El diésel sigue siendo el rey de la carretera... y esta es la prueba
Recorremos más de 1.100 kilómetros con un sólo depósito de combustible, a bordo del Citroën C4 X diésel
Si recorres más de 15.000 o 20.000 kilómetros al año en coche, y sueles conducir por carretera, el motor diésel sigue siendo la mejor opción entre todas las tecnologías de propulsión que se ofrecen hoy día.
La gran oferta de motores actual permite que cada conductor pueda escoger la tecnología que mejor se adapta a su estilo de vida: los híbridos para los que ruedan principalmente por ciudad; los híbridos enchufables para los que diariamente recorren algo menos de 100 kilómetros pero quieren un coche dual que les permita hacer largas distancias sin el problema de la recarga; los eléctricos para los que completan distancias cortas o intermedias, pero pueden permitirse un coche caro y tienen acceso a un punto de recarga; los gasolina para los que hacen menos de 15.000 kilómetros en recorridos cotos y quieren gastarse poco dinero; y pese a que se ha tratado de que alguno de los anteriores sustituya al demonizado diésel, los motores diésel son todavía los más recomendables para los que recorren largas distancias.
Así lo hemos demostrado con una prueba con el Citroën C4 X BlueHDi 130 EAT8, que monta un propulsor alimentado por gasóleo, con 4 cilindros, 1.5 litros y 130 CV de potencia, y sin ningún tipo de tecnología de hibridación. Un motor diésel clásico con el que pudimos recorrer más de 1.100 kilómetros con un sólo depósito.
Primera parte de la prueba sin bajar la autonomía
La prueba se inició en Madrid, con el depósito lleno y 960 kilómetros de autonomía en el cuadro de instrumentos, una cifra casi inalcanzable por el resto de motorizaciones. Pero lo mejor estaba por llegar, ya que a los pocos kilómetros de abandonar la capital, la autonomía comenzó a subir hasta alcanzar un máximo de 1.040 kilómetros en el marcador. Una cifra muy optimista pero que incluso llegamos a superar al final de la prueba como luego veremos.
¿Pero cómo podía aumentar la autonomía a medida que avanzábamos en nuestro viaje? Pues sencillamente porque la media de consumo al rodar principalmente por carretera era inferior a la que tenía registrada hasta el momento el coche con un uso combinado. Yendo a velocidades legales por la A-3, la autonomía se mantuvo en torno a mil kilómetros durante horas, gracias a registrar una media de consumo que variaba entre los ¡3,6 y los 3,8 litros a los cien!
Gracias la extrema frugalidad del motor diésel del C4X, llegamos a Valencia exactamente con la misma autonomía con la que habíamos salido de Madrid horas antes. El marcador reflejaba 960 kilómetros de autonomía, y sólo tras rodar por el centro de la ciudad durante algunos minutos bajó a a 940, que es exactamente con lo que finalizamos nuestra primera parte de la prueba.
Habíamos recorrido 356 kilómetros, pero la autonomía sólo había bajado 20 kilómetros, gracias a una de consumo que se situó definitivamente en 4,1 l/100 km. Un resultado sencillamente impresionante para quien busque eficiencia y ahorro en largas distancias.
Segunda parte de la prueba con medio depósito
Puede que haya quien alegue que es normal que el consumo sea tan bueno porque fue todo carretera, pero tras prácticamente 100 kilómetros rodando por ciudad y algo de carreteras secundarias, el consumo tan sólo se elevó hasta los 4,5 l/100 km.
Con esta media y con el depósito algo por debajo de la mitad, iniciamos el camino de regreso a Madrid, con exactamente 400 kilómetros de autonomía. Por lo general, y más en los vehículos electrificados por el peso de las baterías, en los primeros 150 kilómetros de este trayecto se desploma la autonomía, puesto que se suben varios puertos de montaña muy pronunciados. Pero una vez más el Citroën C4X diésel nos dejó perplejos al marcar en la Atalaya del Cañavate, que es prácticamente la mitad del recorrido, una autonomía de 380 kilómetros. ¡Sólo había descendido 20!, ya que de nuevo se bajó el consumo en carretera respecto al uso combinado de los días anteriores.
Retomamos el viaje y llegamos a nuestro destino final en las instalaciones del Grupo Stellantis en Villaverde, con 952 kilómetros recorridos en total y con 180 km de autonomía restante, según el ordenador de a bordo. Esto significa que con un sólo depósito de combustible en el Citroën C4X diésel de 130 CV se pueden recorrer más de 1.100 kilómetros.
La media de consumo al final de la prueba fue de 4,4 l/100 km, lo que es realmente destacable para un modelo de estas características. Teniendo en cuenta que el depósito de combustible del C4 X es de 50 litros y poniendo una media de 1,68 euros el litro de gasóleo, obtenemos que con 84 euros se pueden recorrer casi 1.200 kilómetros.
Una cifra que sorprende todavía más cuando se compara con la de su homónimo de gasolina. Justo antes de coger el C4 X diésel devolvimos un C4 X con motor PureTech gasolina, con una media de consumo de 6 l/100km. Pese a ser un registro más que aceptable, supone lun punto y medio respecto más que el de gasóleo, lo que se traduce en un mayor gasto y en más paradas para repostar durante los viajes.
Apuesta por el diésel
Esta prueba demuestra que los coches diésel son sin duda los más recomendables para recorrer largas distancias por su ahorro y eficiencia. Si un conductor realiza más de 20.000 kilómetros al año y suele salir a carretera, su mejor opción es sin duda un diésel.
Y si el coche con motor diésel se apoya además en un sistema de 48V para obtener la Etiqueta ECO de la DGT, ya obtendríamos el coche ideal para los ruteros. Así que olvídense de demonizaciones y falsos mitos, si lo que más ase adapta a su estilo de vida es un coche con motor diésel, no lo duden y apuesten por este combustible.