Semana Europea de la Movilidad: los retos de España en la movilidad eléctrica
Aunque desde el Gobierno se defiende la posición del país en cuanto a la movilidad eléctrica, lo cierto es que las ventas caen y la infraestructura de carga es aún insuficiente.
Esta semana se celebra la Semana Europea de la Movilidad, un momento perfecto para repasar el estado general de la movilidad eléctrica en España y los retos a los que se enfrenta en la actualidad para afrontar un futuro plenamente electrificado. Según el grupo energético EDP, la movilidad eléctrica en España se consolida a buen ritmo, como demuestran los datos más recientes del uso de cargadores de vehículos eléctricos.
Durante los primeros ocho meses de 2024, se registraron 83.133 recargas en puntos de acceso público y privado, lo que supone un incremento del 7% con respecto al mismo periodo del año anterior. La subida demuestra que cada vez hay más coches eléctricos en las carreteras españolas, aunque, como exponen los últimos datos de matriculaciones de la patronal española del sector, Anfac, las ventas de vehículos recargables -eléctricos e híbridos enchufables- han caído un 2,66% hasta agosto, con apenas 37.076 unidades. Su cuota de mercado se queda en el 4,60%, una cifra pobre para los ambiciosos objetivos europeos.
Los retos de la electromovilidad en España
Pese a que desde el Gobierno, a través de las palabras de la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, se considera que la infraestructura de carga española es suficiente para el presente y el futuro próximo, lo cierto es que el acceso a la carga sigue siendo una de las barreras de la movilidad eléctrica.
Si bien es cierto que se han instalado muchos cargadores durante los últimos años, alcanzando los 35.698 puntos según Anfac, aún quedan deberes por hacer. Según EDP, hay actualmente cinco coches por cargador, mejorando la media europea de diez vehículos por cargador. Sin embargo, el último Barómetro de la Electromovilidad de Anfac fija una puntuación de 8,7 sobre 100 a la infraestructura española, señalando datos relevantes como que más de 9.100 puntos no están operativos o que la mayoría de enchufes son lentos. La red de carga ultrarrápida, de más de 150 kW, apenas alcanza los 2.412 puntos, un 6,7% de la red total, mientras que el 71% de los puntos de carga precisan más de 3 horas para recargar completamente un vehículo.
Otros de los grandes obstáculos son la burocracia y la legislación. Aunque España se posiciona como uno de los países europeos con mayor volumen de ayudas para la compra de vehículos eléctricos, los largos plazos para recibir estos incentivos -en algunos casos de hasta 24 meses- y las limitadas ventajas fiscales, especialmente para empresas, frenan una adopción masiva. Países como Portugal, con un sistema de incentivos más ágil, han logrado que más del 30% de las matriculaciones sean de coches eléctricos, un hito aún lejano en España. Desde Anfac exponen que es el “mejor momento para comprar un eléctrico” en cuanto a ayudas se refiere, pero aún queda trabajo por hacer.
Otro reto importante es la desinformación sobre los puntos de recarga. Muchos conductores no conocen bien cómo localizar los cargadores, los métodos de pago o la interoperabilidad entre diferentes proveedores. Aunque en otros países el pago con tarjeta bancaria está más extendido, en España sigue siendo una asignatura pendiente. En este sentido, se espera que el despliegue de sistemas de pago con tarjeta en cargadores AC (puntos de recarga lenta) en lugares como supermercados y centros comerciales facilite el acceso a un mayor número de usuarios, incluyendo los conductores de híbridos enchufables.
Por último, aunque los precios de la electricidad han subido, cargar un coche eléctrico en casa sigue siendo más económico que utilizar un vehículo de combustión, sobre todo en casa, ya que el precio de cargar una batería en cargadores rápidos públicos suele superar al de llenar un depósito de gasolina. Además, la vida útil de un cargador supera la del propio coche, lo que permite una amortización a largo plazo. La legislación en España también facilita la instalación de cargadores en garajes privados, promoviendo la transición hacia una movilidad más sostenible.
La electrificación es una carrera de fondo en la que, poco a poco, las piezas van encajando, pero la realidad es que España está lejos de la meta desde el punto de vista de los objetivos actuales europeos.