Citroën Oli: el eléctrico de Lego que desafía las normas
Este prototipo apuesta por la máxima simplicidad para ser ligero, barato y eléctrico con un diseño irreverente.
Días antes del estado de alarma y el confinamiento en España asistimos a la presentación del Citroën My Ami, un objeto de movilidad que ha resultado ser tan irreverente como útil. Los servicios de carshargin han apostado por su simplicidad, al tiempo que se han lanzado ediciones de éxito insospechado como el My Ami Buggy. No contentos con esta revolución, los del chevron vuelven a ser noticia con el lanzamiento del concept car Citroën Oli. La filosofía de diseño, producción y propulsión es la misma: ofrecer solo lo necesario.
Bajo las premisas de ahorro, simplicidad y abaratamiento de costes que mostró el Ami surge esta propuesta radical y de diseño atrevido. El objetivo final es el mismo, democratizar la movilidad eléctrica ofreciendo un producto que no tiene lujos pero tampoco renuncias. El Citroën Oli se pronuncia [all-ë] que, en inglés, nos recuerda a la palabra all (todos) y ese es el core de su creación.
No llegará al mercado
Lamentablemente, este coche de formas a lo Lego y curiosidades a cada esquina no llegará a la producción. Eso sí, algunas de sus soluciones de fabricación, como son los materiales reciclados, pasarán a ser parte de las líneas de fábrica del futuro eléctrico de Citroën.
El precio aproximado de un modelo como el Oli es de 25.000 euros, por lo que suponemos que su herencia se verá representada en próximo Citroën C3, algo que no negaron durante la rueda de prensa. Por lo pronto, seguro que llevará la reinterpretación del logotipo ‘deux chevrons’, más sencillo y de tamaño considerable.
Nueva filosofía de diseño
Al ver al Citroën Oli es imposible no pensar en el Ami, un concepto que ha conseguido captar nuestra atención y marcar un antes y un después en nuestro concepto de movilidad urbana. Era marzo de 2020 así que, por el medio, hemos vivido una pandemia y estamos en pleno ciclo expansivo de crisis con retrasos en la entrega de coches, la falta de semiconductores y una guerra en la frontera con Rusia.
El precio de los coches se ha incrementado de forma prohibitiva en los últimos meses, con costes y problemas para acceder incluso a la oferta de segunda mano. Es ahí donde entra en juego el concepto del Citroën Oli que, tal como planteó el director general de Citroën, Vincent Cobée en su lanzamiento oficial: “puede ofrecer una movilidad 100% eléctrica, sin complicaciones, a TODO tipo de personas, de forma sorprendente, responsable y gratificante”.
Reminiscencias del pasado
Tal como explica Citroën, los diseñadores del Oli se han inspirado en los coches de los 70, con una clara fijación en el peso y la funcionalidad. Para ellos es un modelo de prueba, una especie de globo sonda para ver la acogida del sector, el público y su red de servicios. Además, en este prototipo pondrán a prueba soluciones que veremos en la producción, especialmente en el tipo de materiales utilizados.
Gracias a la ligereza de estos, que no significa que sean blandos o poco resistentes, no es necesario instalar una batería de gran tamaño. El Oli cuenta con una batería de 40 kWh de capacidad, capaz de alcanzar los 400 kilómetros de autonomía que, limitando la velocidad máxima a 110 km/h y con un consumo de 10 kWh/100 km, nos daría para completar viajes importantes. Sobre todo si tenemos en cuenta que se cargaría del 20% al 80% en 23 minutos.
Irreverente pero capaz
Al Citroën Oli lo amas o lo odias pero, por norma general, sorprende. Esa es la intención, según Vincent Cobée, que pretendía convertir a este concept car en el motivo de la discusión sobre el tipo de coche que queremos para la electrificación. No lo van a producir como coche, pero sí servirá para mostrar que “otro mundo es posible, en el que lo indispensable sea suficiente”.
Las líneas, como pasa con el Ami, son simétricas. Eso hace que sea más barato de producir y ofrece un coche de líneas cuadradas y cotas de 4,20 metros de largo por 1,65 m de alto y 1,90 m de altura. Tal como nos contó Xavi Pérez durante su lanzamiento: “La simplicidad es su punta de lanza, con una reducción notable en el uso de piezas y componentes, además de la utilización de materiales ligeros y responsables con el medio ambiente”.
La sostenibilidad no tiene por qué ser débil y, pese a la utilización de materiales reciclados, en la superficie plana del capó, techo y paneles de la caja trasera puedes cargar con mucho peso. Esta durabilidad se consigue con el revestimiento en resina de poliuretano Elastoflex, cubierta con una capa de Elastocoat y pintada con una técnica innovadora al agua, llamada R-M Agilis de BASF. Las llantas de 20 pulgadas también son un 15% más ligeras que las equivalentes en acero y Goodyear ha desarrollado un neumático específico llamado Eagle Go.
Un interior de fibra
Las puertas suicidas nos dan paso a un interior de prototipo, con asientos diseñados en tres piezas que requieren un 80% menos de elementos. Además, los respaldos de malla mejoran la luz del habitáculo, así como el parabrisas vertical mejora la visibilidad hacia el exterior. Eso sí, es muy poco aerodinámico.
En cuanto a la dotación tecnológica, no la hay. El salpicadero es un travesaño para que puedas integrar tu móvil a modo y algún que otro huevo para dejar objetos. La funcionalidad es otra de sus bazas, con un espacio trasero a modo de pick-up con hasta 1.050 mm de distancia para objetos largos.