Control de estanqueidad, así se asegura Stellantis que no entre agua en sus coches
Sellar el interior de un vehículo es un proceso tan importante como la misma unión entre carrocería y motor y para ello se realizan exhaustivas pruebas en el momento de la producción.
El proceso de producción de un vehículo es muy complejo. Desde que se empiezan a montar las primeras piezas hasta que sale por la línea de montaje se llevan a cabo una serie de procesos que, como por ejemplo la unión de carrocería y motor, son críticos. En muchos casos, por su necesidad de precisión milimétrica, se llevan a cabo de forma automatizada, mientras que otros son realizados manualmente con maestría por los operarios de las fábricas.
Uno de los procesos críticos a los que se enfrentan los coches al producirse es el control de estanqueidad. Como bien apuntan desde Stellantis (Peugeot, Opel, Citroën, Fiat...), "todo el proceso de producción se puede ir al traste con una entrega de vehículos que no haya pasado por un riguroso control de estanqueidad". El grupo cuenta con instalaciones para comprobar que en sus coches no entra ni una gota de agua en sus tres plantas españolas, en Vigo, Figueruelas (Zaragoza) y Madrid.
Sellar un coche ante las inclemencias del tiempo
No es sencillo sellar un vehículo para que no entre agua desde el exterior. Como cuenta el grupo francoalemán, en las zonas de ferraje y revestimientos se aplican diferentes tipos de masillas, mientras que las uniones más complejas se aplican unas piezas llamadas ' inserts gonflants', que, tras aplicar calor, las sellan perfectamente.

La prueba definitiva
Una vez el coche está montado, toca pasar la prueba de estanqueidad. Tanto en Vigo, como en Zaragoza y Madrid, todas las unidades se enfrentan a esta prueba. Como ejemplo, en Vigo se enfrentan a una ducha de entre cuatro y cinco minutos que simula una tormenta intensa. El objetivos es claro: cero gotas en el interior. Para verificar el resultado, varios operarios comprueban el estado del vehículo y limpian los filtros.
