BMW S 1000 RR: más alas para volar
La firma bávara mejora la aerodinámica de la S 1000 RR, que alcanza los 210 CV.
La BMW S 1000 RR se presentó en 2009, pero su historia arrancó con la R1100S de 1992. Han pasado algunas décadas desde entonces y la tecnología, como sucede en los coches deportivos, marca un antes y un después a cada nueva generación. La presencia en los circuitos y campeonatos más reñidos del momento, como el Mundial de Superbikes, permite a la firma bávara poner a prueba algunas mejoras. Unas evoluciones aerodinámicas y mecánicas que introduce en su modelo de producción. De ahí que la nueva BMW S 1000 RR tenga más pinta de avión de combate que de motocicleta.

Más y más alerones
Si algo sorprende en esta actualización de la BMW S 1000 RR es la presencia de nuevos alerones, que garantizan un correcto flujo del aire en instantes de aceleración. El objetivo de estos apéndices es pegar la rueda delantera al suelo, creando una carga aerodinámica superior que impida los caballitos al tiempo que reduce el espacio de frenada y mejora el agarre de la moto en una salida de curva.

Mejoras en la parte mecánica
El motor de 4 cilindros en línea es una evolución del actual bloque de la S 1000 RR, al que han potenciado para llegar a los 210 CV sobre las 13.750 rpm. Son 3 CV más, pero con un par máximo de 113 Nm entregados a 11.000 vueltas, por lo que aumenta el rango de revoluciones utilizables para situar el régimen máximo en 14.600 rpm. Además, la relación de transmisión secundaria es más corta, por lo que se consigue una tracción superior en la rueda trasera.

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Con el fin de mejorar la seguridad y experiencia en circuito, BMW activa la función Brake Slide Assist en el sistema ABS Pro de la S 1000 RR. Se trata de una solución parecida al Control de Deslizamiento y permite al usuario establecer un ángulo para las llamadas derivas de frenado, o derrapes en entrada de curva. Unas actuaciones que no serían posibles sin los sensores de ángulo de dirección.
Retoques en el chasis
La nueva RR de BMW mantiene el bastidor puente de aluminio, que es una construcción perfecta para integrar su motor en posición inclinada (32 grados) hacia delante. Para optimizar la flexibilidad lateral, este bastidor incorpora varias aberturas en los perfiles. Un retoque en el chasis que no acaba ahí, con un nuevo ángulo de dirección más aplanado (0,5 grados) y el desplazamiento de las pinzas triples en 3 milímetros. Todo ello con el objetivo de tener un mayor contacto con la rueda delantera.
