Un viaje sin escalas: el taller que le ha puesto a un coche fúnebre un motor a reacción
Los chicos de Twin Engine Corsa han publicado en su canal de YouTube esta creación que es del todo sobrenatural e ilógica que va equipada con el motor de un jet
Modificar un coche es una práctica bastante común entre los amantes del taller y las cuatro ruedas. Algunos cambios típicos son las llantas, ponerle algún tipo de alerón, colocar un nuevo tubo de escape o pintarlo de cierta forma.
Sin embargo, un británico se ha pasado el juego de las modificaciones: le ha colocado a un coche fúnebre un motor a reacción. En efecto, cómo lo estás leyendo, pese a que los motores a reacción son más típicos en el mundo de los aviones como los jets, a este hombre le surgió la idea y lo ha hecho realidad.
El Opel fúnebre que lleva incorporado un motor a reacción
Twin Engine Corsa son un canal bastante reconocido, ya que en sus vídeos suelen mostrar auténticas locuras del mundo de la automoción. En esta ocasión, visitaron a Bradwell Car Repair, un taller británico en Great Yarmouth, a unos 40 minutos en coche de Norwich.
Pese a que hacen reparaciones, se les ocurrió la descabellada idea de incorporarle a un coche fúnebre un motor a reacción propio de un jet. Ya habíamos hablado de un coche con motor de excavadora, pero esta obra maestra ha sido totalmente artesanal utilizando un Opel Omega fúnebre junto a un motor a reacción de la marca Rolls-Royce, concretamente un Armstrong Siddeley Viper.
Las imágenes no dejan lugar a la duda: es una idea rocambolesca. Sin embargo, no se puede negar lo curioso de este coche y lo impactante que es verlo y escucharlo. Los motores a reacción pueden tener más de 30.000 caballos de fuerza, no por nada se usan en cazas o jets. De hecho, en el vídeo de YouTube publicado por Twin Engine Corsa, ellos mismos anuncian precaución con los auriculares, debido al fuerte ruido que genera este coche con su motor.
Es más, el encargado del proyecto aseguraba que en ese instante el motor no estaba ni a la mitad de su potencia verdadera. Las curiosidades no acaban ahí, ya que el motor a reacción apareció de la nada, como aseguran desde Bradwell Car Repair. No obstante, primero encontraron uno ruso, para más tarde adquirir el de Rolls-Royce.
Como es lógico, estos motores no funcionan como los convencionales de los coches, es decir, con el pedal del acelerador, sino que se usa una palanca. El jefe del proyecto aseguraba que en alguna ocasión, por inercia, levantaba el pedal del acelerador.
En definitiva, se trata de una obra de ingeniería bastante impactante. No a cualquiera se le podría llegar a ocurrir ponerle un motor a reacción a un coche fúnebre, pero el ser humano vuelve a demostrar que el ingenio no tiene límites.