Razones para pasarse a una moto eléctrica
Propietarios de Zero Motorcycles nos cuentan su experiencia y las ventajas que les aportan sus vehículos de cero emisiones
¿Qué impulsa a un motorista a tomar la decisión de cambiar su moto de combustión por una 100% eléctrica? Existen muchos motivos por los cuales un motorista decide aparcar para siempre su moto de gasolina para ponerse al manillar de una eléctrica. Cada año, cada mes, cada día son más los usuarios que toman esta sensata decisión y cada uno, seguramente, tenga sus propias razones: colaborar a reducir las emisiones de CO2 en sus desplazamientos, ahorrar en combustible y mantenimientos, disfrutar de unas prestaciones espectaculares... Hemos charlado con diferentes propietarios de Zero Motorcycles para obtener testimonios reales de por qué dieron el paso hacia una movilidad de cero emisiones convertida ya en una verdadera alternativa.
Medio ambiente
Una de las razones de peso para pasarse a una eléctrica suele radicar en la concienciación creciente, también entre los motoristas, sobre el cambio climático y el fomento del uso de vehículos no contaminantes. “Tenía una BMW F800R y la utilizaba para ir a trabajar cada día, pero viajaba poco con ella. Me decidí a comprar una Zero, una moto eléctrica, para reducir la huella de carbono”, nos relataba Enric Cruz, traumatólogo del hospital de Granollers y propietario de una Zero SR desde 2021.
El mismo motivo que nos explica uno de los cocineros españoles más populares, Jordi Cruz, todo un aficionado al mundo de las dos ruedas que decidió pasarse al bando eléctrico y comprarse una Zero S: “En casa tengo instaladas placas solares y puedo recargar mi moto eléctrica, sumando así mi granito de arena en favor del medio ambiente”. El chef catalán, además, valora su falta de rumorosidad: “Tiene sonido, no ruido, es un sonido fino y elegante”.
Y es que la ausencia de emisiones acústicas es otro de los motivos más comentados entre los propietarios, como Marc Medina, propietario de una Zero DS y operario de producción, que nos lo relataba así: “Mi cambio al mundo eléctrico fue casi sin darme cuenta. Llevaba una 125 cc y, aunque ya había oído hablar de Zero, no me había decidido a llevar una. Entonces descubrí el canal de Telegram de Zero Motorcycles España, donde encontré a gente que me animó a probarla y a ver algún vídeo del youtuber y precursor de Zero en España, Miguel Zarzuela. Me enganché y el silbido de la Zero me enamoró por internet”.
Ahorro combustible y mantenimientos
Posiblemente, la razón que más motivó a los entrevistados sea la de la disminución de los gastos durante la vida útil del vehículo, a través de un ahorro de combustible y de revisiones. Fernando Tallón, presidente el Club Zero Motorcycles España, nos explicaba: “Tanto en casa como en el trabajo tengo posibilidades de carga. En casa tengo un cargador tipo 2 y tardo en recargar completamente la batería de mi Zero DS una hora y 45 minutos, con un coste total de 0.65 euros para una autonomía de 200 km, es decir, me cuesta realizar 100 km poco más de 30 céntimos si recargo en casa. Si recargo fuera, el coste de recargar la batería puede llegar a los 3.5 euros, o 1.75 euros los 100 km. En cualquier caso, costes imbatibles”.
Marc Medina nos lo detallaba así: “Sin duda se ahorra y muchísimo. El precio de la electricidad no tiene nada que ver con el de la gasolina. Hasta la fecha llevo 45.000 km de los cuales casi todos han sido recargando gratuitamente o a coste de casa, o sea, difícil de superar, ¿no? Por ejemplo, hice un viaje Valencia-Jaca planificando la carga a coste 0, unos 1.000 km a 0 euros. No hablemos del mantenimiento el cual es infinitamente más barato que en una de combustión”.
Mark Berdomás, propietario de una Zero S y protagonista del proyecto “Maynake” que lo convirtió en el primer motorista en visitar todos los ‘Toros de Osborne’ de la Península Ibérica a bordo de una moto eléctrica, también destacaba: “Desde que las probé, allá por el 2015, siempre quise tener una eléctrica, una Zero. Soy motero desde hace mucho e iría en moto hasta el baño. La única forma viable de poder ir en moto a todas partes, a diario, de forma económicamente sostenible es en una moto eléctrica que esté bien construida”.
Confesiones que coinciden con las de Daniel Montero quien, con su Zero SR comprada en 2015, ya lleva más de 183.000 km, demostrando que, entre las cualidades de las motos californianas, también están la durabilidad y fiabilidad: “En estos 9 años he viajado por más de 10 países, con trayectos diarios de hasta 700 km. Con mi Zero he ahorrado muchas horas de espera en la gasolinera, y por supuesto también he ahorrado en mantenimientos, gasolina y otros gastos que un vehículo convencional genera de forma continua. La fiabilidad ha sido un gran punto a favor a la hora de basar la mayor parte de mis necesidades de movilidad en estas dos motos eléctricas (también tiene una SR/S de 2020). Por cierto, mis vecinos están encantados con mis motos, aún no he recibido quejas de olores, ruidos o molestias, aun cuando llego tarde de mis viajes”.
Experiencia de conducción
Todos los usuarios entrevistados destacan la experiencia de conducción que les aporta su motocicleta eléctrica. El relato de Tomás Otero, propietario de una Zero DS, así lo muestra: “Mi llegada a las motos eléctricas se produjo porque necesitaba un medio de transporte ágil que me permitiera hacer los cuatro viajes que tengo al trabajo diariamente. Tenía una Kawasaki Er-6 F que, o no terminaba de calentarse adecuadamente en invierno o me asaba las piernas en verano, además del consumo de combustible, así que opté por comprar un scooter eléctrico. Fue una muy grata sorpresa por el silencio de motor, nada de calores, era ágil, te colabas entre el tráfico con facilidad y salía de los semáforos bastante rápido. Después me compré la Zero DS, una moto que cumple perfectamente con lo que necesito en el 90% de mi vida”.
Marc Medina reconocía que había tenido dudas después de comprársela y mientras esperaba a que se le entregaran, pero que se disiparon inmediatamente en cuanto la tuvo: “Me la trajeron y... ¡’Vualá’! Amor a primera vista, me gustaba y me gusta todo de ella. La suavidad de la conducción, el silencio, la potencia... Es todo distinto y único a la vez, no hay nada así... Subir un puerto de montaña de noche con una moto eléctrica es como una verdadera sinfonía para los sentidos”.
En ese sentido, Tomás concuerda y añade: “Es una gozada moverte por carreteras de montaña a 50 o 60 Km/h, ese es su elemento, perderte por carreteras de tercer orden sin pensar demasiado hacia dónde vas, simplemente fluyendo de curva a curva mientras ves el paisaje o disfrutas de la fauna. Muy poco ruido, nada de que quemarte las piernas por el calor de los cilindros...”.
Enric Cruz, también destacaba en este apartado: “De casa al trabajo tengo 25 kilómetros y me resulta tan práctica como divertida. Tiene las prestaciones de una 800, con una buena aceleración y un comportamiento noble en carretera. Además, durante estos meses más cálidos se agradece no tener que sufrir el calor del motor de una moto con motor térmico”.
Para Jordi Cruz “la Zero S es un cohete” y añade el reconocido cocinero: “La puedo llevar con mi carné de coche, común y corriente, y no es que sea buena, es que es una maravilla, ecológica, eléctrica, lo tiene todo, no decepciona...”.
¿Qué le dirías a todos esos escépticos de las motos eléctricas? Fernando Tallón contesta: “¡Que la prueben! El par instantáneo o la falta de rumorosidad en movimiento hacen que el transporte en el día a día sea más cómodo, y eso es innegable. Otra cosa es que el coste de adquisición sea más alto, pero con el tiempo se va compensando. Sin duda, para cada día es la mejor opción por gastos, mantenimiento, comodidad de uso y quitarte problemas. Es muy raro que alguien la pruebe y, si realmente le gustan las motos, no le salga una sonrisilla o se quede como estaba”. Además, toda la gama de Zero Motorcycles cuenta con cinco años de garantía sin límite de kilometraje en piezas y baterías.