DFSK 500: un SUV compacto barato y con etiqueta ECO

Tenemos a la vista un nuevo integrante del competido segmento de los SUV compactos, el que está más de moda. Y viene con argumentos sólidos que vamos a ir desgranando en este artículo. A muy poca gente le sonará el DFSK 500, probablemente porque forma parte del desembarco de marcas asiáticas que se está produciendo últimamente, y que han venido a agitar un mercado tensionado por la transición eléctrica y los elevados precios.

¿Pero qué es DFSK? Es una de las tres mayores compañías de automoción en China y es el 12º fabricante mundial. Nació en el año 2003 como empresa conjunta entre dos grandes compañías del país: DongFeng y Sokon. Su negocio principal abarca turismos, vehículos comerciales, nuevas energías, motores, componentes de automoción. De hecho, en España desde hace algunos años se pueden ver vehículos comerciales DFSK. Además, el Grupo DongFeng es accionista de Stellantis, tiene un acuerdo con Volvo para la fabricación de camiones y es partner de Renault-Nissan en la construcción de vehículos eléctricos. O sea, que no les tienen que explicar cómo funciona eso de fabricar coches.

Vamos a ver los puntos fuertes de este DFSK 500, y también sus puntos débiles.

Pues su imagen sorprende, y para bien. Podríamos pensar que viene con un diseño raro, de esos orientales que aquí en Europa no acaba de ser entendido. Pues no, nada de eso. Posee una línea muy aerodinámica con un efecto de techo flotante que lo hace muy atractivo consiguiendo una llamativa carrocería SUV de cinco puertas y cierto regusto coupé.

Respecto al espacio interior es más que suficiente para cubrir las necesidades de una familia media, de hecho, cuatro adultos pueden viajar muy cómodos. Esto se logra con una distancia entre ejes de 2,65 metros por lo que ofrece uno de los espacios más habitables de su segmento. En las plazas traseras el espacio libre para las piernas de los pasajeros alcanza los 82 centímetros y, además, con un piso completamente plano. En el acabado superior, Intelligent, el DFSK 500 cuenta con un gran techo panorámico como elemento de serie, con una superficie de 1,18 metros cuadrados, la mayor de su segmento, lo que potencia la sensación de amplitud.

Por otra parte, los asientos del DFSK 500 se han creado utilizando un eco-cuero tratado para que, además de ser respetuoso con el medioambiente, ofrezca al usuario un tacto agradable similar al Nappa. La tecnología utilizada para su micro perforación permite una buena circulación del aire entre el cuerpo y el asiento reduciendo la transpiración de los pasajeros. Realmente puedo atestiguar que son cómodos, con un mullido agradable, recogiendo perfectamente al pasajero e impidiendo los movimientos laterales tan molestos. Siguiendo con la comodidad, otro cantar es el aislamiento del habitáculo. Se ha conseguido un buen confort sonoro al ralentí, aunque en marcha no acaba de ser tan silencioso.

Los asientos de la segunda fila pueden abatirse en proporciones 4/6 y, de esta forma, ampliar el espacio del maletero que, con 318 litros, es adecuado para el uso diario que se le puede dar a este DFSK 500.

A primera vista tanto el diseño, como el ajuste de los materiales del interior es bastante bueno. El salpicadero está realizado con cuero tratado al agua, y aunque hay algún que otro plástico duro digamos que no llaman la atención ni desentonan, puesto que ofrecen una buena sensación al tacto.

En este apartado hay bastantes aspectos que destacar. Por un lado, la marca asiática ofrece de serie un cambio automático, de variador continuo que, aunque funciona eficazmente, de vez en cuando tiene ese tipo de aceleración en vacío a altas revoluciones, que parece que no acaba de empujar, pero realmente sí lo está haciendo. Desde luego una de las grandes ventajas de este tipo de cambio, gracias a su sencillez, es su fiabilidad, lo que no deja de ser importante.

Otro aspecto a destacar es el motor 1.5 del DFSK 500, que está ya más que testeado por la multinacional china ya que se ha utilizado con anterioridad en varios de sus productos en todo el mundo. Ha sido elegido por millones de usuarios y demostrado una alta calidad y fiabilidad. Se trata de un motor atmosférico de cuatro cilindros en línea con 1.498 centímetros cúbicos y 106 CV de potencia máxima a 6.000 rpm. Su cifra de par, con 148 Nm entre 2.800 y 3.600 rpm.

La gran ventaja de este motor es que, además, puede adaptarse sin problemas para su uso con gas licuado de petróleo (GLP) como combustible. El resultado en un aumento de la autonomía más allá de los 1.100 kilómetros, una notable reducción del coste por kilómetro y la obtención de la etiqueta ECO de la DGT. Una gran ventaja de cara a la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones en las ciudades de más de 50.000 habitantes.

Esos sí, tenemos que tener en cuenta que es un motor con 106 CV, pensado para que nos lleve con solvencia de un sitio a otro sin más pretensiones. Un propulsor más que suficiente para un uso diario que le daría el 90% de la población, y que combinado con el GLP realmente resulta muy económico por kilómetro recorrido.

En cuestión de seguridad el DFSK 500 dispone de todos aquellos sistemas tanto de seguridad activa como pasiva para poder cumplir sobradamente con los exigentes estándares europeos: más de la mitad de la estructura del nuevo DFSK 500 está formada por aceros de alta resistencia, con múltiples zonas con deformación programada, dos airbags frontales de gran tamaño y otros tantos laterales, distribución de la fuerza de frenado EBD, sistema ESP 9.3 de control de la trayectoria y estabilidad suministrado por la multinacional alemana Bosch, etc.

Aquí llega uno de los grandes argumentos del DFSK 500, en medio de un mercado cada vez más inflacionado, tanto por las tensiones internacionales como por la progresiva electrificación de los vehículos nuevos.

El nuevo DFSK se presenta con una gama muy sencilla llegando al mercado español con dos niveles de acabado, denominados Luxury e Intelligent. En ellos, encontramos un abundante equipamiento: acceso sin llave, arranque por botón, climatizador, cámara de visión trasera de ayuda al aparcamiento, freno de estacionamiento eléctrico, ordenador de viaje, control de la velocidad de crucero o tapicería de eco-cuero, asistencia de arranque en rampa... La conectividad está garantizada gracias, por un lado, con la aplicación Car Auto y, por otro, con el sistema Mirrorlink. Este último permite a los usuarios acceder de forma segura a las funciones de su teléfono móvil en el coche mientras conducen. No obstante, echo en falta una pantalla central de un mayor tamaño. Viniendo del mayor productor mundial de tecnología, incluidas las pantallas, no creo que les resultara un sobrecoste excesivo. Estoy seguro que lo tienen ya en cuenta.

Y no nos olvidemos de la garantía, uno de sus puntos más destacables, necesario para dar confianza en un mercado que tiene poca información de la marca. DFSK ofrece ya de salida en su modelo 500 una garantía de cuatro años, extensible a siete con un coste adicional de 900 euros, lo que ya asegura una cierta tranquilidad. No creo que se pisen los dedos con un mal producto ofreciendo esta garantía.

El nuevo DFSK 500, como hemos adelantado, está disponible en dos terminaciones y con cinco colores de carrocería donde elegir. Su precio arranca en los 18.495 euros de la versión DFSK 500 Luxury.

Este DFSK 500 tiene argumentos de sobra para entrar con buen pie en el mercado español. A su diseño bastante atractivo, tanto exterior como interior, hay que añadir una habitabilidad muy destacable, que estamos ante el SUV compacto con cambio automático, de serie, más barato del mercado, la etiqueta ECO, una autonomía combinada entre gasolina y GLP de más de 1.100 km, una garantía de hasta siete años, avalada por pruebas de más de 3.000.000 de kilómetros en los climas más exigentes de nuestro planeta...

En la actualidad, DFSK tiene una red de concesionarios en España distribuidos en 26 puntos de nuestra geografía, con la previsión a medio plazo de continuar con su expansión, lo que da serias pistas de que de verdad han venido para quedarse.

En fin, este DFSK 500 viene a instalarse en un hueco existente que no está ocupando casi ninguna marca: Vehículo práctico, con una calidad más que razonable, sin muchas florituras, destinado a todos aquellos que necesitan un coche que cubra sus necesidades a buen precio, y barato de mantener. Y que no le dé problemas.