Northvolt eleva sus pérdidas hasta los 939 millones de euros
El fabricante sueco de baterías triplica sus pérdidas tras un año de problemas de producción y dificultades para incrementar la fabricación de sus productos.
El fabricante sueco de baterías para vehículos, Northvolt, ha triplicado sus pérdidas, hasta superar los 1.000 millones de dólares (unos 936 millones de euros) en el último año, a medida que la empresa se enfrenta a una serie de vientos en contra derivados de los problemas de producción en sus plantas en Suecia.
“La empresa ha tenido que hacer frente a “múltiples retos y contratiempos” para aumentar la producción en su fábrica de Ett (Suecia)”, según ha admitido Peter Carlsson, director ejecutivo y cofundador de Northvolt este martes.
Carlsson también ha admitido en varias declaraciones posteriores a la presentación de resultados estar revisando sus planes de expansión internacional a medida que “la producción se vuelve más estable”.
Los ingresos se han situado sobre los 128 millones de dólares (119,46 millones de euros), lo que supone un aumento de casi un 20% con respecto a los números de hace un año.
A pesar de todo, Northvolt reafirma sus objetivos de alcanzar una cuota de mercado del 25% de las baterías de vehículos en Europa a finales de década, lo que equivale a una capacidad de producción de hasta 150 gigavatios. De momento, la empresa cuenta con la planta de Ett a la que quiere sumar a lo largo de los próximos años la fábrica que desarrolla con Volvo en Gotemburgo y otra en Heide, en Alemania.
Sin embargo, la compañía se está enfrentando a varios problemas relacionados con las operativas diarias del negocio, sobre todo debido a la pérdida de grandes clientes como BMW o Scania de Volkswagen, que se han quejado en numerosas ocasiones de los retrasos en la recepción de productos y en problemas de calidad de las baterías.
En términos generales, Northvolt se enfrenta a la caída de la demanda y también a la llegada de otra competencia de fabricantes de baterías más baratas procedentes de China, donde fabricantes como BYD, entre otros, están desarrollando sus propias baterías de litio-hierro-fosfato.