El automóvil alerta de la dependencia de Asia por la escasez de materiales y baterías
Los dirigentes de las principales marcas de coches hablan sobre la electrificación de la industria, la probable escasez de baterías y sus aspiraciones en un mercado eléctrico.
Un futuro electrificado del sector del automóvil es mucho más que dejar de echar gasolina para pasar a enchufar un coche. Este será el principal cambio que notaremos los conductores, que deberemos planificar los viajes según los cargadores que haya en la ruta, que tendremos que gestionar la energía de nuestros coches e incluso usarla para alimentar nuestras casas e incluso optar por nuevas modalidades de movilidad alejadas del concepto de propiedad.
No obstante, para las compañías automovilísticas, este futuro eléctrico está lleno de interrogantes sin responder y todas se enfrentan a la necesidad de adaptarse para cumplir las leyes de descarbonización de la movilidad, cada vez más restrictivas. Cada marca ve el futuro de un modo distinto, aunque muchas coinciden en aspectos importantes, y encaran esta metamorfosis de formas diferentes. En el evento Future of the Car 2022, del periódico británico Financial Times, los líderes de las compañías más importantes del mundo han apuntado su visión y previsiones para la próxima década en el automóvil.
Formas de afrontar la electrificación
Si algo necesitan las compañías automovilísticas para electrificarse es dinero. Miles de millones que invertir en adaptar sus plantas para producir eléctricos y en el desarrollo de estos coches y de sus componentes, como las baterías. Muchas compañías tienen el músculo financiero para afrontarlas, como el Grupo Volkswagen, Mercedes-Benz AG o Stellantis, pero otras como Renault, que han pasado por dificultades económicas recientemente, deben imaginar la forma de conseguir más dinero.Según Luca De Meo, consejero delegado del grupo francés, una opción para el Grupo Renault sería la división de sus negocios de vehículos de combustión interna y de coches eléctricos en dos divisiones distintas. El directivo italiano afirmó que los coches eléctricos y de combustión “son dos deportes distintos” y que “vemos el negocio eléctrico como un área de crecimiento y el de combustión como un generador estable de efectivo”. “Hay una necesidad industrial de separar estos equipos porque juegan deportes distintos”, dijo De Meo. De llevar a cabo esta acción, Renault se uniría a una lista de marcas que han optado por la misma solución en la que figuran nombres como Ford o el grupo chino Geely.

Escasez de materiales y dependencia de Asia
Para otras compañías, como la citada Stellantis o Mercedes-Benz AG, con una gama completa de eléctricos en la calle en el caso de la firma alemana y con una hoja de ruta clara para el despliegue de coches eléctricos y la electrificación de marcas como Alfa Romeo o Maserati en el caso de Stellantis, los retos se presentan en el horizonte. Carlos Tavares, consejero delegado de Stellantis, vaticinó más problemas de provisión de componentes y escasez baterías para 2025 o 2026. “Es fácil anticipar que si no hay una provisión local de baterías, habrá una dependencia significativa de Asia”, argumentó.

En ese sentido, el consejero delegado de Mercedes-Benz, Ola Källenius admitió que les está costando cumplir con los pedidos de una demanda que no deja de crecer. “[La demanda] de la familia EQ esta siendo tan tremenda que estamos haciendo todo lo posible para entregar las unidades lo más rápido posible”, explicó.

El dirigente de Stellantis además, cuestionó la rapidez con la que se está realizando esta transición, motivada por las imposiciones desde los gobiernos. Para él, las marcas están listas para poner tantos coches eléctricos en la carretera como necesiten, pero se cuestiona “¿Y luego qué? ¿Dónde está la energía verde? ¿Dónde están los cargadores? ¿De dónde sacamos las materias primas para baterías? ¿Cuáles son los riesgos geopolíticos de la provisión de estos materiales? ¿Quién está mirando todas las consecuencias de la transformación?”.

Volkswagen y Tesla: apuntando al liderato
La ponencia de Herbert Diess, consejero delegado del Grupo Volkswagen, en el evento se centró sobre todo en la capacidad del consorcio alemán para liderar el mercado de coches eléctricos. “Será una carrera apretada pero no nos rendiremos” avanzó Diess, que reconoció que “no esperábamos que nuestro principal competidor [ Tesla] estuviera tan bien preparado”. El directivo alemán espera que en 2025 Volkswagen pueda dar el ‘sorpasso’ a la marca estadounidense y convertirse en el máximo vendedor de coches eléctricos del mundo apoyado en su amplia oferta repartida por sus marcas. Una de las claves, dijo, es incrementar, supondría más que doblarla, su cuota de mercado en Estados Unidos hasta el 10%.
