Las automovilísticas buscan dinero para financiar sus coches eléctricos
Los grupos automovilísticos encuentran en la bolsa una alternativa para generar ingresos para financiar sus planes de electrificación.
El coche eléctrico necesita baterías, un componente clave que será noticia en el futuro porque su abastecimiento será crucial para las estrategias de las marcas; cargadores, para que los compradores tengan la confianza de que podrán cargarlo cuando llegue el momento; y una mayor competitividad en el mercado, ya sea mediante la equiparación de precios con sus equivalentes de combustión o mediante ayudas directas de compra. Sin embargo, hay algo que el coche eléctrico necesita mucho antes que eso: dinero, mucho dinero para ser desarrollados y puestos en el mercado.
Durante los últimos años hemos visto como la mayoría de marcas lanzaban grandes planes de electrificación acompañados de inversiones milmillonarias para el desarrollo de sus productos y la fabricación o abastecimiento de baterías. Esas cifras -que han alcanzado más de 50.000 millones en casos como Ford o Volkswagen o los 30.000 millones en Toyota, por ejemplo-, por muy grandes que sean estas compañías, no se consiguen mirando debajo de las alfombras en sus oficinas. Estas firmas han ideado varias estrategias para conseguir el dinero, como la división de sus negocios de combustión y de coches eléctricos en el caso de Renault o Ford o como la salida a bolsa de algunos de sus activos, Porsche en el caso de Volkswagen.
Salidas a bolsa, la industria prueba el mercado
La de Porsche a finales del año pasado fue una de las salidas a bolsa más sonadas de los últimos años y la OPV más grande en Alemania en 25 años. En su primer día, la firma de Stuttgart empezó cotizado en los 82,50 euros por acción, lo que la dejaba con un valor de mercado de 75.000 millones de euros, cerca de los 84.000 millones de la totalidad del Grupo Volkswagen -la empresa matriz- por aquel entonces. A fecha de la redacción de este artículo, la firma de deportivos cotiza a 114,90 euros. Toda esta operación sirvió al Grupo Volkswagen para recaudar más de 9.000 millones que la compañía destinará directamente a financiar sus planes de electrificación.
Viendo el éxito de la salida a bolsa de Porsche, tan bien recibida en uno de los contextos más complicados de las últimas décadas, con la inflación, la crisis de los semiconductores y la guerra de Ucrania afectando a la industria, y en un momento en el que las marcas que ya cotizan en bolsa no están teniendo un gran rendimiento, parece haber animado a algunos de sus competidores a optar por la misma estrategia.
Lotus, Renault, Zeekr y Northvolt
Durante este año y los primeros meses de 2024, se espera que marcas como Renault y el grupo Geely opten por la misma fórmula que el Grupo Volkswagen para conseguir más dinero que destinar a su electrificación. La operación más llamativa será seguramente la de Renault Ampere, la nueva división de coches eléctricos -tras separar sus negocios en Ampere y Horse, para coches de combustión-.
Sin conocerse todavía detalles sobre esta salida a bolsa, el grupo francés cree que a finales de 2023 sería un buen momento, dependiendo siempre de las condiciones de mercado. Las primeras estimaciones hablan de una capitalización bursátil de 10.000 millones de euros, con Nissan decidida a invertir -como parte de su acuerdo de reequilibrio de la Alianza- y Mitsubishi estudiando también la opción de hacerlo. Ampere debe nombrar su equipo directivo a finales de marzo y dará trabajo a 10.000 empleados del grupo.
Otra gran salida a bolsa sería la del fabricante de baterías Northvolt, proveedor de BMW y Volkswagen -junto a la que opera su fábrica en Suecia-, entre otros. La firma escandinava apunta a las bolsas europeas y a la de Nueva York y, según Reuters, estaría a punto de firmar acuerdos con Goldman Sachs y Morgan Stanley para gestionar su operación, que podría valorarla en 20.000 millones de euros. Northvolt está constantemente en busca de financiación a través de inversores y de deuda para desarrollar su negocio y no terminar como Britishvolt, en bancarrota. La compañía sueca decidirá los detalles de su OPV durante este año.
Paralelamente, el Grupo Geely estudia imitar la misma maniobra que el Grupo Volkswagen con Porsche, aunque en una escala menor, con sus marcas Lotus y Zeekr, que seguirían a la salida a bolsa de Polestar del junio pasado, esta última con unos resultados no demasiado llamativos pero con unos 1.600 millones ingresados directamente para destinar a su negocio. Lotus se prepara para lanzar nuevos eléctricos después de presentar el Eletre y Zeekr trabaja para su desembarco en Europa después del lanzamiento de su primer coche, el 001, en los mercados asiáticos.
Estos movimientos tienen todos un mismo objetivo, conseguir dinero y generar la oportunidad de seguir haciéndolo si su rendimiento es bueno. El deseo es imitar a Tesla y el despegue que la convirtió, en dos años, en la automovilística más valiosa del mundo, aunque en los últimos meses perdiera más de la mitad de su valor. Las marcas necesitan dinero para su electrificación y algunas se juegan su futuro para financiarla.