Cadillac reinventa el lujo con el eléctrico Celestiq

¿Cuánto pagarías por un coche eléctrico de lujo, de altas prestaciones, prácticamente único, personalizado y hecho a mano? ¿Pagarías 300.000 dólares? Ese es el precio que Cadillac le ha puesto al Celestiq, un vehículo eléctrico que definen como “el más avanzado, lujoso y uno de los más importantes que Cadillac ha producido jamás” y un coche que cumple todas las características antes presentadas.

El nuevo Celestiq mira directamente al Spectre de Rolls-Royce y a los futuros eléctricos de Bentley para combatir en un nuevo tablero de batalla, el de los eléctricos de superlujo. Como el de la marca británica, el Celestiq es enorme, muy largo, ancho y bajo, de aspecto imponente y rendimiento inédito en la marca, que debutó en la electrificación con el Lyriq.

Como parte del grupo General Motors (GM), Cadillac ha elegido la plataforma Ultium, una nueva arquitectura de coches eléctricos que ya estrenó en el Hummer EV, para que sirva de esqueleto para este lujoso vehículo. Con esta plataforma, el Celestiq puede montar una batería de 111 kWh de capacidad para una autonomía de hasta 483 kilómetros de autonomía.

Esta batería, que podrá recargarse a una potencia de hasta 200 kW, con lo que tardaría poco más de media hora para cargarse completamente, alimentará a dos motores eléctricos, uno en cada eje, para una potencia de 606 CV y un par máximo de 868 Nm. Con este propulsor, el Celestiq acelerará de 0 a 100 en 3,8 segundos.

Para un dinamismo a la altura de las expectativas, priorizando la comodidad, confiará en una suspensión neumática Magnetic Ride Control 4.0 y en un sistema de dirección para las ruedas traseras para mejorar su maniobrabilidad. Un alerón trasero activo se ocupará de optimizar la aerodinámica.

Su chasis y silueta se compondrá de fibra de carbono y elementos metálicos, así como 115 piezas impresas con tecnología de impresión 3D y Cadillac lo montará a manos a un ritmo máximo de dos unidades diarias. Este hecho favorecerá la exclusividad y la personalización, ya que no habrá un modelo igual y las opciones para elegir serán casi infinitas.

En cuanto a su diseño, el Celestiq se muestra elegante, sobrio e imponente. Destacan sus grupos ópticos delanteros, finísimos, con hasta 1,3 millones de píxeles en cada uno, que son capaces de proyectar imágenes sobre el suelo. También se iluminarán la parrilla y el logotipo de la marca.

Como buen eléctrico, el perfil -donde sus llantas de 23 pulgadas serán lo más llamativo- fluye hacia la zaga, favoreciendo la aerodinámica, en la que llama la atención su firma lumínica a partir de dos haces de luz en cada costado. El techo será de cristal y podrá regular la cantidad de luz que deja entrar al habitáculo.

El interior, como no podía ser de otra manera, contará con un sinfín de opciones de personalización y materiales de la máxima calidad para favorecer la personalización. Además, dispondrá de 450 luces LED para la iluminación ambiental, totalmente personalizable.

Lo que sí compartirán todos los Celestiq serán las seis pantallas que conformarán su ecosistema digital, dos en el salpicadero, de 55 pulgadas entre ambas, para el cuadro de instrumentos y el sistema operativo -con los servicios de Google integrados-, otra en la consola central para la climatización, otra en la banqueta trasera para sus opciones específicas y dos más, una en cada respaldo delantero para contenido multimedia.

El Cadillac Celestiq empezará a montarse a partir de diciembre del año que viene, con las primeras unidades llegando a manos de los compradores poco después. No debería llegar a los mercados europeos, pero nunca se sabe. Soñar es gratis.