Probamos el Dacia Duster Extreme en todo tipo de vías, también off-road

Dacia cumplirá veinte años como firma independiente en 2024, así que muchos recordamos a su primer modelo en España: el Dacia Logan. Tampoco olvidamos el spot publicitario que utilizaron para llamar la atención del mercado ‘low cost’, en el que imitaban acciones básicas que podías hacer, como abrir y cerrar las puertas, poner los intermitentes... En resumidas cuentas, lo mismo que harías con cualquier otro modelo más caro. Pero el tiempo pasa y el nuevo Dacia Duster tiene más que un precio bajo, así que vamos a repasar sus luces y sombras.

El Duster, como el resto de la gama Dacia, ha sufrido una actualización importante respecto a su diseño. Es sorprendente ver como un ligero cambio en su parrilla, y la introducción del nuevo logotipo, modifica por completo su frontal.

Con el tramado de las lamas horizontales, que aportan continuidad a las luces diurnas, se ha convertido en un coche atractivo, moderno y digital a partes iguales. Un rejuvenecimiento que también se traslada al portón trasero, en el que ahora vemos la palabra DACIA con la tipografía minimalista que acompañará a la firma rumana.

A la evolución estética de su imagen de marca se le sumó un nuevo acabado llamado Extreme, que se presentó en el Salón del Automóvil de Bruselas con el Dacia Spring, pero que comparte con el Jogger y el Sandero Stepway. Un paquete que eleva la estética aventurera de los modelos rumanos y que sienta como un guante al todocamino de la familia, el Dacia Duster Extreme.

Es posible que hayas visto este acabado en el color Verde Óxido, el elegido para el lanzamiento junto con el Azul Pizarra del Spring. Sin embargo, nuestra unidad lucía el tono Gris Cometa que, si bien es más discreto, acaba por sentarle más elegante en combinación con las llantas de aleación de 17’’ Tergan. El toque off-road lo acaban de aportar las barras del techo de serie y el tono cobre de los retrovisores, elementos decorativos del frontal y el nombre del portón trasero.

El nuevo Duster es un coche llamativo, robusto y atractivo, que nada tiene que envidiar a otras propuestas generalistas con las que compite. Sus medidas siguen siendo de segmento C-SUV, con 4,34 metros de largo por 1,80 metros de ancho y 1,68 metros de alto y una distancia entre ejes de 2,67 metros.

Eso sí, con una altura libre al suelo de 21 centímetros, su silueta evoca a los todoterreno de antaño y eso es un punto a favor.

Como lo sigue siendo su precio, dado que con el acabado Extreme sale desde 24.760 euros, contando ya el coste de la pintura. A esta base puedes sumarle accesorios como el portabicicletas del techo (160 €) o portaesquíes (201 €), el enganche para remolques (575 €) y hasta un portabicicletas (542 €), pero todo lo demás llega de serie. Es, por tanto, bastante más económico que un Seat Ateca de 150 CV (desde 34.230 euros) o el Citroën C3 Aircross (desde 25.640 euros) y compite con rivales del mercado chino como el MG HS (desde 26.790 euros) o el DFSK 500 (desde 22.995 euros).

Y ese precio no supone renunciar al equipamiento más útil para el conductor y su familia. En el acabado Extreme, el Dacia Duster incluye cámara de visión trasera para aparcar, sensores, detector de ángulo muerto, luces diurnas LED, acceso sin llave, climatización por botonería tradicional y un ajuste completo del asiento del conductor. Además de los anclajes ISOFIX necesarios para transportar a los pequeños en sus sillitas de protección.

Además, la pantalla de infoentretenimiento central de 8 pulgadas ofrece un visionado más que correcto, excepto las cámaras que podrían ser de mayor calidad, y es compatible con Apple CarPlay y Android Auto de manera inalámbrica. Es cierto que la instrumentación sigue siendo analógica, excepto la pequeña pantalla TFT del centro, pero ofrece la información de manera clara y bien resumida.

A día de hoy, estamos acostumbrados a probar vehículos generalistas con pantallas panorámicas y una calidad de acabados que antes pertenecían al segmento premium. Eso, inevitablemente, eleva el coste del vehículo al tiempo que lo vuelve más confortable, tecnológico y digitalizado. El Duster Extreme, en cambio, ofrece lo justo y necesario para tus trayectos diarios e incluso algún que otro viaje, con mucho plástico duro a la vista y al tacto, así como un diseño algo tosco y rudo en su interior.

Esta simplicidad genera una tranquilidad abismal a la hora de conducir el Duster Extreme, dado que ninguna pieza es excesivamente cara de reparar y tampoco tiene un sinfín de funciones eléctricas que pueden fallar tarde o temprano. Es un coche básico, con un confort de rodadura que ha mejorado notablemente, perosigue siendo y mostrándose como un ‘low cost’.

A cambio, tenemos un sistema de propulsión conformado por un motor 1.4 de cuatro cilindros y 150 CV entre las 5.250 y 6.000 rpm que llega con la caja de cambios de 6 velocidades. No parece que tenga tal potencia, algo que achaco a los 250 Nm de par entre las 1.700 y 3.250 vueltas, pero empuja de sobra para las limitaciones de las vías españolas. Así que nos proponemos buscar su mejor versión fuera de ellas.

A la hora de hablar de las cotas hemos destacado su altura libre al suelo, un atributo que los todocamino han ido perdiendo con el paso de las generaciones. Muchos ni siquiera pueden superar un bordillo, mientras que el Dacia Duster Extreme se siente como pez en el agua por el campo incluso en su versión de tracción delantera y cambio automático.

Es, por tanto, un buen aliado para aquellos que visitan fincas o tienen un trabajo que implica zonas off-road, aprovechando así los 29 grados de entrada y salida junto a su ángulo ventral de 22 grados. Eso sí, recomendaría la opción del 4x4 para una experiencia total. Un sistema que solo llega con el bloque diésel de 115 CV y caja de cambios manual, con un gasto homologado de 5,3 l/100 km. El motor gasolina probado terminó el mes de prueba con un consumo combinado (autopista, carretera convencional y campo) de 6,7 l/100 km.

En el apartado de la habitabilidad y el confort del Dacia Duster Extreme es donde encontramos los puntos a mejorar. Sigue siendo un coche que parece más grande de lo que es en su interior, ofreciendo un espacio justo para dos adultos tanto a nivel de amplitud como del hueco que queda para las rodillas. Además, los asientos tienen un mullido poco trabajado y el del conductor es demasiado ancho, así que recoge poco a las personas más pequeñas.

El maletero es de 445 litros de capacidad, parecidos a los 448 de un MG ZS pero menor que los 540 de un Seat Ateca pero mejor que los 410 litros de un Citroën C3 Aircross o los 318 litros de un DSFK 500. La boca de acceso es amplia y cómoda, por lo que se puede ampliar fácilmente a los 1.478 litros con los asientos traseros abatidos.