Mazda CX-80: Primera toma de contacto con el coloso premium de Mazda
Probamos el nuevo CX-80, el SUV premium de Mazda con capacidad para hasta siete pasajeros
Tras conocer el nuevo Mazda CX-80 en una presentación estática hace unos meses, esta vez nos hemos desplazado hasta Augsburgo para probarlo en condiciones reales. Y tras haberlo conducido, podemos decir que este SUV de siete plazas promete desafiar a los grandes del segmento premium en Europa con su combinación de diseño, tecnología y motorizaciones avanzadas.
Diseño exterior e interior
El Mazda CX-80 se presenta como un colosal SUV, con casi cinco metros de longitud. Su diseño exterior sigue la línea del lenguaje Kodo de Mazda, con superficies esculpidas y una parrilla frontal prominente. Los faros LED en forma de “L” invertida y las llantas de hasta 20 pulgadas completan su estética robusta y elegante. Está disponible en nueve colores diferentes que incluye tonos como el Artisan Red y el innovador Melting Copper que realzan su ya de por sí imponente presencia en carretera.
En el interior, el CX-80 ofrece un espacio generoso para los ocupantes. Con tres filas de asientos que pueden configurarse para seis o siete plazas. La segunda fila puede ser una banqueta para ofrecer siete plazas o, si preferimos mayor exclusividad, podemos encontrar una distribución para seis ocupantes con asientos individuales que están separados o bien por una zona de paso o por una consola central.
Los acabados interiores, disponibles en las versiones Kaicho y Hacho, no tienen nada que envidiar a las marcas premium, con materiales de alta calidad y un diseño cuidado al detalle. El acabado Kaicho se inspira en la filosofía japonesa de armonía y simplicidad. Utiliza materiales como madera de arce real y cuero Nappa, creando así un ambiente sereno y elegante. Mientras que el acabado Hacho se centra en la diversidad y la textura, utilizando una combinación de tejidos japoneses que crean un espacio interior dinámico y acogedor.
El CX-80 proporciona una capacidad de carga versátil, ofreciendo 258 litros cuando se utiliza la tercera fila de asientos. Al plegar esta fila, el espacio se expande a 687 litros, y al abatir también la segunda fila, se incrementa a 1.221 litros. Si se carga hasta el techo, el volumen total alcanza los 1.971 litros.
La tecnología es otro punto fuerte del CX-80. Incorpora una pantalla multimedia de 12,3 pulgadas con control por voz mediante Alexa, un sistema de navegación avanzado y asistentes de conducción que facilitan la conducción especialmente urbana.
Motorizaciones disponibles
El Mazda CX-80 ofrece dos opciones de motorización. La primera es el sistema híbrido enchufable e-Skyactiv PHEV, que combina un motor de gasolina de 2.5 litros con un motor eléctrico de 198 kW, alcanzando una potencia combinada de 327 CV. Este sistema permite una aceleración de 0 a 100 km/h en aproximadamente 6,8 segundos y ofrece una autonomía eléctrica de hasta 60 km, con un consumo medio es de 1,6 l/100 km.
La segunda opción es el motor diésel e-Skyactiv D, un seis cilindros en línea de 3.3 litros con un sistema híbrido ligero M Hybrid Boost de 48V. Este motor proporciona 254 CV y permite una aceleración de 0 a 100 km/h en unos 8,4 segundos. Además, destaca por su eficiencia, con un consumo medio de 5,7 l/100 km, convirtiéndolo en una opción muy atractiva para un vehículo de estas dimensiones.
Probamos el nuevo Mazda CX-80
Durante nuestra prueba en Augsburgo, el Mazda CX-80 demostró ser un vehículo cómodo y estable. Aunque su mayor tamaño y peso en comparación con el CX-60 se notan especialmente en maniobras y curvas cerradas, la conducción sigue siendo muy similar gracias a que comparten las mismas motorizaciones.
El motor diésel destaca por su suavidad y potencia, proporcionando una aceleración constante y eficiente. La versión híbrida enchufable, por su parte, ofrece una conducción más silenciosa y una excelente respuesta en modo eléctrico. La transición entre el motor eléctrico y el de combustión es prácticamente imperceptible, lo que contribuye a una experiencia de conducción refinada y sin sobresaltos. En carretera, el CX-80 se comporta con aplomo, absorbiendo bien las irregularidades del terreno y ofreciendo una experiencia de conducción confortable.
La dirección es precisa y el chasis ofrece una buena respuesta, aunque la sensación de agilidad es menor que en el CX-60 debido a su mayor envergadura. En autopista, el CX-80 se muestra estable y seguro, con un buen aislamiento acústico que reduce el ruido del viento y del motor. En ciudad, su tamaño puede ser un desafío en espacios reducidos, pero las ayudas a la conducción, como las cámaras de 360 grados y los sensores de aparcamiento, facilitan las maniobras.
La dirección es precisa, permitiendo que cada movimiento del volante se refleje instantáneamente en la trayectoria del vehículo, lo que facilita la maniobrabilidad a pesar de sus casi cinco metros de longitud. La suspensión, ajustada para ofrecer un equilibrio entre confort y deportividad, absorbe eficazmente las irregularidades del asfalto, proporcionando una conducción suave y placentera incluso en carreteras secundarias. Es, sin duda, un SUV ideal para quienes disfrutan sintiendo el coche y el placer de conducir.
En términos de consumo, el Mazda CX-80 muestra cifras competitivas para su segmento. El consumo de combustible es ligeramente superior al del CX-60 debido al mayor peso del CX-80, pero sigue siendo competitivo comparado a otros modelos de en su categoría. La versión diésel, gracias a la tecnología de microhibridación, logra un consumo medio por debajo de los 6 litros a los 100 km, una opción ideal para quienes viajan mucho debido a su reducido consumo de combustible. Por su parte, la versión híbrida enchufable puede recorrer hasta 60 km en modo eléctrico puro, lo que resulta ideal para trayectos urbanos y contribuye a reducir significativamente el consumo de combustible en el día a día.
El motor diésel es una opción muy adecuada para un vehículo de este tamaño, ofreciendo una combinación de potencia y eficiencia que resulta ideal para largos viajes y un uso intensivo principalmente por carretera. Mientras que el híbrido enchufable es una alternativa perfecta para una familia que necesita un gran espacio interior y, que en su mayoría, realiza trayectos urbanos.
Desde 60.440 euros
El Mazda CX-80 no solo destaca por su diseño y acabados premium, sino también por ofrecer una experiencia de conducción que combina confort, eficiencia y un comportamiento dinámico ejemplar. Su capacidad para absorber las irregularidades del terreno, junto con un consumo contenido y una gestión eficaz del peso y la longitud, lo convierten en una opción muy atractiva para aquellos que buscan un SUV espacioso y cómodo sin renunciar a una conducción placentera y eficiente. Con precios que parten desde los 60.440 euros, una cifra notablemente inferior a la de cualquier otro competidor en el segmento Premium, este modelo se presenta como una alternativa competitiva frente a rivales como el Audi Q7, el BMW X5 o el Volvo XC-90.