidad de frenada, en la estabilidad y en el confort de marcha. Por no hablar de que también podría provocar un reventón.
Por tanto, hay que saber bien cómo hinchar las ruedas y llevar siempre una correcta presión en los neumáticos, puesto que de la correcta cantidad de aire de las ruedas dependerá la seguridad, el confort y la calidad de la conducción.