La imposibilidad de reparar la batería, otro hándicap de los coches eléctricos
Las baterías de los vehículos eléctricos son casi irreparables, con lo que el precio de los seguros es más alto y cada vez hay más unidades dadas de baja con pocos kilómetros.
Los coches eléctricos tienen multitud de ventajas respecto a los de combustión, sobre todo en lo que respecta a comodidad, dinamismo y emisiones durante el uso. También se suele decir que el mantenimiento es más asequible, aunque hay algunos informes que rebaten esa afirmación, sobre todo en los primeros compases de la vida útil del coche. No obstante, son más caros en el momento de compra y hay un componente, la batería, que, según las últimas investigaciones, podría presentar importantes percances a la hora de ser reparado.
Según Thatcham Research, en muchos coches eléctricos no se puede reparar una batería tras un accidente, incluso en el caso de que el percance sea leve. Esto supone un gran problema para las aseguradoras, pero también para la sostenibilidad del vehículo, uno de los principales argumentos cuando posicionamos a los coches eléctricos en el futuro de la automoción.
Según el informe de la compañía, la batería puede llegar a significar hasta el 50% del precio de un coche, por lo que, en caso de no poderse reparar, su sustitución deja de salir rentable. En muchos vehículos, el componente clave puede costar varias decenas de miles de dólares. Según sus datos, hay compañías como Ford y General Motors que, conocedores del problema, están tratando de conseguir que su reparación sea más sencilla, pero hay marcas, como Tesla, que dificultan la operación. De hecho, según el documento, la batería del Model Y es casi irreparable.
Crecen los eléctricos dados de baja
La agencia Reuters se ha hecho eco de las noticias procedentes desde Thatcham Research y explica que, en una investigación propia, ha detectado un creciente número de vehículos eléctricos de bajo kilometraje siendo dado de baja. “Sobre todo Tesla”, dicen, “pero también modelos de Nissan, Hyundai, Stellantis, BMW, Renault y otras marcas”.
En ese sentido, como suelen advertir todos los informes sobre los coches eléctricos, los pocos vehículos de este tipo que circulan en la carretera en la actualidad, en comparación con los de combustión, complica el análisis de los datos y sobre todo la creación de una imagen precisa de la realidad. No obstante, Reuters advierte “que la cifra de coches eléctricos que se dan de baja con pocos kilómetros está creciendo” y que “decisiones como la de Tesla de hacer que sus baterías sean parte estructural de la plataforma ha permitido reducir costes de producción, pero también arriesgarse a que estos costes recaigan en los clientes y las aseguradoras”.
Seguros cada vez más caros
Según avanza la agencia de noticias, Tesla no ha comentado al respecto, pero tampoco ha dicho nunca que tenga problemas con las aseguradoras, aunque Elon Musk, CEO de la compañía, sí dijo en enero que algunas pólizas “eran irrazonablemente caras”. Según Christoph Lauterwasser, directivo del Centro de Tecnología de Allianz, de la compañía aseguradora Allianz, “la reparación de las baterías es un punto crucial”. Desde la firma explican que, conforme crezca el número de eléctricos en las carreteras y, por tanto, el número de unidades a asegurar, el precio podría crecer.
Paralelamente, Lauterwasser también se refiere al tema de la sostenibilidad. Según explica, la producción de baterías libera grandes cantidades de CO2, por lo que su compensación y beneficios frente a los coches de combustión se produce tras miles de kilómetros. “Si lo das de baja durante sus primeros años, pierde la ventaja en términos de emisiones de CO2”, sentencia.
Según Allianz, gran parte del problema procede de la escasez de datos y de conocimiento sobre las baterías. En ese sentido, Lauterwasser asegura que Allianz ha tenido que desguazar baterías que parecían casi intactas porque la falta de la información sobre cada unidad les impedía hacer un correcto diagnóstico de los daños.
Los eléctricos son todavía ‘novatos’ en las carreteras y es vital que la industria del automóvil, el sector productor de las baterías y todos los actores implicados en la movilidad trabajen juntos para que sus ventajas, que son muchas, pesen más que los riesgos y se consiga una descarbonización efectiva del transporte. Desde Thatcham Research lo tienen claro, “solucionar estos retos ayudará a crear un ecosistema de reparación que cumpla las expectativas de los clientes y contribuya los planes de descarbonización de los gobiernos”, pero actualmente “hay la necesidad de crear este ecosistema para garantizar una reparación eficiente, segura y rápida”.