Mazda CX-80, un coloso muy premium
El buque insignia de la marca irrumpe con fuerza con una gama con dos opciones de motor, un híbrido ligero diésel de 254 CV y un híbrido enchufable de 327 CV con precios que arrancan en 60.440 euros
El Mazda CX-80, con casi cinco metros de longitud, sigue el lenguaje de diseño Kodo de Mazda, caracterizado por superficies esculpidas y una parrilla frontal prominente. Los faros LED en forma de “L” invertida y las llantas de hasta 20 pulgadas refuerzan su estética robusta y elegante. Está disponible en nueve colores, incluyendo el Artisan Red y el innovador Melting Copper.
En el interior, ofrece un espacio generoso con tres filas de asientos configurables para seis o siete plazas. Además, proporciona una capacidad de carga versátil, ofreciendo 258 litros con la tercera fila en uso, 687 litros al plegarla, y hasta 1.971 litros al abatir también la segunda fila. Los acabados interiores, disponibles en las versiones Kaicho y Hacho, no tienen nada que envidiar a las marcas premium, con materiales de alta calidad y un diseño cuidado al detalle.
En cuanto a tecnología, incluye una pantalla multimedia de 12,3 pulgadas con control por voz mediante Alexa, un sistema de navegación avanzado y asistentes de conducción que facilitan la conducción urbana.
Motorizaciones
El Mazda CX-80 ofrece dos opciones de motorización. Un sistema híbrido enchufable que combina un motor de gasolina de 2.5 litros con un motor eléctrico de 198 kW, alcanzando una potencia combinada de 327 CV. Este sistema permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y ofrece una autonomía eléctrica de hasta 60 km, con un consumo medio es de 1,6 l/100 km. La segunda opción es el motor diésel de seis cilindros en línea de 3.3 litros con un sistema híbrido ligero de 48V. Este motor proporciona 254 CV y permite una aceleración de 0 a 100 km/h en unos 8,4 segundos. Además, destaca por su eficiencia, con un consumo medio de 5,7 l/100 km.
Cómodo y estable
Durante nuestra prueba el CX-80 demostró ser un vehículo cómodo y estable. El motor diésel destaca por su suavidad y potencia, proporcionando una aceleración constante y eficiente. La versión híbrida enchufable, por su parte, ofrece una conducción más silenciosa, la transición entre el motor eléctrico y el de combustión es prácticamente imperceptible, lo que contribuye a una experiencia de conducción refinada.
En carretera, el CX-80 se comporta con aplomo, absorbiendo bien las irregularidades del terreno y ofreciendo una experiencia de conducción confortable.
La dirección es precisa y ofrece una buena respuesta, aunque la sensación de agilidad es menor que en el CX-60 debido a su mayor envergadura. En autopista, el CX-80 se muestra estable y seguro, con un buen aislamiento acústico que reduce el ruido del viento y del motor. La suspensión, ajustada para ofrecer un equilibrio entre confort y deportividad, absorbe eficazmente las irregularidades del asfalto, proporcionando una conducción suave y placentera incluso en carreteras secundarias.
En ciudad, su tamaño puede ser un desafío en espacios reducidos, pero las ayudas a la conducción, como las cámaras de 360 grados y los sensores de aparcamiento, facilitan las maniobras. En términos de consumo, el Mazda CX-80 muestra cifras competitivas para su segmento. La versión diésel, gracias a la tecnología de microhibridación, logra un consumo medio por debajo de los 6 litros a los 100 km, una opción ideal para viajes largos. Por su parte, la versión híbrida enchufable puede recorrer hasta 60 km en modo 100% eléctrico, ideal para trayectos urbanos además de ayudar a reducir significativamente el consumo de combustible en el día a día.
Un modelo esencial
El Mazda CX-80 no solo destaca por su diseño y acabados premium, sino también por ofrecer una experiencia de conducción que combina confort, eficiencia y un comportamiento dinámico ejemplar. Su capacidad para absorber las irregularidades del terreno, junto con un consumo contenido y una gestión eficaz del peso y la longitud, lo convierten en una opción muy atractiva para aquellos que buscan un SUV espacioso y cómodo sin renunciar a una conducción placentera. Los precios parten desde los 60.440 euros, una cifra notablemente inferior a la de cualquier otro competidor en el mismo segmento Premium, este modelo se presenta como una alternativa competitiva frente a rivales como el Audi Q7, el BMW X5 o el Volvo XC-90.