Barcelona, ciudad de motos
La moto fue, es y seguirá siendo un elemento imprescindible en la movilidad de la ciudad condal
En la actualidad estamos inmersos en lo que llamamos “la transformación de la movilidad”. Esta transformación hacia una movilidad “activa y sostenible” fomenta los trayectos a pie, en bicicleta o en transporte público. Sin embargo, estas formas de movilidad no pueden cubrir las necesidades de todos los ciudadanos, por lo que se necesitan de otros medios de transporte que den a los usuarios la flexibilidad suficiente para desempeñar su día a día.
La no siempre buena conexión del transporte público o la necesidad de hacer trayectos con múltiples destinos han hecho que las motocicletas estén ganando peso y representatividad en nuestras ciudades debido a sus múltiples ventajas (ahorro de tiempo y dinero, estacionamiento, comodidad o eficiencia). No es hora de demonizar al vehículo privado, sino de aprovechar sus ventajas para encontrar un equilibrio sostenible que reconozca la movilidad como un derecho del usuario.
Barcelona es conocida como la ciudad de las motos. Sin embargo, durante los últimos años, los problemas de movilidad son más que evidentes con unas políticas que han convertido a la motocicleta en víctima. Una mala gestión del urbanismo táctico que ha aumentado la percepción de inseguridad por parte de los usuarios o una política de aparcamiento que no asegura espacios suficientes en la calzada para estos vehículos han querido convertir a Barcelona una ciudad “antimoto”.
La moto es tan importante para la ciudad de Barcelona que incluso se ha colado en la campaña política de los candidatos a la alcaldía. De hecho, el pasado 14 de abril varios candidatos se posicionaron a favor de la moto y del establecimiento de una serie de políticas que permitan a los usuarios disfrutar de las ventajas que ofrece este vehículo.
La masificación del centro de la ciudad ha dado lugar a que las zonas del extrarradio se conviertan en las áreas residenciales de las personas que trabajan día a día en el centro de Barcelona. A pesar de ello, no existe para estas personas una combinación de transporte público eficiente. Frente a esta situación, la moto se convierte en una solución razonable de movilidad, siendo para estos ciudadanos un aliado para su conciliación familiar y profesional.
No sabemos con certeza qué pasará con la moto en Barcelona una vez finalicen estos comicios. Sin embargo, una cosa es clara: la moto fue, es y seguirá siendo un elemento imprescindible en la movilidad de Barcelona.