Renault Ampere, o cómo democratizar el vehículo eléctrico
Ampere cumple un año desde que se presentó como la alternativa Europea a Tesla y a los modelos chinos
Hace un año, Renault acuñaba el nombre de “Ampere“ para referirse a un ecosistema que giraba sobre el vehículo eléctrico y el software. Es una empresa dentro del grupo que, a día de hoy, cuenta con más de once mil trabajadores (un 35% son ingenieros), y se encuentra en el pleno proceso de lograr una reducción de costes del 40% en 2028.
Eligió el norte de Francia para crear su “Electricity”, un hub de fabricación de vehículos eléctricos, en donde se quiere aprovechar todo el ecosistema para producir, de forma competitiva, coches eléctricos. Lo forman las plantas de Douai, Maubeuge y Ruitz. Además, cuentan con la colaboración de Cleón, y están consiguiendo reducir el tiempo de fabricación. Por ejemplo, el tiempo de fabricación del R5 está ahora por debajo de las diez horas.
Y es que uno de los grandes objetivos de Ampere es producir vehículos en un plazo de 18meses. El Twingo, que llegará a los concesionarios en 2026, será el primero en tener un precio por debajo de los veinte mil euros, un precio a nivel de los vehículos chinos.
Luca de Meo, CEO de Renault, indicaba en la rueda de prensa que conmemoraba el primer aniversario de Ampere, que la alianza con otras empresas es clave para la reducción de costes y tiempo. De hecho, la colaboración con los “socios” chinos es constante. Ampere ha creado una unidad especializada que le llaman “Advanced China Development Center”, en donde un equipo de expertos trabaja muy directamente con los socios chinos.
Los otros dos socios de Renault en el grupo, Mitsubishi y Nissan, también se van a beneficiar este “hub”. De hecho, el primero de ellos contará con un modelo en el segmento “A” y otro en el “C”, mientras que Mitsubishi estrenará un modelo del segmento “C”.
Otro paso importante de Ampere estará centrado en las baterías. De hecho, el plan de Renault para reducir costes, permitió liberar espacio en la planta de Douai, que fue adquirido por la empresa “AESC”, que está construyendo una fábrica, a quinientos metros de la planta principal de Renault, en donde se producirán, desde cero, las baterías que la firma gala utilizará en sus modelos.
Además, dará un paso adelante en lo que a baterías se refiere. A la NMC (níquel, manganeso y cobalto), ahora une la de tecnología LFP (litio, hierro, fosfato), lo que le permite desarrollar la tecnología “cell to chassis”, para conseguir un peso menor y ahorrar espacio.
Y es que Renault tiene muy claro que Ampere es la respuesta al vehículo eléctrico chino. Un desarrollo que en un breve espacio de tiempo pondrá en el mercado vehículos eléctricos a un precio bajo. Y es que el fabricante francés tiene claro que, a pesar de las ventas de vehículos eléctricos no están atravesando un buen momento, el futuro pasa por ello.