Mini Cooper S E Countryman All4: más que una etiqueta
La variante híbrida enchufable del Countryman tiene más argumentos que su distintivo cero de la DGT.
La situación era inexplicable y Europa debía hacer algo al respecto. La medición de las emisiones y consumo del ciclo WLTP tiene un punto flaco: los híbridos enchufables. Todo tiene que ver con el “factor de utilidad” y la proporción entre el uso de la batería y motor eléctrico, que compensaba con creces la escasa circulación con el motor de combustión. Los datos finales eran escandalosamente buenos y falsos respecto al uso convencional de un coche, pese a mejorar la transparencia respecto al ciclo NEDC anterior. Sea como fuere, los modelos PHEV con autonomías superiores a 40 kilómetros tienen la etiqueta CERO y disfrutan de sus ventajas, por ahora, pero ¿es un Mini Cooper S E Countryman All4 una buena opción más allá del distintivo?
La duda asoma ante las nuevas normativas aprobadas por la Unión Europea, que afectarán principalmente a los modelos híbridos enchufables en 2025. La idea es compensar ese fallo y, según indicaba Autocar en verano, la UE multiplicará el factor de utilidad de estos coches por cinco. Esto supondrá elevar drásticamente los datos de consumo y emisiones de un PHEV, pasando de unos 50 gr/C02 por kilómetro a 125 gramos. Perderán el distintivo más beneficioso ante las restricciones de tráfico, de eso no hay duda.
¿Tienen sentido los PHEV?
La tecnología híbrida enchufable se estaba convirtiendo en la más deseada por el comprador, que aprovechaba su proporción eléctrica para ahorrar al tiempo que gozaba de los beneficios fiscales y de circulación de la etiqueta CERO. Pronto la sostenibilidad pasó a un segundo plano y muchos conductores compran los PHEV únicamente por la pegatina del parabrisas, pero... ¿Sirven solo para eso? Probaremos un Mini Cooper S E Countryman All4 para demostrar que no.
Está claro que no todo son ventajas con esta tecnología, empezando por el encarecimiento final del vehículo y un peso muy superior respecto a las versiones térmicas. Sin embargo, en este caso, el Mini Cooper S Countryman ALL4 parte de 46.300 en el configurador y arranca en 46.000 euros para el SE Countryman ALL4. Otras opciones, como el Toyota RAV4 o el RAV4 Plug-in, tienen una diferencia de más de 10.000 de partida. Lo del peso es insalvable, con 1.790 kilogramos para el SE Countryman ALL4 frente los 1.645 kilogramos del modelo térmico, que también me parecen excesivos.
La lógica de los híbridos enchufables es sencilla y concede un primer contacto con la electrificación más amable, funcional y fácil de entender. La presencia de una batería de 10 kWh permite colocar un motor eléctrico (90 CV) como apoyo al tricilíndrico de 125 CV, con una potencia conjunta de 220 CV y 385 Nm de par. La presencia de este bloque cero emisiones reduce la capacidad de maletero de 450 a 405 litros, que no es un espacio destacable en el uso habitual del Countryman.
Decidirse por un modelo de estas características depende, como todo, del uso que le vayamos a dar. Más allá del distintivo, que nos invitará a estudiar su compra si nos introducimos en las grandes ciudades españolas, deberemos evaluar el número de kilómetros que recorremos a diario. Según el Ministerio para la Transición Ecológica: a cada habitante del país le corresponde, de media, un recorrido de 41,6 Km diarios en desplazamientos interiores (excluyendo los viajes internacionales).
Mini asegura que su nuevo Mini Cooper S Countryman ALL4 ofrece de 46 a 51 kilómetros de autonomía pero, tras una semana conduciéndolo en todo tipo de ámbitos, no pude alcanzar más de 35 kilómetros en modo 100% eléctrico. Es muy posible que, como propietario, se pueda alcanzar un dato próximo a los 45 kilómetros con un uso continuado y conocimiento de la conducción eficiente. Esta escasez de margen me llevó a la siguiente convulsión:
Con punto de carga en casa
Para que la compra de un PHEV tenga sentido, tanto económico como para el medio ambiente, es necesario tener un punto de carga en tu casa. Este detalle es clave para aprovechar al máximo su rango eléctrico del Cooper S Countryman ALL4, día tras día y sin depender del motor 1.5 de sonido desagradable y consumo elevado. Efectivamente, los PHEV no son nada sin la batería y el gasto de combustible se dispara hasta los 7,3 l/100 km si no contamos con el apoyo eléctrico.
Es posible que cuentes con enchufe en el trabajo, un dispositivo que irá escaseando ante la incorporación de nuevos usuarios a la movilidad eléctrica, pero depender de la red pública es un error. Su infraestructura es deficitaria y ya no da abasto con un parque ínfimo de coches electrificados y enchufables... Mucho debería mejorar para que recomendemos la compra de un PHEV sin cargador en tu garaje. Eso sí, si lo que te preocupa es el ahorro y las emisiones, claro está.
Siendo realistas...
Lo mejor de la tecnología híbrida enchufable es el distintivo y su conducción. No depender únicamente de cargadores nos permite disfrutar libremente del impulso eléctrico que nos concede la presencia de un motor cero emisiones. El par máximo del Cooper S Countryman ALL4 es parecido al de un John Cooper Works por su entrega inmediata, pese a no ser tan elevado.
Además, y para aquellos que apuestan por unas sensaciones deportivas al volante, la introducción de una batería en el Countryman PHEV no reduce su carácter británico. Seguimos ante esa esencia picante y sensorial de Mini, pero en 4,29 metros de largo por 1,82 metros de ancho y 1,55 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,67. Nos encontramos ante una puesta a punto dura en todos los sentidos, con una dirección precisa y una suspensión capaz de filtrar los accidentes del piso sin perder estabilidad y un buen paso por curva.
Además, el espacio para los pasajeros de atrás está asegurado, con una amplitud digna del segmento B-SUV y su nivel de acabados mantiene el aura premium y sofisticada de todo Mini actual. La versión probada introduce algunos extras que disparan su precio, como puede ser el pack Premium Plus (6.600 euros), color Midnight Black (775 euros), llantas Black Pin Spoke de 18 pulgadas (950 euros) y detalles curiosos como el Picnic Bench (200 euros) entre otros. El precio final se sitúa aproximadamente en 50.850 euros.