Estos trucos no sirven para dar negativo en un control de alcoholemia de la Guardia Civil
En los controles de alcoholemia, la ley es clara: conducir bajo los efectos del alcohol supone un riesgo para la seguridad de todos los usuarios de la vía. A pesar de ello, siguen circulando en redes sociales y en conversaciones informales una serie de “trucos” que supuestamente permiten burlar estos controles, lo cual no solo es peligroso, sino completamente falso.
Por ello, desde la Guardia Civil se confirma que beber agua o café, hacer ejercicio, o mascar chicle de menta son solo algunas de estas soluciones caseras que prometen milagros, pero no sirven para evitar un positivo en la prueba de alcoholemia.
El mito del agua y el café
Uno de los trucos más extendidos es beber grandes cantidades de agua o café antes de conducir, con la esperanza de “diluir” el alcohol en la sangre o de acelerar su metabolización. Sin embargo, esta idea no tiene fundamento científico. El alcohol se metaboliza en el hígado a un ritmo constante, aproximadamente 0.15 gramos de alcohol por litro de sangre cada hora, sin que el consumo de líquidos afecte este proceso.
Aunque el café pueda hacerte sentir más despierto, su efecto no altera el nivel de alcohol en sangre. La cafeína puede combatir la somnolencia, pero no reduce los efectos del alcohol ni cambia el resultado en un control de alcoholemia. En resumen, puedes estar más alerta, pero sigues igual de ebrio a nivel legal y fisiológico.
Ejercicio: sudar el alcohol no funciona
Otra creencia común es que hacer ejercicio, ya sea correr o realizar algún tipo de actividad física intensa, ayuda a “sudar” el alcohol. Si bien es cierto que una mínima parte del alcohol consumido se elimina a través del sudor y la respiración, la cantidad es insignificante en comparación con la que metaboliza el hígado. En otras palabras, podrías correr una maratón y seguirías dando positivo si tu nivel de alcohol en sangre es superior al límite legal.
Además, el ejercicio intenso con alcohol en el cuerpo puede ser peligroso, ya que el alcohol afecta la coordinación y la capacidad de juicio, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
Chicle de menta: un disfraz ineficaz
Quizá el mito más extendido es el de mascar chicle de menta o usar enjuagues bucales para “esconder” el aliento alcohólico. Este truco surge de la idea de que el alcoholímetro detecta el olor del alcohol, cuando en realidad mide la concentración de alcohol en el aire exhalado desde los pulmones, no en la boca.
Aunque un chicle de menta puede disfrazar temporalmente el olor, no afecta en absoluto los resultados de un test de alcoholemia, que depende de la cantidad de alcohol en tu torrente sanguíneo. Algunos enjuagues bucales contienen alcohol, lo que, paradójicamente, podría aumentar el nivel detectado en la prueba de aliento.
La única solución eficaz es no beber
Todos estos trucos, desde beber agua hasta mascar chicle, parten de la misma idea equivocada: que es posible acelerar el proceso natural de eliminación del alcohol del cuerpo. Sin embargo, la ciencia es clara: el hígado necesita tiempo para metabolizar el alcohol y no hay atajos. Intentar burlar un control de alcoholemia no solo es una mala idea, sino que puede tener consecuencias devastadoras, tanto a nivel legal como personal.
La mejor forma de evitar un positivo en un control de alcoholemia sigue siendo la más sencilla: no beber si vas a conducir. Usar trucos caseros no solo es irresponsable, sino que pone en riesgo la seguridad de todos.