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Trànsit acelera para que las motos puedan entrar en Barcelona por los carriles bus-VAO

El ayuntamiento descarta por ahora que motoristas y autobuses compartan espacio en los viales que están dentro de la trama urbana

Ya les contaba este diario en diciembre de 2022 que Trànsit se estaba planteando que las motos puedan usar los carriles bus-VAO para entrar a Barcelona. El director del Servei Català de Transit (SCT), Ramon Lamiel, ha incidido este jueves en la idea durante la primera jornada del III Congreso Iberoamericano del Motociclista, que se celebra en la capital catalana. Ha pasado casi un año desde el anuncio, unos meses en los que la propuesta ha ido cogiendo fundamento en base a analizar experiencias similares llevadas a cabo, con mayor o menor fortuna, en ciudades de todo el planeta. En el caso que nos ocupa, se podría hacer de inmediato en la C-58 para llegar hasta Fabra i Puig (Meridiana) y en la C-31, para penetrar hasta Glòries. Pero hay más: la B-23 tiene en marcha un nuevo vial para transporte público que también podría asumir motos y la C-31, al sur, podría incluir en determinadas horas, avanza Lamiel, un carril para el mismo fin que se ganaría al sentido contrario, el de salida de la metrópolis.

$!Motos circulando por el carril bus de la C-31, antes del túnel de Glòries en dirección Barcelona

Las cifras imponen tomar medidas: en lo que llevamos de año, han perdido la vida en Catalunya 42 personas que iban en moto y 266 han resultado heridas, también a lomos de una motocicleta. “Vamos mal, no estamos bien, necesitamos mejorar”, ha resumido Lamiel. El ayuntamiento por su parte, se mantiene firme en que no quiere buses y motos juntos dentro de la trama urbana. Por lo que respecta a la capital catalana, este diario ya les contó que en los últimos diez años, el 53% de los fallecidos en siniestros de tráfico iban en moto a pesar de no representar ni el 10% de los desplazamientos diarios.

Los cuatro informes

Trànsit todavía tiene que exponer el proyecto a Territori, titular de las vías implicadas, y, sobre todo, al Ayuntamiento de Barcelona. Tiempo atrás, el consistorio descartó que las motos circulen por el carril bus al quedar demostrado que sería contraproducente. Así lo indicaban varios informes: uno de Transportes Metropolitanos de Barcelona (lógico, no querían que los buses perdieran velocidad comercial), uno de los servicios municipales de Movilidad, otro de la Guardia Urbana y un último del RACC, que sorprendió al considerar, del mismo modo, que no era una buena idea. Pero se trataba de mezclar motos y autobuses de TMB por el corazón de la ciudad. El plan del SCT es distinto, puesto que lo limita a los accesos y solo se adentra en la trama urbana en las principales arterias.

$!Una moto circula por un carril reservado al transporte público, en Barcelona

No hay que olvidar, a este respecto, que el consistorio sí ha dado su plácet para que las bicis usen algunos carriles bus. Sucede en Creu Coberta y Sants y pasará en Via Laietana y Pi i Margall. Una medida, admitió el propio gobierno municipal, que, a diferencia de lo que se hizo años atrás con las motos, no se acompañó de ningún informe, y que ha generado un morrocotudo rechazo por parte del colectivo ciclista.

Consultado por este diario sobre la propuesta de Trànsit, el consistorio remite a la opinión expresada ya en el pasado mandato. “En lo que hace referencia a compartir carril bus con moto dentro de la ciudad, la respuesta es no”. Más claro imposible, y es importante el matiz “dentro de la ciudad”. De producirse, la reunión de Lamiel con los responsables de Movilidad del ayuntamiento incluirá un repaso de las metrópolis que ya han pasado por este debate y sí han dado el paso. Cali (Colombia), Kuala Lumpur (Malasia), Sao Paulo (Brasil), Vigo o Londres son algunos ejemplos.

Baile previsible

El veto de la ciudad significa que no se aprobaría el doble uso en la Diagonal o en la Meridiana. Podría no estar tan claro el caso de la C-31, que llega hasta Glòries con total aspecto de autopista aunque ya esté dentro de la trama urbana. El ayuntamiento mantiene su posición: “En estos momentos no se está valorando ninguna de estas posibilidades”. Si esto fuera un baile de fin de curso, la pareja soñada no ha dicho ni que sí que no. Aunque no pinta bien.

$!Una bici circula, legalmente, por el carril bus de Creu Coberta. Al fondo, una moto que sí tiene prohibido usar este carril

El consistorio, sin embargo, deja claro que nada tiene que decir sobre los accesos exteriores, es decir, que si se permite allende las fronteras municipales en la B-23 (cuando esté construido), en la C-58 o en la C-31, es una competencia ajena. A las tres opciones sobre la mesa habría que añadir una cuarta que se planteó cuando la R2 de Rodalies quedó seriamente perjudicada por una avería en la estación de Gavà. Cuenta Lamiel que Trànsit proyectó, y ahí queda el plan, un nuevo carril bus que se usaría de 7 a 11 de la mañana y se ganaría al sentido contrario que sale de la ciudad por la C-31, lado Llobregat. A la altura de la Campana y debajo de la plaça de Cerdà, para entendernos. Todos serían de entrada a la ciudad, añade Lamiel, y solo el de la C-58 podría usarse también para salir.

De Malasia a Brasil

Vamos con los antecedentes. Malasia creó un carril bidireccional que separó del resto de vehículos con una franja ajardinada. “La siniestralidad se redujo el 34%, con lo que el éxito fue incontestable”, comparte Lamiel. La inversión es demasiado alta y el espacio sobre el que se tiene que actuar en el entorno metropolitano es demasiado limitado. En principio, descartado. Sao Paulo y Vigo generaron un nuevo carril estrecho entre los viales de coches. En Brasil se disparó la siniestralidad y en Vigo lo han parado, entre otras cosas, por incompatibilidad con la red ciclista. Descartado.

$!El carril bus de la C-31, en Poblenou, una de las opciones para que las motos puedan entrar a Barcelona con más seguridad, según Trànsit

El modelo británico es el que más se acerca a lo que podría hacerse en Barcelona. Es muy parecido a la ‘motovía’ que se estrenó en Cali hace más de 12 años. En resumen, compartir calzada con el bus. En el caso de Colombia, el índice de peligrosidad para la moto, señala el director de Trànsit, cayó un 50%, y en Reino Unido se mantiene en los principales accesos a la gran ciudad.

Explica Lamiel que la idea sería que la moto solo pudiera circular por el carril bus, es decir, que no se metiera en los viales destinados a los coches y vehículos más pesados. Es ahí donde, dicen las estadísticas, se producen los siniestros más graves, originados sobre todo por el zigzagueo de las motocicletas. De ser así, no podrían salir desde el principio hasta el fin del vial, lo que no les permitiría, por citar un ejemplo, coger la salida que en la C-31 se adentra en el Poblenou antes de llegar a Glòries. “Todo esto todavía lo tenemos que estudiar”, concluye el responsable del SCT. Al fin y al cabo, se trataría de regular algo que, de manera furtiva, ya sucede.