DGT | Cuál es la multa por saltarse un semáforo en rojo
La sanción por no respetar las señales luminosas es equivalente a la de saltarse una señal de stop o un ceda el paso
Saltarse un semáforo en rojo es una de las sanciones más comunes cuando se conduce por ciudad, ya sea por las prisas por llegar rápido a algún sitio, por el estrés que genera el caos de la propia ciudad o por un simple despiste. No obstante, muchos de los conductores que cometen esta infracción, desconocen que además de estar castigada con una sanción económica, supone la pérdida de cuatro puntos del permiso de conducir.
Según el artículo 146 del Reglamento General de Circulación, los semáforos indican prioridades de paso en un cruce de vías, por lo que no respetarlos es un claro motivo de sanción, equivalente a saltarse una señal de stop o un ceda el paso. Por ello, no detenerse cuando un semáforo está en rojo supone una sanción económica de 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carné de conducir.
Por otro lado, en caso de que un conductor se salte un semáforo en rojo por dejar pasar a un vehículo prioritario, no debería ser sancionado. Si una cámara de Tráfico lo fotografía cometiendo la infracción, el usuario debe recurrir y explicar que se saltó el semáforo para facilitar la circulación del vehículo prioritario. A través de este enlace te contamos cómo puedes recurrir una multa de Tráfico.
¿Qué pasa si el semáforo está en ámbar?
Si el semáforo tiene una luz ámbar intermitente únicamente debes extremar la precaución. Aunque esta situación no es motivo de sanción, lo más correcto es disminuir la velocidad para detener el vehículo antes de que el semáforo se ponga en rojo. No obstante, si la luz ámbar del semáforo es fija, equivale al color rojo, por lo que debes detenerte. Si no lo haces, puedes ser sancionado. Así que ya sabes, para conducir con la máxima seguridad y ahorrar en sustos y dinero respeta siempre las señales luminosas.
Así multan las cámaras de los semáforos
Las cámaras o radares de la Dirección General de Tráfico (DGT) que se ubican en los semáforos están situadas 25 metros delante de la línea de detención, de modo que puedan sacar una imagen nítida del vehículo con la que demostrar la infracción cometida. Cuando el semáforo se pone en rojo y la cámara o radar detecta un paso por sus límites, realiza hasta un máximo de cinco fotos a color para detectar de la forma más clara posible la marca, el modelo y la matrícula del vehículo.