Los patinetes eléctricos siguen creciendo en España pese a las críticas
Ya existen cerca de 6.000 patinetes de uso compatido repartidos por toda la geografía nacional, más lo de uso particular
Todavía odiado por muchos, el patinete eléctrico se ha convertido en una de las alternativas de movilidad al transporte tradicional más empleadas en la ciudad. A los miles de usuarios particulares hay que sumar aquellos que utilizan los patinetes compartidos. En España ya hay más de medio millón de usuarios de este servicio, con cerca de 6.000 patinetes repartidos por toda la geografía nacional.
El uso de los patinetes se disparó con la pandemia, como alternativa a las aglomeraciones del transporte público, y ahora mantiene su crecimiento espoleado por el elevadísimo precio de los carburantes, el alto precio de los coches, la incertidumbre de compra tras la irrupción de los motores electrificados, y la mayor concienciación frente al cambio climático.
Además, desde Smart Mobility, el colectivo que agrupa a las principales compañías de movilidad inteligente y sostenible en España, apuntan que “la reconfiguración del espacio público será el punto de inflexión para que el conjunto de la población conciba la movilidad sostenible –con los patinetes como uno de los principales vehículos de movilidad personal– como la principal vía para los desplazamientos urbanos”.
Por el momento, el 72% de los españoles afirma que han cambiado su forma de desplazarse en los últimos años. El coche ha perdido interés especialmente entre los jóvenes de 18 a 29 años, los cuales prefieren moverse en patinete eléctrico y en vehículos compartidos, frente a la imposibilidad en la mayoría de los casos de poder comprar un coche por elevado precio de coste y mantenimiento. Los patinetes, junto a las bicicletas y las motos compartidas, están creciendo exponencialmente en las grandes urbes.
El cambio de mentalidad también se acompaña de un cambio en la forma de utilizar los servicios de transporte, ya que cada vez se extiende más el pago por uso. Y en el caso particular de los patinetes, este servicio tiene notables ventajas frente a los particulares. Los patinetes compartidos son más seguros ya que, entre otras herramientas, cuentan con sensores de movimiento y GPS. Otra gran ventaja es que los limitadores de velocidad no se pueden manipular, por lo que sí o sí respetan los 25 km/h de velocidad máxima que exige la ley, lo que permite reducir los accidentes y atropellos. Además, todos los patinetes de este servicio cuentan con un seguro que protege tanto a los usuarios como a los viandantes, al contrario de la grandísima mayoría de patinetes particulares.
Todas estas ventajas se implementarán en el futuro con la llegada de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y las redes 5G. Los sistemas de inteligencia artificial serán capaces de leer el tipo de calzada por la que se circula en tiempo real, evitando de este modo un uso incorrecto. Además, el propio vehículo sabrá detectar cuándo se estaciona correctamente en un lugar apropiado o cuando, por el contrario, se deja aparcado en el primer sitio que pueda de forma aleatoria.
Y las redes 5G mantendrán al patinete en constante comunicación con ‘las cosas’ para poder prever un accidente, avisarnos de una señalización o incluso detener el patinete si detecta un peligro al ser alertado por un semáforo o una señal.
Los patinetes han venido para quedarse. Si bien necesitan una regulación que pacifique su uso frente a los viandantes y otros trasportes alternativos como la bicicleta, seguro que a medida que pasen los años el número de usuarios de este medio crece exponencialmente.