Así es cómo puedes combatir el aquaplaning de cara a las lluvias de la DANA
Después de los desperfectos causados por muchas de las lluvias que han tenido lugar en diferentes ciudades de España, sería lo más normal que estuvieras algo desconfiado sobre la posibilidad de tener que conducir próximamente en una carretera bajo la lluvia.
Si es el caso, te mostramos a continuación algunas claves para evitar el aquaplaning mientras conduces y para que puedas hacerlo de una manera más tranquila y segura.
¿Qué es el aquaplaning?
El aquaplaning es un deslizamiento incontrolado de un vehículo al atravesar una superficie de agua en la que los neumáticos no se adhieren como deberían al asfalto. No se trata de una superficie de agua cualquiera, sino de un exceso de acumulación de ésta en la calzada.
Este fenómeno supone un gran riesgo para la conducción, ya que se pierde el control del vehículo y si circulas a una gran velocidad los riesgos pueden ser mayores ya que la distancia que recorrerás sin mantener el control de tu conducción será mucho mayor, lo que puede provocar un accidente.
El estado de tu vehículo
Para poder evitar el aquaplaning, es fundamental que el estado de tu vehículo sea el correcto, sobre todo en lo relativo a los neumáticos. Si la presión de tus ruedas es inferior a la recomendada por los fabricantes las probabilidades de que sufras un accidente o tu coche se vea afectado por el aquaplaning son mucho mayores.
Además, el dibujo de tus neumáticos es también algo importante a tener en cuenta. Por lo general, las ruedas de tu coche deben tener un dibujo con una profundidad de al menos 1,6 mm. Cuanto más profunda sea esta marca en tus ruedas más probabilidades hay de que tu vehículo se agarre mejor al suelo.
Cómo evitar el aquaplaning
Lo más esencial que debes tener en cuenta si estás en una situación de aquaplaning es que no debes pisar el freno. Hacerlo puede provocar que las ruedas se bloqueen y que pierdas el control por completo.
Si al sufrir aquaplaning estás en una recta, únicamente tendrás que mantener el volante lo más firme posible y una velocidad constante, sin pegar acelerones ni frenazos. Si por el contrario estás en una curva, deberás mantener la trazada y no hacer ningún gesto brusco con el volante para mantener la estabilidad correcta de tu vehículo.