Es más fácil modificar un cuentakilómetros digital que uno analógico
El kilometraje de los coches eléctricos también se puede rebajar para venderse más caro en el mercado de ocasión
Recientemente revelábamos cuál erala mayor estafa entre los coches usados. Un trampa que se repite también entere los vehículos eléctricos de segunda mano, ya que trucar el cuentakilómetros digital es si cabe más fácil que el analógico.
Muchos piensan que la avanzada tecnología de los modernos BEV los hace más seguros ante las estafas del mercado de ocasión, pero lo cierto es que son tanto o más vulnerables que los de combustión ante la picardía de los amigos de lo ajeno. Simplemente lo que antes se modificaba con un destornillador y una llave inglesa, ahora se hace con un ordenador.
La cuestión es que los vehículos eléctricos utilizan los mismos cuentakilómetros digitales que los de combustión más actuales, por lo que se pueden trucar unos y otros con la misma sencillez. Un estudio de la empresa de historiales automovilísticos carVertical, revela que el 15,6% de todos los vehículos de Europa tienen modificado el cuentakilómetros. Un porcentaje muy similar al de vehículos eléctricos trucados, con el 13,4%. Es decir, que los compradores de vehículos eléctricos y de combustión usados se enfrentan casi al mismo riesgo de fraude en el kilometraje.
Pero en el caso de los eléctricos las consecuencias pueden ser mucho peores, ya que esconden la verdadera vida útil de las costosas baterías. Las lecturas del cuentakilómetros son excelentes para evaluar el estado de un coche. La mayoría de los fabricantes de coches eléctricos ofrecen al menos una garantía de 100.000 km para las baterías. Sin embargo, normalmente pueden durar más de 320.000 km. El kilometraje de un vehículo puede ayudar a determinar la salud de la batería. El problema es que no puedes fiarte únicamente de la lectura del kilometraje, porque puede ser falsa y el ordenador de duración de la batería se puede reajustar. Los estafadores pueden ajustarlo en cuestión de minutos, lo que significa que debes tomar precauciones adicionales para asegurarte de que un coche vale el precio que se pide.
"Dependiendo de la capacidad, la sustitución de la batería puede costar decenas de miles de euros o incluso la mitad del valor del coche. Esta es la parte más cara de un coche eléctrico, aunque, en general, el mantenimiento de los coches eléctricos es más barato que el de los vehículos con motor de combustión interna", dice Matas Buzelis, responsable de comunicación de carVertical.
Otra estafa que pueden esconder los vehículos eléctricos de segunda mano es la de haber sufrido un accidente. Y es que 43,6% de los BVE usados ha sufrido en algún momento un accidente. Los coches eléctricos se usan principalmente por la ciudad, donde existe un número accidentes más elevado, aunque su alcance sea menor. Aún así, éstos provocar deformaciones en la carrocería, corrosión prematura y daños en las baterías de los coches eléctricos. Muchos de estos daños pueden repararse, pero los paquetes de baterías defectuosos de los coches eléctricos deben sustituirse para evitar la escasez o el peligro de incendio. Los nuevos paquetes de baterías son costosos, y algunos conductores intentan vender su vehículo como “sin accidentes”.
Una solución contra este tipo de estafas, y principalmente con la modificación del kilometraje es la tecnología NFT como la que emplea el Alfa Romeo Tonale. Este SUV es el primer coche asociado a un NFT mediante una tarjeta blockchain, que registra en la red toda la vida del vehículo: kilometraje, reparaciones, averías... Una información que es imborrable y, de momento, imposible de modificar.