¿Cómo han evolucionado los asientos de Opel a lo largo de su historia?
La marca alemana cuenta con 120 años de experiencia en el desarrollo de asientos, desde el banco fijo hasta el asiento ergonómico con función de masaje
El 2019 está siendo un año realmente especial para Opel. La marca alemana que ha estado produciendo automóviles desde 1899 cumple 120 años de historia, en los que bajo su lema "Democratizar los mejores tecnologías y hacerlas accesibles para todos" ha ido introduciendo numerosos avances tecnológicos en sus vehículos para que todo el mundo pueda disfrutar de ellos.
A lo largo de su historia, la compañía también se ha centrado en el desarrollo de los asientos, ya que la comodidad de los conductores y pasajeros ha sido siempre una prioridad para la marca alemana desde la introducción de sus primeros modelos.
A finales del Siglo XIX, el foco principal estaba puesto en la potencia del motor, por lo que nadie prestaba atención a la comodidad de los asientos. Los vehículos por entonces todavía se parecían a los carros y no eran muy cómodos. No obstante, en 1899, el Opel Patentmotorwagen ofreció como novedad un asiento lujosamente tapizado con cuero.

La comodidad combinada con los beneficios prácticos pasó a formar parte de la agenda de Opel en 1931, con el Opel de 1.8 litros con los asientos delanteros ajustables longitudinalmente. Asimismo, el Opel Regent de 1.2 litros presentó otra característica destacada: los asientos delanteros y traseros anchos, cómodos y acogedores que permitían plegar el respaldo trasero hacia adelante para acceder al gran maletero.
A principios de la década de 1950, los asientos del modelo Opel Olympia que se ajustaban longitudinalmente, se fijaron a una estructura de metal. Además, con el fin de facilitar el acceso de los pasajeros traseros al vehículo, los respaldos delanteros se podían plegar hacia adelante. Posteriormente, en 1956, junto con el Opel Kapitän L nació el asiento reclinable o "relax", que permitía ajustar individualmente el asiento delantero y reclinar el respaldo hasta la posición horizontal, tan solo tirando de una palanca.


En la década de 1990, los asientos del Opel Omega B eran, de forma opcional, ajustables eléctricamente. En esta época, los respaldos reforzados de los asientos traseros y los airbags laterales contribuyeron significativamente a la seguridad pasiva. Asimismo, dependiendo del acabado del modelo, las plazas traseras incorporaban ya cinturones de seguridad de tres puntos y reposacabezas.
No obstante, en 1999, Opel presentó una gran innovación con el estreno de su monovolumen compacto Opel Zafira y su sistema de asientos Flex7. Este revolucionario sistema permitió, por primera vez, transformar de forma rápida y sencilla un monovolumen de siete plazas en un vehículo de transporte de dos asientos con un área de carga de hasta 1.700 litros. Gracias al sistema Flex7, Opel elevó la flexibilidad a otro nivel y continuó desarrollándolo hasta crear el sistema de asientos Flex7Plus, con asientos exteriores ajustables en la fila central del Zafira Tourer.


Por otro lado, la compañía alemana también ofreció unos asientos especialmente cómodos en la clase compacta. En 2015, por primera vez, los asientos ergonómicos certificados por AGR del Opel Astra incluyeron opcionalmente distintas características de confort: masaje, calefacción, ventilación y memoria.
Para finalizar, el último desarrollo en tecnología de asientos de Opel está a punto de presentarse en el nuevo Opel Insignia GSi y el Gsi Sports Tourer. El buque insignia deportivo de la marca alemana equipa el asiento deportivo semibaquet Opel "performance" con certificación AGR, ventilación, calefacción, masaje, memoria, y regulación del apoyo lateral. Además, cuenta con un alto respaldo con reposacabezas integrado decorado con el logotipo de GSi.