Probamos la Silence S01 en una ruta motera de 300 km por carretera
Analizamos la moto eléctrica Silence S01 en una ruta motera de 300 km que va desde BCN, pasando por el Montseny y el Empordà, hasta llegar a Llafranc, en plena Costa Brava
La Silence S01 no fue creada para hacer rutas de 300 km por carretera. Esta moto eléctrica ha sido diseñada para hacer frente a las necesidades de movilidad urbana e interurbanas de cualquier motorista. Pero para mejorar hay que "abandonar la zona de confort", y por eso nos hemos marcado un recorrido desde BCN, pasando por el Montseny y el Empordà, hasta llegar a Llafranc en plena Costa Brava. Por si no fuera suficiente, lo hemos hecho acompañados de 20 motos de gasolina, formando parte de una clásica "kedada" motera.
Para nuestra hazaña escogimos el último día de julio, en plena canícula y con temperaturas que sobrepasaron en algunos momentos los 35º. Sin duda, el mejor escenario para llevar a la Silence S01 al límite de sus prestaciones técnicas, lejos, muy lejos de la zona de confort.
Esta ha sido una típica salida motera. Un grupo de amigos, muchos de los cuales no nos conocíamos entre nosotros. Todos somos amigos de alguien, pero nadie conoce realmente a todos. Al final de la jornada, uno acaba teniendo la sensación, con nuestros compañeros de viaje, que llevamos media vida rodando juntos. Así son las salidas moteras. Dentro del grupo hay de todo. Desde abogados, mecánicos y periodistas, hasta ingenieros, pilotos y agentes de seguros. En total 25 amantes de las motos, que pueden dar fe de la veracidad de todo lo que aquí contamos.
Sobre las motos todavía hay más variedad. Observamos motos grandes como la África Twin, BMW GS, o KTM Duke. Dan un poco de miedo, pero también hay escúteres de todo tipo, motos que sus propietarios utilizan cada día en sus clásicos desplazamientos urbanos. Todas serán hoy compañeras de viaje, y en cierto modo competiremos con ellas para hacer un buen papel en los 300 km de ruta.
La participación por parte de Silence se concretaba en 5 S01. Contábamos con algunas motos particulares como la del propio CEO de la Compañía Carlos Sotelo, la de Oriol Urpi ingeniero de Silence, o la de Ñiky Marsal un cliente muy próximo a la marca. Las dos últimas unidades eran motos del concesionario, las mismas que utilizan los clientes cuando solicitan una prueba de la S01. Motos que cada día pasan por muchas manos, pero que nunca se habían enfrentado a una prueba de largo recorrido por carretera.
No podemos olvidarnos de una pieza clave para el éxito de la prueba, el técnico Joan Freixas. Él estaba al mando de un furgón de apoyo. La idea era ir sustituyendo las baterías aproximadamente cada 100 km. Al final ese fue su único trabajo, pues las 5 motos no dieron ningún problema técnico. Tanto es así que el propio Carlos Sotelo le cedió su moto en algunos tramos para distraerle un poco la jornada.
300 km, por las carreteras de montaña más hermosas nos aguardan. Superarlo es todo un reto, que demostrará la eficiencia en todos los terrenos de una moto eléctrica como la Silence S01, frente a los modelos de gasolina.
Entrega de motos en el concesionario Silence de Barcelona
Nos reunimos con Antonio Muniente de Comunicación de Silence tuvimos que recoger previamente las motos de pruebas de la Flagship Store de BCN. Nos comenta que las motos de test que hemos utilizado, literalmente, en su trajín diario no conocen la palabra descanso. Siempre están dando vueltas.Dani Navarro, el encargado de tienda, era el responsable de entregarnos las motos a las 09:30h. Sin prisa, pero sin pausa tomamos dirección hacia los túneles de Vallvidrera. El punto de encuentro estaba localizado en la Estación de Servicio de Sant Joan (San Cugat del Vallés), donde nos esperaba el resto del grupo a las 10 de la mañana. Esta es, sin duda, una de las partes más desfavorables del recorrido. Es un tramo de autopista, que lo realizamos en el modo Sport flirteando siempre con la velocidad autolimitada de 100 km. A este ritmo, rodamos dentro del flujo circulatorio..
Llegamos 10 minutos antes. Algunos ya nos esperan. Entre risas y cafés vamos conociendo al resto de compañeros de viaje.
Briefing "dakariano" a cargo de Carlos Sotelo
Carlos Sotelo, CEO y fundador de Silence, empezó en el mundo de la moto como piloto de Enduro, y se hizo popular por sus éxitos en el Dakar. Por eso cuando inicia el briefing, al lado de Josele Marco (organizador y diseñador del recorrido), uno tiene la sensación de que vamos a iniciar una dura ruta. Parece el briefing del Dakar, pero sin desierto.Josele se encarga de informarnos de la descripción del recorrido, y nos hace entrega de un mapa para evitar despistes en el recorrido. Como, además, todos formamos parte de un grupo de WhatsApp lo difícil realmente es perderse. El cierre del "meeting" le corresponde a Carlos Sotelo, que con el más puro estilo de la competición africana nos dice: "como en el Dakar, hay etapas que empiezan de día, pero se acaban de noche…".
Tramo 1. Estación de Servicio Sant Joan-Sant Feliu de Codinas
El primer tramo vuelve a ser una vía rápida. Vamos dirección Matadepera, pero para llegar tenemos un enlace de más de 20 km de autovía. En esta ocasión vamos en modo City para garantizar la autonomía, pues hemos programado cada cambio de batería cada 100 km. Rodamos en grupo, de manera compactada, vamos tranquilos disfrutando del paisaje. La temperatura todavía es soportable, pero se intuye que dentro de unas horas vamos a sufrir el día más caluroso del año. Nuestro objetivo era alejarnos de la zona de confort, y sin duda esta es la mejor manera de comprobar la resistencia del motor y las baterías a las altas temperaturas.Una vez rebasamos el pueblo de Matadapera, comenzamos a enfilar el Coll de Estenalles. Por delante tenemos un bonito puerto de montaña (1.150 mts), con curvas muy lentas y excelente asfalto. Es la típica carretera de montaña frecuentada por moteros y ciclistas.
Subimos ligeros, y solo se escapan una BMW GS 1250 y una GS 900, que parecen de otra categoría. Las Silence S01 lideran el resto del grupo. Pilotos y motos estamos frescos, y la carretera parece invitarnos a circular con alegría. Dirección Granera se produce algún "pique", siempre legal, entre miembros del equipo. El resto de los compañeros de viaje se muestran sorprendidos del excelente rendimiento de nuestras motos eléctricas. El buen par motor, los buenos frenos y neumáticos, son los responsables que la Silence S01 se convierta en una moto inalcanzable para los escúteres de gasolina. Algunos tuvieron que verlo para creerlo.
A partir del cruce de caminos que aparece en la imagen, decidimos bajar un poco el ritmo, pues queremos hacer toda la salida con 3 baterías, y nos estamos animando demasiado.
Hacemos la clásica parada para tomar fotos, e iniciamos la ruta hacia Sant Feliu de Codinas. Este será el primer punto donde queremos cambiar las baterías. En este primer tramo ya nos damos cuenta de que tenemos consumos bastante dispares en función de nuestro estilo de conducción. Resumiendo, los propietarios Silence conducen más "fino", aceleran y frenan menos, con una conducción mucho más fluida, el resultado es un consumo aproximadamente un 20% más bajo que los que venimos de la gasolina. Tomamos nota y prometemos copiar el estilo durante el resto del viaje.
Tramo 2. Niu de l’Aliga-Sant Hilari
Hasta llegar a la comida todo el trayecto es en subida, pues debemos remontar desde Barcelona hasta Sant Hilari de Sacalm un desnivel de más de 1.000 metros.Nos dirigimos a Centelles, un recorrido que no precisa de potencia para divertirse. Caballos o Kilovatios son innecesarios. Seguimos circulando en modo City. La carretera no tiene tráfico, no hay coches, y circulamos al ritmo de cualquier moto de gasolina.
Tomamos dirección hacía el pueblo de El Brull, pero antes debemos superar el puerto de El Muntanya. Es un tramo duro, con rampas que alcanzan hasta un 16% de porcentaje. Parece una etapa de El Tour, con fuertes repechos y horquillas, que abordamos sin dificultad. Tanto es así que hacemos toda la subida enganchados a las motos que abren grupo. Aquí mostramos la altimetría del puerto tomada de una web de aficionados al ciclismo.
Finalmente llegamos a El Brull, una "postal" de pueblo. Bonito, muy bonito. Estamos en el macizo de El Montseny. Aquí, los eléctricos, tomamos la decisión de variar el recorrido para llegar con una única batería hasta la comida en Sant Hilari.
Nos dirigimos hacia Seva para después pasar por Viladrau. Estamos en una zona donde han nacido grandes pilotos como Crivillé o Nani Roma, entre muchos otros. Es una tierra donde la afición a los deportes del motor es parte del paisaje. Cuando ves sus montañas y carreteras lo entiendes.
El atajo que hemos tomado nos permite ser los primeros en llegar al restaurante. Hemos alcanzado el punto más alto del recorrido sin ningún incidente mecánico en ninguna de nuestras motos. Sobre la autonomía, todos vamos aprendiendo a conducir, y pese a los 1.000 metros de desnivel, todos hemos llegado sin necesidad de cambiar las baterías, según lo previsto. La clave es conducir de forma fluida, "dejando correr la moto". Funciona y además se ahorra batería.
Antes que llegue el resto del "pelotón", no queda tiempo suficiente para cambiar las baterías hacernos fotos, e incluso tomar alguna cerveza (sin alcohol, por supuesto).
Tramo 3. Sant Hilari-LLafranc Costa Brava
Ya solo nos quedaba el tramo final. Por delante nos aguardan poco más de 100 km, pero esta vez muy favorables. Vamos de Sant Hilaria a LLafranc en plena Costa Brava, pero con un desnivel negativo de casi 1.000 metros. Todo cuesta abajo, gracias a ello vamos todo el camino sobrados de autonomía.El inicio de este último tramo es una carretera de montaña espectacular que nos lleva hasta el "Eix Transveral", una autovía rápida de montaña. Vuelve a ser un recorrido poco favorable para un scooter eléctrico urbano. Son 30 kilómetros que afrontamos pasadas las 17 horas (la comida se alargo un poco, ya se sabe), con altísimas temperaturas que superan los 35 grados. Vamos muy tranquilos rodando en modo City. No somos los más rápidos, aunque tampoco los más lentos.
Ahora ya solo nos queda el tramo de l’Empordà. Una vez superada Girona a la altura de Cassa de la Selva, nos dirigimos hacia LLafranc. Unos kilómetros antes, en Sant Feliu de Guíxols, los que vamos con las motos de pruebas, tenemos que cargarlas en el furgón, pues debemos entregarlas en la tienda de Barcelona antes de la hora de cierre. Las motos de Carlos Sotelo y Ñicky Marsal sí que avistaron el Mediterráneo. Suya fue la victoria.
Para mejorar hay que salirse de la zona de confort
Este reto se inició con la siguiente pregunta de Carlos Sotelo: ¿Qué os parecería una ruta de 300 Km con 5 Silence y 20 motos de gasolina? Después de muchas dudas, hay que reconocerlo, nos hicimos la siguiente reflexión: si alguien acostumbrado a las grandes distancias, a las carreras de fondo (deportivas y empresariales), al calor y al riesgo, se ha tomado en serio una propuesta como esta, tenemos que la obligación de intentarlo. Carlos Sotelo, acepto el reto y no se equivocó. No solo cubrimos los 300 km, sino que salvamos la ruta sin ningún problema. Lo importante en un viaje no es la distancia, son los compañeros que uno elige.